Mostrando entradas con la etiqueta Albert Ellis. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Albert Ellis. Mostrar todas las entradas

domingo, 3 de abril de 2016

REFLEXIONES DE MÓNICA SIMÓN: LAS COSAS EN LA VIDA ME TIENEN QUE IR BIEN...


Muchos pensamos firmemente que las cosas en la vida nos tienen que ir bien, tal y como nos proponemos, tal y como nos habíamos fijado...  pero todos sabemos porque ya lo hemos vivido seguro en alguna ocasión que esto no es así...  cuando se nos aparecen adversidades si mantenemos las creencias anteriores, estas adversidades las vamos a  vivir como horrorosas e insoportables, pobre de mí con lo que me está pasando, nada puedo hacer con este sufrimiento....

Bueno amigos pues hoy vamos a descubrir que estos pensamientos que solemos tener con mucha frecuencia son muy irracionales. Es muy ingenuo pensar que en la vida no deberían pasarme desgracias porque me hacen sufrir y, que debería tener el control absolutamente de todo lo malo que pueda pasarme... esto es lo que nos gustaría pero la vida no es así.

Si mantenemos esas creencias irracionales sobre la vida y las adversidades adoptamos también, el papel de víctimas que lleva asociado el lamentarse por pensar que nada puedo hacer para afrontar esa adversidad que desde luego no me gusta... ¿y qué vamos a sentir si estamos pensando así? pues emociones insanas y desbordadas: ansiedad, ira, depresión...

Por lo tanto estos pensamientos hay que cambiarlos ¿qué podemos hacer?

- Lo que nos hace sufrir no son las adversidades de la vida, sino lo que pensamos sobre ellas. Por tanto cambiando nuestros pensamientos podemos conseguir que esas adversidades nos afecten menos. No vamos a poder cambiar la adversidad pero sí que podemos llegar a conseguir el no tener emociones insanas.

- Las cosas son como son, nos gusten o no. Y en muchas ocasiones no podremos hacer nada para cambiarlas pero lo que sí que podemos cambiar es el grado en que nos afectan.

- En esta vida no podemos controlarlo todo, no nos queda otra que aceptarlo y entre lo insoportable y lo placentero está lo soportable.

- Es utópico pensar que podemos evitar todo el sufrimiento.

- Aceptar que nos pasan cosas que no dependen de nosotros.

- En la vida no vamos a tener todo lo que deseamos. Es necesario soportar cierto grado de incomodidad porque la vida es así.

- Autoaceptación incondicional de la vida!!!

- Aceptar la responsabilidad que tenemos en nuestra propia vida en lugar de culpar a las circunstancias o los demás de nuestras propias emociones insanas y conductas autodestructivas. Abandonar por tanto el papel de víctima. Fuera los sentimientos de autocompasión!!!

- Ser flexibles a la hora de pensar, abiertos a los cambios. Fuera exigencias y rigideces.

- Vivir las adversidades como oportunidades  de aprendizaje.

- Busca actividades que te llenen aunque no tengas ganas de hacerlas, hazlas!!!

 No se trata de llegar a no sentir o a vivir las adversidades como algo estupendo. No!! se trata de sentir de manera sana y eso sólo lo vamos a lograr si aceptamos incondicionalmente la vida tal y como es. La vida no es perfecta a veces nos ocurren cosas maravillosas pero a veces no, existen las injusticias, las adversidades, el malestar... pero es responsabilidad nuestra como nos sentimos ante estas adversidades... y no olvidar que cuando nos caemos nos podemos levantar y con más fuerza!!!!

Un beso a todos,


Mónica 

sábado, 30 de enero de 2016

REFLEXIONES DE MONTSE ROVIRA: ¿CÓMO VES EL MUNDO?


La manera en que generalmente ves el mundo no es una representación fotográfica de cómo es, sino tu visión personal de él. Esta afirmación puede parecerte extraña dado que todos tendemos a pensar que hay una correspondencia perfecta entre la realidad que vemos y nuestra observación de ella, sin embargo tal correspondencia no suele existir de forma fehaciente. Por supuesto que hay una realidad objetiva, lo que sucede es que ésta la aliñamos con condimentos de cosecha propia de los que apenas somos conscientes.

​Esa inconsciencia es la que no nos hace dudar de que las cosas son en verdad como creemos verlas y por eso los psicólogos cognitivos insistimos tanto en que hay que tomar consciencia de nuestros pensamientos para darnos cuenta de cómo desfiguran la realidad.

Desde la Terapia Racional Emotiva Conductual este asunto ha sido estudiado a fondo y es uno de los cimientos de la TREC. Resulta que los seres humanos somos tan complejos que cogemos la realidad, la aderezamos conforme a nuestra forma de pensar, lo metemos todo en una coctelera, agitamos… y obtenemos una pseudo-realidad que creemos incuestionable simplemente porque es cómo nosotros la miramos.

¿Qué dice la TREC al respecto?

La TREC nos enseña que podemos distinguir distintos aspectos de una misma realidad, o mejor dicho, de lo que observamos, experimentamos o vivimos. Para delimitar el concepto “realidad” vamos a identificarlo con una situación o un hecho concreto, lo que en TREC se denomina una “A” (de “acontecimiento”). La “A” es el acontecimiento activador o estímulo que tras un proceso mental convertiremos mágicamente en el origen de nuestro estado de ánimo.

Pongamos por caso que ves a tu vecino Pedro caminando por la calle. Tú estás sentado en un banco y él camina hacia donde estás tú. Si no cambia de dirección pasará delante de ti en unos instantes. Tú le miras mientras le ves acercarse, pero él a ti no. Cuando llega a tu altura pasa de largo sin saludarte.

En este escenario del acontecimiento (“A”) distinguimos los siguientes aspectos:

1. “A objetivo”: es lo que se ve si miramos la escena desde el objetivo de una cámara. Este aspecto de “A” es ratificable por otra persona, es decir, cualquiera que esté observando la escena dará la misma descripción. Si le preguntaras a alguien que ha visto lo que tú estás viendo, ambos coincidiríais en el “A objetivo”. Esa otra persona a la que podrías preguntar no conoce a Pedro y no sabe que es tu vecino así que en el ejemplo propuesto el “A objetivo” es: un hombre camina por la calle. Se le llama “A objetivo” porque es una descripción neutra o impersonal de la realidad.

2. “A subjetivo”: es lo que tú crees que está pasando. Es tu percepción del “A objetivo”, de manera que distintas personas podrían dar distintas interpretaciones. Yo no sé cuál es tu “A subjetivo” pero puedo aventurarme y poner como ejemplo que una percepción tuya del hecho podría ser: “Ahí viene mi vecino Pedro caminando a paso ligero”. “A paso ligero” añade al suceso una valoración del mismo con la que ya no todo el mundo podría estar necesariamente de acuerdo. Podría ser que tú consideres que camina a paso ligero porque va más rápido que tú cuando caminas; o bien porque siempre que le has visto caminar lo hacía más despacio que hoy. Otro observador podría decir que el ritmo de Pedro es normal (normal según su criterio subjetivo de normalidad en cuanto a la velocidad del paso); por los mismos motivos otro diría que va muy rápido. En cualquier caso, siempre se trata de valoraciones a las que podríamos formular preguntas del tipo: “¿Ligero respecto a como camina siempre? ¿Ligero comparado a cómo caminas tú? ¿Más ligero que el resto de peatones?”, etc.

3. “A inferencial”: es tu conclusión en relación a la escena. Esa conclusión viene aderezada previamente con tu “A subjetivo”, de modo que yo tampoco puedo saber cuál es tu “A inferencial”. Una vez más, para seguir con el ejemplo puedo hipotetizar que tu “A inferencial” es: “Mi vecino Pedro está molesto conmigo”. Podría ser cualquier otra, pero utilicemos esta para ver cómo podrías haber llegado a ella. Inferir es sacar una consecuencia o deducir algo de otra cosa (RAE). En el ejemplo citado podrías haber establecido esa inferencia mediante el siguiente proceso:

Pedro camina por la calle => Pedro viene hacia mí => Camina a paso ligero => Cuando llega a mi altura no me saluda => Pedro está molesto conmigo.

Es posible que para llegar a esa conclusión hayas entrado en la mente de Pedro y con tus poderes adivinatorios incluso sepas lo que él pensaba durante su trayecto:

“Ahí está mi vecino. No quiero saludarle. Voy a aligerar el paso y evitar su mirada para que crea que no le he visto”.

Naturalmente esta es sólo una opción, pero hay muchas otras, tantas como inferencias se te ocurran.

Este pequeño ejemplo pretende ilustrar que vamos por la vida con una especie de lente amplificadora con la que “vemos” supuestas realidades que a veces ni siquiera existen. La llamo “amplificadora” porque lo que suele hacer es amplificar tus expectativas previas. Esa lupa con la que miramos distorsiona la realidad y esas distorsiones vienen determinadas por nuestras creencias.

Siguiendo con el ejemplo, es muy probable que tu inferencia te cause una emoción negativa que puede ser de tristeza, enfado, decepción, sorpresa, angustia, etc. por lo que tú consideras “el hecho real de que Pedro no haya querido saludarme”. La consecuencia anímica de esa visión tuya puede a su vez provocar una consecuencia conductual. Es posible que cuando te encuentres de nuevo con tu vecino te sientas incómodo, o que te dirijas a él increpándole por no haberte saludado, o que a partir de ahora le evites, o cualquier otra respuesta según sea tu modo de responder ante la emoción que sientes.

Si observaras únicamente el “A objetivo” no tendrías consecuencias anímicas desagradables ni las posteriores respuestas conductuales con Pedro. ¡Eso no implica que no pienses algo concreto! Podrías, -por ejemplo-, decirte a ti mismo: “Ahí viene Pedro. Debe ir con prisa porque ni siquiera me ha visto”. En este caso también has incorporado un “A subjetivo” al pensar que va con prisa, incluso al pensar que no te ha visto. Pero como no has hecho ninguna inferencia sobre su ausencia de saludo, no experimentas una consecuencia emocional. Es decir, no has elaborado pensamientos que te produzcan malestar. Lo que nos lleva a la conclusión de que si te sientes mal no es porque Pedro no te ha saludado, sino por lo que tú has pensado sobre eso.

Ahora volvamos a tu inferencia inicial: “Mi vecino Pedro está molesto conmigo”. Pedro se aleja y tú te quedas sentado en el banco con tus emociones haciendo chup-chup. A partir de aquí tu mente empieza a buscar evidencias de que tu conclusión es verdadera: “el otro día en la reunión de la comunidad ya parecía distante conmigo”, “¿será que está ofendido porque no le dejé la caja de herramientas que me pidió?”, “le dije que podía dejársela si me la devolvía esa misma tarde y me miró de forma rara”, “seguro que es por eso”… y así podrías continuar con una larga letanía de pensamientos que poco a poco van otorgándole convicción a la idea de que Pedro está molesto contigo. A fuerza de repetir tu pensamiento conviertes en realidad lo que piensas, en realidad para ti, por supuesto. Es probable que vuelvas a casa rumiando sobre lo estúpido que te parece tu vecino. Hasta puede que le digas a tu mujer: “¡No te vas a creer lo que acaba de pasarme, me he encontrado con Pedro y me ha girado la cara!”.

Naturalmente Pedro no tiene ni idea de la película mental que has montado mientras estabas sentado en el banco y durante tu trayecto a casa. Cuando a la mañana siguiente te lo encuentras en el rellano, te saluda efusivamente. Tú le miras perplejo. Él empieza una conversación animada sobre un tema intrascendente y te das cuenta de que actúa con total naturalidad. Te atreves a decirle que no te saludó el día anterior a pesar de haber pasado a tu lado y él te responde con una gran sonrisa: “¡No te vi! La próxima vez salúdame tú, hombre!”.

“Mira a ver lo que ves” con tu lupa mental. Observa lo que piensas cuando te sorprendas haciendo inferencias, sacando conclusiones equívocas acerca de hechos que no tienen responsabilidad alguna sobre tus emociones. Mira qué estás pensando que te hace sentir mal. Vacía la realidad objetiva de interpretaciones subjetivas preguntándote: ¿Qué vería otra persona si mirara esta escena desde el objetivo de una cámara? Esta simple pregunta te ayudará a no realizar inferencias absurdas. Evitarás innumerables malos entendidos en tus relaciones y sobre todo, mantendrás tus emociones en un saludable estado de bienestar si sueltas la lupa que inflama tu visión del mundo.

Montse Rovira


miércoles, 22 de enero de 2014

MEDITATIO MORTI EN "PARA TODOS LA 2":

Hola, amigos:
Hoy he hablado en Para todos la 2, de la meditatio mortis, la meditación en la muerte. No ha sido tan fácil como otras veces porque, estos días, estoy en duelo de un amigo que nos ha dejado. Brindo por él y por la vida, que es mágica, aunque también misteriosa; inmensa y paradójica para nuestra mente limitada. Un abrazo bien racional!!!!


http://www.rtve.es/alacarta/videos/para-todos-la-2/para-todos-2-entrevista-rafael-santandreu-pensar-muerte/2336728/

miércoles, 30 de octubre de 2013

NUEVO PROGRAMA DE "PARA TODOS LA 2"

Hoy hablamos de un gran modelo de fortaleza emocional: Mahatma Gandhi, un campeón de la Aceptación Incondicional de los Demás.

Por cierto, animo a todo el mundo a que leáis la Autobiografía de Gandhi; a ver si os volvéis gandhianos como yo.

http://www.rtve.es/alacarta/videos/para-todos-la-2/para-todos-2-entrevista-rafael-santandreu-aceptacion-incondicional/2110427/

Abrazo!!

Rafael

martes, 13 de agosto de 2013

EDUCACIÓN AL ESTILO WINSTON CHURCHILL (extracto próximo libro)

En un mundo racional, el primer interés de los profesores sería enseñar “calidad humana”: cómo ser mejor persona, cómo entablar relaciones de amor y colaboración entre los demás. Sin duda, esa sería la asignatura principal -a mucha distancia de todas las demás.


El segundo interés sería enseñar a los niños a apreciar “el saber” como herramienta para el bien común, como herramienta para divertirse, no para competir. Por lo tanto, toda enseñanza debería ser opcional.


¿No sería ésta una escuela maravillosa?


Las experiencias con escuelas libres han sido un éxito rotundo. En Gran Bretaña, la famosa Summerhill lleva enseñando con este sistema más de sesenta años y los chicos que han salido de allí, aman a su escuela casi más que a sus padres. Y entre ellos, hay muchos insignes matemáticos, músicos y médicos; y también artesanos, electricistas y cocineros. Pero, sobre todo, se trata de personas armónicas, seguras de sí mismas y felices.


Hace poco, leí la autobiografía de una de los mayores personalidades del siglo XX, Sir Winston Churchill, primer ministro de Gran Bretaña durante la II Guerra Mundial, uno de los vencedores de Hitler. Churchill, a parte de político, fue escritor y recibió el Premio Nobel en 1953. Él mismo describe así su época escolar:


“Por fin llegó el día en que puse fin a casi doce años de colegio. Treinta y seis trimestres durante los cuales rara vez aprendí algo de interés ni utilidad. Volviendo la vista atrás, aquellos años forman el periodo más estéril de mi vida. Fui feliz de niño con todos mis juguetes en mi cuarto y he sido cada vez más feliz desde que me hice hombre. Sin embargo, ese interludio escolar arroja un sombrío y oscuro borrón en mi periplo vital.


En realidad, una educación prolongada, indispensable para que la sociedad avance, no es un proceso natural para el ser humano. Va contra su propio ser. A un chico lo que le gustaría es seguir a su padre en busca de alimento o una presa. Le gustaría hacer cosas prácticas hasta donde le permitieran sus fuerzas. Le agradaría ganar un sueldo, por pequeño que fuera, para contribuir a mantener el hogar. Le encantaría disponer de tiempo y aprovecharlo o malgastarlo como quisiera. Y entonces, quizás por las tardes, un verdadero deseo de aprender nacería de los chicos más prometedores. Pero, ¿por qué inculcarlo a la fuerza en los que no tienen interés?  Así y sólo así es como se abren las ‘ventanas mágicas’ de la inteligencia.

viernes, 18 de enero de 2013

CRISIS EN IKEA (extracto de mi próximo libro)

ikeaHace tan solo unas semanas me llamó mi madre para pedirme que le acompañase de compras a Ikea, la macro-tienda de muebles. Le pedimos el utilitario al mi hermano pequeño y nos plantamos allí un sábado por la mañana.

Siempre me lo paso genial con ella; es una mujer divertida y agradable que, además, le encanta la decoración y se conoce Ikea mejor que los empleados de la tienda. Y así estuvimos comprando muebles para ella y algunos cachivaches para mí. Entre medias, reímos probando los dos juntos un colchón minúsculo –y cayéndonos por los lados- o escogiendo “la cortina más hortera” de la tienda.

Cuando acabamos de comprar, pagamos en la caja y fuimos a buscar la mercancía en un mostrador de entrega. Cogimos número y nos pusimos a esperar turno.

Pasó un cuarto de hora, veinte minutos, veinticinco, ¡media hora! ¡Y la cola no había avanzado nada! Definitivamente, algo sucedía. No es normal esperar tanto tiempo allí.

Pasar la mañana en Ikea es cansado porque se trata de una tienda enorme con varios pisos y acabas caminando varias horas, compres mucho o poco. Así que aquella espera extra era demasiado para mi paciencia y mis pies doloridos.

En ese momento, sentí que una fuerte emoción de impaciencia y enfado subía por mi cuerpo y empecé a decirme a mí mismo: “¡Joder, pero cómo es posible que tarden tanto! ¿Hasta cuándo nos van a tener aquí? ¡Esos currantes se lo toman con una calma increíble! ¡Ya casi son las 8 de la noche y voy a llegar tarde para ver el Barça!”

Las emociones negativas iban creciendo rápido. ¡Lo notaba claramente en mi interior!  Miré a mi madre y ella estaba tan contenta ojeando un catálogo. Y, entonces, tuve la lucidez de darme cuenta de lo que estaba haciendo y me detuve. “¡STOP!”, me dije, “¡Rafael, contrólate ya mismo!”. Como sólo habían pasado unos segundos, ni siquiera un minuto, lo conseguí con facilidad.

Lo siguiente fue muy bonito: me senté en uno de los bancos que tienen allí para los clientes, saqué mi ipod y seleccioné un álbum de Sting que hace tiempo que no escucho. Y, en minutos, empecé a sentirme bien. Me dije a mí mismo: “Puedo estar aquí tan tranquilo y relajarme. ¿Quién dice que no? Hace buena temperatura, no tengo hambre ni sed: disfrutemos del momento”.  Y, volià, ¡me relajé!

Y, mientras estaba allí, escuchando la buena música de Sting, tuve un recuerdo maravilloso de mi infancia. Recordé una ocasión en la que mi madre y yo fuimos a una zapatería de mi barrio. Debería tener 8 años. La Zapatería Querol era un comercio grande y hermoso y, mientras mi madre se probaba zapatos de tacón, yo estaba sentado en un banco, simplemente esperando. Recuerdo que me encontraba muy bien.

Era un viernes por la noche de un fantástico día de verano en Barcelona. Era feliz y estaba plenamente satisfecho de la vida, allí, sencillamente esperando a mi hermosa y cariñosa madre. Recuerdo que, en un momento dado, vi a un adolescente sentado en una silla enfrente. Era el hijo de la dueña de la tienda, buena amiga de mi madre. Y con mis ojos de niño curioso, me fijé en cómo vestía: moderno como pocos. Su corte pelo, su manera al sentarse… Me moló su estilo. Yo sería un chico guay como él.

De repente, mi madre me llamó:

-          Rafa, venga, vamos que ya estamos.

Salí de pensamientos, cogí la mano de mi madre y puse el pie en la calle. En esa maravillosa calle de mi dulce barrio de mi fantástica infancia.

Aquella noche, en Ikea, sucedió lo mismo:

-          Rafa, vamos a buscar los muebles. Ya es nuestro turno – me dijo ella.

martes, 25 de diciembre de 2012

REFLEXIONES DE MÓNICA: FELICES FIESTAS RACIONALES A TODOS LOS AMIGOS DE EDF!!!

Hola a todos, lo primero que queremos desearos desde EDF son unas muy felices fiestas!!!, bueno más bien unas fiestas de Navidad muy racionales, je, je...

Hoy es un día muy bonito para trabajar nuestras exigencias de una manera diferente. Como ya hemos comentado muchas veces nosotros somos los únicos responsables de nuestro malestar emocional, es lo que estamos pensando en ese momento, nuestro diálogo interno, el único responsable de nuestras emociones.

También hemos hablado en muchas ocasiones que cuando tenemos emociones que nos bloquean es debido a que en nuestro diálogo interno tenemos algunas exigencias, exigencias que estaría bien explorar y cuestionar puesto que son del todo irracionales.

Lo interesante es que con las herramientas que estamos aprendiendo nosotros aprendamos a cuestionar, nosotros mismos, nuestras propias exigencias.

Para identificar nuestras exigencias va muy bien el siguiente esquema: Como siempre nos dice Rafael todas las exigencias, todas las creencias irracionales las podemos clasificar en tres grupos:

- Debo hacer las cosas bien: No debo fallar. Debo hacerlo todo bien... Es la exigencia del éxito.

- Los demás deben tratarme como yo quiero: Los demás me deben tratar bien. Debo ser aceptado por la gente. Debo ser amado...Es la exigencia de la aprobación.

- Las cosas en la vida me deben ir bien: Las cosas tienen que ser fáciles y no me tienen que incomodar... Es la exigencia de la comodidad.

Nuestras emociones no las tenemos que cuestionar, son las que son y hay que aceptarlas, eso sí, hay emociones sanas e insanas. Lo que sí que tenemos que aprender a cuestionar son nuestros pensamientos. Decimos que hay emociones insanas porque nos bloquean y, hacen que nos boicoteemos nosotros mismos nuestros propios objetivos. El enfado, los nervios, la tristeza son emociones sanas, la rabia, la ira, la depresión o la ansiedad son insanas.

Por tanto, cuando experimentemos una emoción insana vamos a pararnos y vamos a hacer el esfuerzo de ver que es lo que estamos pensando en ese momento y en cuál de estos tres grupos de exigencias/creencias irracionales que hemos dicho antes, estamos.

Nuestras exigencias las tenemos que transformar en preferencias y las emociones entonces nos acompañaran.

Otro esquema importante a tener en cuenta es el siguiente: Cuando tenemos exigencias sean del grupo que sean también podemos ir un poco más allá y plantearnos lo siguiente: Cuando tenemos una creencia irracional, una exigencia ¿qué pensamos, qué nos decimos a nosotros mismos si no se cumple esa exigencia?

Podemos hacer igualmente tres grupos:

- Si no se cumple mi exigencia me condeno o condeno a los demás: "Soy un inútil" o "los demás son inútiles". Importante trabajar entonces la autoaceptación incondicional de uno mismo y de los demás. Aquí como sentimiento suele aparecer la culpa que no es más que rabia sobre uno mismo o bien la rabia hacia los demás, la condena a los demás.

- Si no se cumple mi exigencia "NO puedo soportarlo". Es la baja tolerancia a la frustración. No es verdad, porque si no pudiéramos soportarlo nos moriríamos y eso no suele ocurrir, ¿verdad? Cuando tenemos una baja tolerancia a la frustración es muy frecuente que como conductas pospongamos o evitemos situaciones y como emociones suelen aparecer la ira y la culpa.

- Si no se cumple mi exigencia "ES TERRIBLE". Pero seguro que hay cosas más terribles que las nuestras...

A veces tenemos exigencias de los diferentes grupos y también si no se cumplen esas exigencias podemos decirnos a nosotros mismos más de una cosa: Condenarnos a nosotros mismos, catastrofizar, decirnos que no podemos soportarlo... es decir que a veces tenemos cosas de todos los grupos que hemos explicado.

En el caso de la ansiedad por ejemplo podemos tener ansiedad por tener a la vez la exigencia del éxito y de la aprobación: Debo ser perfecto y competente para conseguir la aprobación de los demás. Es la ansiedad del ego.

O bien podemos tener más ansiedad situacional: Más ligada con la exigencia de la comodidad: Las cosas deben ser fáciles porque si no, no lo puedo soportar.

O tener los dos tipos de ansiedades. Todo depende de las exigencias que tengamos cada uno y de nuestra rigidez.

Conclusión, ante una emoción insana, aprender a pararnos y descubrir nuestra exigencia y las consecuencias que tiene para nosotros el que no se cumpla esa exigencia. Pensar en estos grupos de los que hemos hablado, porque nos será más fácil identificar nuestras rigideces. A partir de identificar nuestro problemilla, transformar esas exigencias en preferencias a partir de argumentos lógicos que poco a poco estamos aprendiendo y valorar y analizar, las consecuencias que tienen para nosotros el que no se cumplan esas exigencias pero de manera realista.

Un beso a todos y FELIZ NAVIDAD!!

Mónica

domingo, 28 de octubre de 2012

REFLEXIONES DE MÓNICA: UN CASO DE ALBERT ELLIS.

Hola a todos, en concordancia con el post anterior en el que hablábamos de las diferentes Escuelas de psicología, me gustaría transcribiros una sesión de Albert Ellis con una paciente, fue en un viaje que hizo a España y en el que gente del público salió para hacer una breve sesión de terapia con él. Aquí podréis ver el estilo que utilizaba Ellis, la sesión acabó con unas imágenes racionales emotivas que como no hemos explicado no os fijéis mucho en ellas, en el fondo se trata de conectar con la emoción exagerada y aprovechar esto para cambiar la creencia irracional por la creencia racional.

Aquí es interesante ver cómo hace el debate de las creencias irracionales de la paciente y como le pone deberes para casa que es dónde realmente hay que trabajar. Es importante que nos fijemos en el debate para ir haciéndolo nosotros con nosotros mismos.

Un beso a todos,

Mónica

 - Bien Rosa, ¿qué problema quieres que tratemos?

- Pues, con respecto a mi trabajo, a mi situación laboral.

- ¿Qué problema es ese?

- No me gusta mi trabajo y me gustaría cambiarlo.

- Así que estás como atascada en este trabajo, ¿cómo te sientes? ¿qué sensación te prouce el estar atascada en ese trabajo?

- Pues creo que el estrés que llevo diario, tengo muchísimo estrés y ansiedad y mucas veces cuando pienso en lo que estoy haciendo  en lo que no puedo hacer que me gustaría, pues me pongo malísima.

- Así que te produce mucha ansiedad el hecho de estar allí empantanada en ese trabajo. ¿Qué es lo que te estás diciendo a ti misma para que el trabajo te produzca ansiedad?

- Que estoy perdiendo el tiempo, porque no hago lo que me gusta y me siento muy mal, es que me siento fatal.

- Pero no te estás también añadiendo: "Tengo que tener un trabajo mejor, tengo que tener un trabajo diferente y estoy atascada en este"

- No me digo "tengo que", pero sí que me gustaría tener un trabajo en el que me realizara y me fuera bien.

- Pero si simplemente estás decepcionada o triste entonces si estás diciendo lo de me gustaría, pero si dices que te produce ansiedad, entonces es porque te estás diciendo "tengo que conseguir otro trabajo, este es horrible", no estarías ansiosa sin esa segunda parte, ¿lo comprendes?

- Sí, pero tengo que...

- Pero ¿por qué tienes que tener otro trabajo?, es preferible y deseable, pero  ¿por qué tienes que tener otro trabajo ahora mismo?

- Porque creo que me sentiría mejor, es que ahora mismo estoy en una situación en la que todos los días me siento muy mal.

- Eso sería preferible, pero ¿por qué tienes que tener un trabajo mejor y ser más feliz?

- Porque es lo normal y no, estoy todo el día muerta de asco y ya está, pero, no sé, es que tengo aspiraciones y me gustaría estar mejor, estoy sufriendo con el trabajo que tengo.

- Eso está muy bien, el deseo de ser mejor y más feliz, pero en el momento que dices: "tengo que ser feliz y tengo que tener otro trabajo" entonces es cuando te va a entrar la ansiedad, hay que tener la preferencia tanto como la obligación, la necesidad, el tengo que, porque si simplemente dieras quiero un trabajo mejor pero tampoco lo necesito, entonces seguirías estando incómoda en tu trabajo pero no te sentirías ansiosa ni deprimida por ello. Cuando tienes ansiedad respecto al trabajo ¿que es lo que sientes de ti misma por sentir ansiedad?

- No lo siento, es lo que pienso

- Cuando tienes ansiedad y sabes que estás teniendo ansiedad ¿cómo te sientes respecto a ti misma cuando te das cuenta que tienes ansiedad?

- En parte me menosprecio un poco, porque pienso que me desaprovecho por estar haciendo un trabajo y pensando en hacer otra cosa que me gusta más, esa es la situación.

- Bien pero cuando dices no me gusta mi ansiedad, me gustaría no tenerla, eso está bien, pero si te humillas o piensas mal de ti misma por tener ansiedad, empiezas a castigarte a ti misma, por estar ansiosa y luego te dices, quiero un trabajo mejor, no me gusta este trabajo, pero no digas "tengo que tenerlo" porque si no eso interfiere con la posibilidad de tener un mejor trabajo. Ahora vamos a intentar darte unas imágenes racionales emotivas. Cierra los ojos. Imagina que estás ahí atascada en ese trabajo que no puedes cambiarte y te produce mucha ansiedad, imagínate que esa situación es real, puedes imaginarla ¿cómo te sientes respecto a esa imagen?

- Que me gustaría dejarlo todo y salir corriendo o algo así.

- Así que tienes muchísima ansiedad ahora, entra en contacto con esa sensación de falta de esperanza, de no poder hacer nada y manteniendo la misma imagen de que estás atascada oblígate a sentirte muy frustrada y muy decepcionada, pero no sin ninguna esperanza, simplemente frustrada y decepcionada, dímelo cuando lo consigas.

- Sí

- Bien, abre los ojos, ¿cómo conseguiste cambiar los sentimientos?

- He pensado en que existe una posibilidad de cambiar de trabajo, que puedo encontrarla epor algún lado.

- Bien, has visto la falta de esperanza la has cambiado a esperanza, porque has cambiado a un estado distinto, así que durante los próximos treinta días durante un minuto siéntete totalmente desesperanzada por estar en ese trabajo y que te entre esa ansiedad y piensa lo mismo que has hecho hoy y utiliza afirmaciones como: mala suerte que estés atascada ahí pero no siempre voy a estarlo y puedo ser un ser humano feliz y haz eso durante una vez al día.

- ¿Qué es lo que te gusta hacer y que hagas todos los días?

- Pintar

- Muy bien, sólo puedes pintar después de hacer las imágenes racionales emotivas ¿qué es lo que odias y tengas que hacer todos los días aparte del trabajo?

- El trabajo en casa.

- Si llega la hora de acostarte y  no has hecho el ejercicio, te quedas una hora limpiando la casa y si queda demasiado limpia, limpia la del vecino

lunes, 15 de octubre de 2012

REFLEXIONES DE MÓNICA: EL PASADO YA PASÓ

Dicen que la terapia racional emotivo conductual (TREC) nació cuando Albert Ellis estaba pasando consulta a una paciente que sesión tras sesión culpaba a su padre de todo su malestar emocional. Por aquel entonces Albert Ellis practicaba el psicoanálisis y ni corto ni perezoso le soltó a su paciente: "Por Dios, deje a su padre en paz!!, su padre murió hace 20 años!!". En aquel momento se produjo un cambio de chip tanto para la paciente como para Albert Ellis. En ese momento empezó la TREC.

En muchas ocasiones culpamos a nuestro pasado de nuestro malestar emocional. Nos cuesta asumir la responsabilidad de nuestras emociones. Culpamos a aquel acontecimiento, a aquella persona que nos hizo tanto daño!!!… de nuestra situación emocional actual. Nos olvidamos constantemente que no es el acontecimiento, aquel amigo, nuestro padre... el que nos provoca el malestar emocional sino que es lo que nosotros pensamos sobre ese acontecimiento, sobre el amigo, sobre nuestro padre... Nosotros somos los únicos responsables!!!, nosotros escogemos como queremos encontrarnos.

Con el pasado ocurre una cosa muy curiosa y es que le damos mucho valor, sin embargo, el pasado fue de la única manera que pudo ser y el futuro será de la única manera que podrá ser. Sobre el futuro  aún tenemos alguna posibilidad de trabajo, pero anclarnos en el pasado es muy absurdo porque por mucho que nos empeñemos no lo vamos a poder cambiar. El acontecimiento pasado no es el que nos causa una perturbación sino que soy yo el responsable de mantener esa perturbación en mi cabeza. Tenemos que desconectar lo que ocurrió con lo que pasa ahora en nuestras vidas.

Igualmente, muchas veces tenemos la creencia irracional de que si en el pasado hubiera tomado la alternativa que no tomé las cosas me hubieran ido mejor. Eso es totalmente falso porque no tenemos ninguna prueba de que las cosas nos hubieran ido mejor, también solemos tener por ahí la creencia irracional de que "o sí o sí, siempre debo escoger la buena elección"... En definitiva tenemos muchas creencias irracionales relacionadas con el pasado.

Aquí van algunas creencias que nos pueden servir para cuestionar esas creencias irracionales relacionadas con el pasado:

- Lo que es pasado ya está dicho y hecho. Lo que es importante es lo que puedo darle a mi presente y a mi futuro.

- Es mejor concentrarme en lo que estoy haciendo hoy, en vez de concentrarme en lo que hice o no hice ayer.

- Es mejor ocuparme en el presente, en lugar de preocuparme acerca del pasado.

- El pasado ya no va a ser mejor, ya pasó.

- Las malas decisiones que se tomaron en el pasado no tienen por qué repetirse en el presente.

- Porque algo pasó una vez, no significa que tenga que seguir pasando.

- No puedo reescribir la historia y cambiar las cosas que pasaron.

- Reclamar por las injusticias del pasado no va a hacer que nos sintamos mejor.

- Haber sido tratado, injustamente, en el pasado es una de las razones importantes, para tratarme a mí mismo justamente, en el presente.

- Puedo usar lo que no me mato en el pasado para hacerme más fuerte, emocionalmente, en el presente.

- El trato de algunas personas hacia mí como si yo no valiera, no significa que yo no valgo. Lo que alguien dice no es automáticamente cierto.

- Sentir lástima por mí mismo, enojo con los otros, culpa o vergüenza sólo me ayuda a mantenerme lejos de la felicidad en el presente y en el futuro.

- Lo que yo me diga a mí mismo en el presente es mucho más importante que lo que los demás me hayan dicho en el pasado.

- Las experiencias pasadas no me representan. Representan vivencias, que he experimentado, pero no me hacen mejor o peor persona.

- Mi pasado no es mi enemigo. Mi enemigo es la manera como yo pienso sobre mi pasado.

- Lo que me ha pasado es importante, pero más importante es lo que yo decida hacer con eso.

- Voy a tratar de surgir poniendo mi pasado atrás y cambiando mis pensaientos y sentimientos acerca de eso, pero no voy a lastimarme a mí mismo, si en algún momento no lo logro.

- Vivir bien es la mejor revancha.

Un beso a todos,

Mónica

domingo, 2 de septiembre de 2012

REFLEXIONES DE MÓNICA: SOBRE LAS RELACIONES DE PAREJA II

Hola a todos, continuo con la lectura de mi libro “Cómo mejorar las relaciones íntimas” de Albert Ellis, y he llegado a un capítulo que es muy bonito. En el libro nos recomiendan sustituir las críticas por el aprecio, pero ¿cómo se hace esto?.

Ahí van algunas directrices para conseguir esto:

-          Lo primero que hay que hacer es cambiar nuestra actitud con respecto al hecho de que nos critiquen. Es decir cambiar lo que estamos pensando sobre esa crítica.

-          Encuadrar las críticas dentro de un marco benigno, como algo benigno. La intención de las críticas puede ser de ayuda no de pelea.

En el libro sale un ejemplo muy bonito, ahí va.

Un beso a todos,

Mónica

“En cierta ocasión, Jolanta me estaba regañando por el hecho de no comprenderla suficientemente bien, y yo reaccioné a la defensiva demostrándole que sí que la comprendía, y que era ella la que no me comprendía a mí. Pero me detuve al darme cuenta de que, al expresar su enfado, lo que ella estaba haciendo en realidad era abrir la comunicación. Así pues, le agradecí que compartiera conmigo sus sentimientos y le dije que aquélla era una buena  contribución a nuestra comunicación y nuestro matrimonio.

Descubrir algo que apreciar supone a menudo crear algo que apreciar. A lo que me opuse fue a la forma que tuvo Jolanta de expresar su enfado, más que al hecho de su existencia. Para ella, sólo su postura parecía válida, emocionalmente, no daba opción a que yo pudiera tener un punto de vista diferente. Pero teniendo en cuenta que hay que aceptar a nuestra pareja tal y como es y que no es perfecta, los enfados de nuestra pareja pueden ser oportunidades para protegernos de nuestros propios enfados y para generar un enfoque más cooperativo y sin exigencias en nuestra comunicación”.

domingo, 19 de agosto de 2012

REFLEXIONES DE MÓNICA: SOBRE LAS RELACIONES DE PAREJA

Hola a todos, hoy os escribo desde un pueblecito de Burgos donde estoy veraneando. Aquí la vida es diferente, se vive en contacto con la naturaleza, no hay prisas. Es genial hablar con las personas mayores del pueblo porque te das cuenta que tienen una fortaleza emocional considerable. Han tenido una vida difícil, algunos pasaron cuando eran pequeñitos la guerra y las penurias de la posguerra y sin embargo, ahí están como campeones y disfrutando de lo que tienen. Aprendieron que cuando uno se cae se puede levantar y solo.

Pero hoy vamos a cambiar de tema, me estoy leyendo un libro muy interesante que me han dejado, “Como mejorar las relaciones íntimas”, es de Albert Ellis. Es un libro difícil de encontrar, pero si lo buscáis lo encontraréis en las bibliotecas. Me ha gustado un esquema que hay y que os voy a transcribir aquí a ver qué os parece.

Un beso a todos,

Mónica.



“LAS SIETE DIRECTRICES PARA UNA BUENA RELACIÓN DE PAREJA Y PARA UNA BUENA COMUNICACIÓN”

 1. Acepte a su pareja “tal como es”: Acepte que, si mantienen la relación es para encontrarse bien juntos, no para arreglar, reformar o perfeccionar a su pareja. Responsabilícese de sus propios sentimientos. Puede permitirse el influir en su pareja, pero no exigirle que tiene que cambiar y dele también la libertad para que influya en usted. Sí, para que le persuada y le informe.

2. Manifieste su aprecio con frecuencia: Reconozca con frecuencia las cosas buenas de su pareja, aunque sea por pequeñas cosas. Encuentre, descubra o, incluso, cree cosas que valora realmente en su pareja. Y hágaselo saber. La sinceridad y la honestidad son muy importantes aquí. Y evite una relación de tipo “asesino”, criticando frecuentemente a su pareja.

3. Comuníquese desde la integridad: Sea honesto respecto a las creencias y las evidencias que estén en desacuerdo con sus propios puntos de vista de lo que está sucediendo. Cuando su pareja tenga razón, admítalo. Sea sincero, pero con tacto. Acepte la existencia de diferentes percepciones de una misma cosa. Establezcan el acuerdo de no castigarse uno a otro, y háganlo honestamente. Acuerden que ambos van a ser honestos, y que van a creer en la honestidad del otro.

4. Comparta y explore las diferencias con su pareja: Explore los desacuerdos con su pareja con el fin de ir hacia una resolución superior que acepte partes de lo dos puntos de vista. O con el fin de estar de acuerdo en el desacuerdo. Además, esté dispuesto a llegar a un compromiso, sin fingir que está de acuerdo cuando, en realidad, no lo está.

5. Apoye los objetivos de su pareja: No renuncie a su propia integridad ni a sus puntos de vista o deseos importantes, pero vaya hasta donde se lo permita su honestidad par apoyar a su pareja, aún cuando usted esté claramente en desacuerdo.

6. Concédale a su pareja el derecho de equivocarse: Respete el derecho de ambos a ser una persona falible (su derecho a cometer errores y a aprender de sus experiencias y errores). No respete sólo su propio derecho a ser un ser humano proclive a equivocarse.

7. Reconsidere sus necesidades como objetivos: Objetivos que puede alcanzar con posterioridad. Cuando no consiga lo que quiere o desea, recuerde que no tiene por qué conseguir lo que quiere, ¡ahora o nunca!



viernes, 10 de agosto de 2012

REFLEXIONES DE MÓNICA: ¿AYUDAR COMO SEA A LOS FAMILIARES Y AMIGOS?

Muchas veces nos entra la neura de tener que ayudar a los demás y sobre todo a nuestros familiares. Nos llegamos a hacer incluso responsables de su felicidad!!!
Tengo un caso muy cercano, un familiar con tendencia a la depresión, desde siempre ese familiar ha estado en ese estado, muy pocas veces ríe, casi siempre está con cara de pocos amigos y es difícil verle disfrutar de las cosas. Su estado normal es estar ausente de las actividades que se puedan estar haciendo y, su visión de las cosas y de la vida es muy negativa.

Cuando tienes a alguien cercano y querido en este estado nos suele incomodar mucho. Nos podemos llegar a poner muy tristes. No nos gusta ver a un ser querido así. Es como cuando alguien nos llama para contarnos un problema y se nos pone a llorar. Uff!, realmente cuando la otra persona se pone a llorar, nosotros a nosotros mismos nos decimos que “no puede ser que llore”, “tiene que dejar de llorar como sea!!”.

Nos incomoda mucho esa situación por lo que nos decimos a nosotros mismos sobre esa situación, por cómo valoramos esa situación, no por el acontecimiento en sí. Y a veces lo que intentamos hacer como sea es que deje de llorar la otra persona, porque esa situación es insoportable para nosotros!!, pero más por lo incómodo que nos resulta a nosotros esa situación en sí. Es curioso ¿verdad?. No digo que no nos interese lo que le pueda pasar a la otra persona, pero existen una serie de situaciones que intentamos evitarlas como sea, o intentar que duren lo menos posible por la valoración que hacemos nosotros mismos de esas situaciones.

El caso es que a veces con los familiares actuamos de manera curiosa. En este caso que os cuento de este familiar, a mí durante muchos años me entró la neura de hacer todo lo posible para que estuviera bien, organizar actividades, viajes, regalos, cosas en las que ese familiar se pudiera sentir bien y disfrutar. He tardado muchos años en darme cuenta que cada uno somos responsables de nuestros sentimientos, y por lo tanto, de nosotros no dependen los sentimientos de los demás. Todas las actividades chulas que hemos organizado para mi familiar, no le han hecho cambiar, ha seguido igual..., porque realmente uno cambia cuando quiere cambiar, uno sale de la depresión cuando asume que él es el único responsable de estar depresivo. Hasta que eso no ocurra no se producirá ningún cambio.

Con este afán de ayudar a los familiares a veces lo que conseguimos es todo lo contrario, nos convertimos en facilitadores. Tendemos a protegerles en exceso, les intentamos dar un entorno seguro y así lo único que conseguimos es hacerles más débiles emocionalmente. Lo único que está en nuestras manos ante un familiar así, es decirle que en manos de un buen profesional el cambio es posible, pero primero tiene que querer cambiar. A veces con la neura de ayudar y ayudar a nuestros seres queridos lo que hacemos es fastidiarla.

Dom Dimattia un discípulo de Albert Ellis nos dijo hace unos meses en una conferencia: Cuando una persona deja de trabajar y coge la baja por depresión, sería aconsejable que no cobrara ni un céntimo. Un régimen garantista no ayuda a salir de la depresión. Hay que dar las herramientas adecuadas a estos pacientes para que espabilen y se quiten la etiqueta de “soy un pobre depresivo” y salgan de su entorno de seguridad que cada vez se hace más y más pequeño. Cobrar durante la baja no facilita su recuperación.

Es heavy Dimattia, eh?. Pero yo estoy totalmente de acuerdo y he cambiado el chip con mis familiares y amigos. Me encanta escuchar a los demás, pero no quiero favorecer en hacer más débiles a mis seres queridos. Se trata de, si sabes, ofrecerles las herramientas que puedan estar a nuestro alcance para que ellos solos tomen las riendas de sus problemas y nosotros, tener empatía hacia ellos que no es lo mismo que tener simpatía. Teniendo simpatía hacia ellos nos contagiamos de sus creencias y así poca ayuda les podemos ofrecer. Con empatía entendemos lo que les ocurre pero no compartimos sus creencias irracionales.

Resumiendo:

- No somos Dios y de nosotros no depende el bienestar de los demás.
- Uno cambia cuando quiere cambiar sino, no hay nada que hacer.
- No nos incomodan las situaciones sino, lo que nosotros pensamos sobre las situaciones.
- A veces hay situaciones que nos incomodan tanto, como ver sufrir a un ser querido, que intentamos evitar y solucionar esas situaciones como sea. Por ejemplo cuando alguien llora. Podemos soportar que alguien llore y nosotros simplemente estar ahí sin hacer nada y estar bien. Estando nosotros tranquilos podremos dar más sosiego al que nos cuenta sus problemas. Se trata de tener una actitud de empatía y no de simpatía hacia el familiar o amigo.
- Todos si queremos podemos buscar las herramientas para solucionar nuestros problemas.
- Cada uno somos responsables de nuestros propios sentimientos.
- Intentar estar nosotros bien y felices es la mejor ayuda que podemos ofrecer.

Un beso a todos,

Mónica

jueves, 2 de agosto de 2012

REFLEXIONES DE MÓNICA: PODEMOS SOPORTAR EL ABUSO VERBAL Y MÁS

Desde siempre me han incomodado mucho las personas que en sus conversaciones elevan el tono de voz más de la cuenta. Quiero decir, aquellas personas que cuando hablas con ellas, utilizan los gritos y las malas maneras para dirigirse, en algunas ocasiones, a los demás. Seguro que todos conocéis a alguien que a veces se comporta así. 

Hoy me apetece hablar de este tema porque creo que es muy interesante. Hace unos días tuve una situación de éstas. En una reunión coincidí con alguien que se comporta habitualmente de esta manera. Chilla si se le lleva la contraria, gesticula exageradamente... Tengo que reconocer que a mí estas situaciones siempre me han incomodado mucho y... sabiendo la manera de comportarse de esa persona, siempre la he intentado evitar. Como veis otra de las tapaderas que utilizamos, si algo nos incomoda lo intentamos evitar... 

Lo que pasó es que esta vez fue imposible evitar esa reunión y en esa reunión se dijeron cosas que no le gustaron nada a esa persona en cuestión, con lo cual tuvo uno de sus ataques de ira bastante potente... en aquel momento, yo me bloqueé completamente y no fui capaz de articular palabra sobre lo que tenía que decirle. Cuando se dirigía a mí, lo hacía en plan despectivo, criticando de manera exagerada cosas del trabajo con tono agresivo e irónico a la vez. Tengo que deciros que yo me bloqueé completamente, no fui capaz de defenderme y se me hizo un nudo en la garganta que tardó un poquito en deshacerse... Además por dentro me decía a mi misma: ¡¡Por Dios, no se te ocurra ponerte a llorar ahora!!!, y eso hacía a la vez que el nudo se hiciera más grande!!! La reunión se acabó y yo me quedé un poco hecha polvo por la tensión de aquella situación... 

Ni que decir tiene que en los días siguientes intentaba no coincidir ni en el descansillo del ascensor con esa persona!!, mi conducta de evitación se había afianzado. Incluso evitaba las horas en las que esa persona cogía el ascensor!! 

Estos días he reflexionado mucho sobre ese incidente y he llegado a conclusiones interesantes que quizás nos sirvan a todos para superar situaciones en las que se produce un abuso verbal por parte de otras personas:

-         No es la otra persona con su abuso verbal la que nos produce la incomodidad, es lo que nosotros pensamos sobre esa situación lo que nos produce la incomodidad.

-         En el fondo cuando se está produciendo esa situación, pensamos que no la podemos soportar y eso no es verdad, podemos soportar perfectamente un chorreo verbal de alguien con un tono subido. Simplemente es una situación incómoda, pero ¿por qué vamos a elevar a insoportable lo que solamente es incómodo?

-         ¿Hay alguna razón para tener miedo a alguien que expresa sus opiniones de malas maneras?. No hay ninguna razón, simplemente si que habría que vigilar si nuestra vida corriera peligro, pero si no es el caso, no tenemos por qué tener miedo a esas situaciones. ¿Qué nós podría pasar?

-         La persona que actúa así, no está actuando de manera correcta, pero eso no la invalida 100% como persona. Simplemente está actuando de manera irracional.

-         El evitar, ¿nos ayuda a nosotros a crecer?, ¿nos ayuda en nuestro objetivo de convertirnos en personas emocionalmente fuertes? No, simplemente evitamos el enfrentarnos a situaciones que nos incomodan.

-         Enfrentarnos a situaciones que nos incomodan a la brava, eso sí, habiendo reflexionado previamente sobre el tema, es un ejercicio genial. Porque nos ayuda a perder esos miedos irracionales que nos surgen tantas veces y que no tienen ningún sentido.

-         No podemos controlar como actúan los demás pero si que podemos controlar que las actuaciones de los demás no nos afecten tanto.

-         De todas maneras, es normal que a veces según que situaciones nos sorprendan tanto que no sepamos gestionarlas con calma y tranquilidad. Mantenernos impasibles delante de según que situaciones, sin que nos afecten, tampoco sería normal.  No es un objetivo realista! Eso es lo que les ocurre por ejemplo a las personas que tienen algún transtorno mental.

- Si lloráramos en una reunión de trabajo delante de todo el mundo tampoco sería terrible!!. Somos humanos, el llorar es una conducta humana. No pasa nada si se llora. La historia viene sobre lo que nos decimos nosotros a nosotros mismos sobre el llorar. ¿Qué significa para nosotros el llorar?. Por nuestra educación y cultura, somos muchos los que pensábamos que llorar es igual a ser una persona débil, no apta quizás para ocupar según qué puesto de trabajo... Las lágrimas lo que nos demuestran es que somos humanos y que tenemos sentimientos.

-         Otra conducta que podemos tener en estas situaciones es la de utilizar nosotros también el abuso verbal, los gritos... esto suele ocurrir con frecuencia y entonces con nuestra conducta lo que hacemos es agravar el asunto, puesto que no vamos a mejorar la conducta de la otra persona, sino que seguramente empeoraremos la situación.

- A veces también nos decimos a nosotros mismos: ¡¡¡Es que yo no tengo por qué aguantar eso!!!. En la vida las cosas no nos salen siempre como nos gustarían, ni las personas de nuestro alrededor se comportan siempre como nos gustarían. Justamente el aprender a lidiar con situaciones así nos hará más fuertes emocionalmente.

-         Desde la calma y la tranquilidad podremos ver mejor las soluciones a nuestros problemillas y ¿por qué no?, si somos capaces de dirigirnos tranquilamente a esa persona, será también un aprendizaje para ella, puesto que en el fondo con sus gritos no consigue más que boicotear sus propios objetivos. 

Total que después de todas estas reflexiones he pasado a la acción y me he dicho a mi misma que ya se ha acabado de evitar estas situaciones incómodas, es más, si puedo las voy a buscar, sin hacer nada extraordinario, pero no voy a hacer por evitarlas. Así será una oportunidad para trabajar mi soportantitis y demostrarme a mí misma que este tipo de situaciones las puedo soportar perfectamente.

Ya no voy a evitar más a esa persona, la próxima vez que coincida con ella, no bajaré la cabeza,  la miraré directamente a los ojos y a ver qué pasa... no para desafiarla, ni mucho menos, sino cordialmente, sin perder de vista que esa persona puede actuar de manera locuela pero que eso no la invalida como persona. Y si se dan situaciones de chillidos, gritos, insultos... en definitiva de abuso verbal, serán unas oportunidades fantásticas para mí para practicar lo aprendido!!! 

Un beso a todos, 

Mónica

miércoles, 18 de julio de 2012

REFLEXIONES DE MÓNICA: SI QUIERES LA VIDA ESTÁ LLENA DE GRANDESAMIGOS...

Fue en septiembre cuando casi de casualidad se me presentó la oportunidad de hacer un curso de TREC, terapia racional emotivo conductual, yo no soy psicóloga, soy veterinaria… pero de siempre me ha gustado la psicología y gracias a las enseñanzas de Rafael mi interés sobre el tema ha ido aumentando más y más. Pensé que con este curso podría dar más calidad a las tertulias, a mis posts del blog, en definitiva hacer que la TREC llegue a  más gente. Muchas veces queremos cambiar pero nos faltan las herramientas, mi objetivo personal es que la gente conozca esas herramientas para el cambio. Fue así como me lancé a hacer este curso.

Al principio estaba un poco inquieta puesto que me decía a mí misma: ¡no te vas a enterar de nada!, ¡Mónica, cada día estás peor, ahora te da por pasar los sábados haciendo un curso de psicología!... todo esto también se alimentaba un poco por algunos conocidos que me decían: ¡Pero, ¿y los niños?, ¡no vas a estar con ellos!, ¿qué provecho vas a sacar tú de este curso?, ¡y encima te cuesta dinero!, ¿no sería más provechoso que hicieras algún curso relacionado con tu profesión? 

Al final, gracias a mi tozudez  que a veces me mete en algún que otro lio... decidí tirar hacia delante y apuntarme al curso. Mi objetivo estaba claro, quería más conocimientos para contribuir un poquito en difundir la TREC al público en general. Intenté calmar mis miedos y allá que me fui... Hoy el curso ya ha finalizado, pero os puedo decir que ha sido una de las experiencias más gratificantes que he tenido. Este curso me ha permitido conocer a gente maravillosa que de otro modo no hubiera conocido nunca, psicólogos, médicos... he aprendido un montón tanto de los profesores como de mis compañeros. 

Hemos creado durante este año escolar una pequeña familia. Montse me ha aportado valentía, Jose Luís sencillez y proximidad y Francesc me ha ayudado a detectar mas creencias irracionales mías que aún andan por ahí y me ha contagiado sus ganas de trabajar. Estos han sido mis profesores del Instituto RET, pero con mis compañeros he corroborado, lo que yo siempre he defendido, que la vida está llena de gente maravillosa, que en todos los sitios tenemos oportunidades fantásticas de descubrir a gente estupenda, solo hay que liberarse de las vergüenzas y saber escuchar. Así me he llenado de la dulzura de Berta, de la paciencia de Ruth, de la calma de Carme, de la actividad de Mar, de la sabiduría de Manuel, de la simpatía de César... de todos ellos podría decir alguna cosa que me llevo. 

El sábado pasado fue un día muy emocionante porque el curso se acabó y nos despedimos, ya sé que no hay que apegarse en exceso a nada, pero para mí eso es difícil. La realidad es que me acabo apegando a todo!!. El sábado sentía una mezcla de felicidad porque el curso había acabado pero también estaba un poco triste porque sé que a algunos de esos compañeros será difícil el volver a verlos... se me cayeron algunas lagrimillas, que como tapadora que soy... tal como me dice Jose Luís... intenté disimular. Ya haré un post sobre lo de tapar cosas... que es muy interesante...  Pero lo más bonito de mis compañeros y profesores es que todos me han enseñado a crecer como persona un poquito más. No ha sido un curso cualquiera, ha sido algo más y seguro que va a dar pie a grandes proyectos. 

Fijaros lo que me hubiera perdido si por mis miedos, me hubiera echado para atrás en la realización de este curso!!. Yo quiero que mi vida sea emocionante, disfrutar cada segundo como el que más y sé que para eso también me tengo que esforzar y vencer esas vergüenzas que lo único que nos aportan es que nos perdamos el hacer cosas estupendas en nuestras vidas. Desde aquí os animo a que no tengáis miedo en iniciar nuevos proyectos, en conocer a gente nueva, en hacer cambios en la vida... porque todo, salga bien o mal es un gran aprendizaje. 

Un beso a todos y gracias a mis profesores y compañeros por esos momentos tan bonitos que me habéis regalado durante estos meses.

domingo, 3 de junio de 2012

REFLEXIONES DE MÓNICA: ¿INVERTIMOS MUCHO TIEMPO EN PENSAR EN HACER FELICES A NUESTROS HIJOS?

En los últimos días he tenido  la gran suerte de recibir clases de dos personas increíbles Leonor Lega, de la cual ya os hablé hace unos meses y Dom DiMattia, los dos psicólogos discípulos de Albert Ellis, aprendieron y trabajaron con él durante muchos años. Dom DiMattia tiene ya 75 años y parece que tenga 30 por su vitalidad, aún sigue viajando por todo el mundo como si fuera un chaval enseñando TREC!!!


Son puristas de la Terapia Racional Emotivo Conductual (TREC) y la verdad que cuando les oyes hablar alucinas, es como si estuviera hablando el mismísimo Albert Ellis!!


Pues bien , dijeron muchas cosas que ya iremos trabajando poco a poco nosotros en nuestro blog y en las tertulias, pero en este post me gustaría resaltar lo que más me impactó de sus clases.


 Lo primero,  que como siempre nos dice Rafael todo esto es como aprender un idioma o aprender a tocar un instrumento, hay que echarle esfuerzo y ganas. Uno no consigue un cambio de la noche a la mañana como si fuera magia sino trabaja. Luego hay momentos en los que parece que no avanzas o incluso retrocedes, pero si sigues trabajando se acaban viendo los frutos. Aprendes a levantarte y a seguir trabajando!!!. De ahí la importancia de los deberes para casa que se ponen en terapia. Igualmente el que no está haciendo terapia también puede aprender a ponerse deberes así mismo, como reflexionar de manera racional cada día durante 30 minutos, leer libros como “El arte de no amargarse la vida” o libros de Albert Ellis... y seguir y seguir insistiendo... la perseverancia en el trabajo es lo que hará que aprendamos a cuestionar nuestras creencias irracionales nosotros solos. El terapeuta hace de guía pero el paciente tiene que practicar lo aprendido, practicar y practicar... sólo así se logrará un cambio.


La clave del aprendizaje de este método no es la inteligencia sino la perseverancia!!!


Dicho esto, vamos a lo que más me ha impactado de estas clases de estos últimos días.  En un momento de su clase, el profesor Dom dijo lo siguiente: “Invertimos demasiado tiempo en pensar en hacer felices a nuestros niños!!!, los niños es bueno que aprendan a sufrir!!!”. Si, sí, así tal cual lo dijo. “Enseñamos a los niños a tener historias de éxito cuando lo interesante es enseñarles a que cuando se caigan aprendan a levantarse, enseñarles a aprender a fallar, enseñarles a aprender a perder”.


¿Qué opináis?, creo que esto es un punto fundamental en este trabajo que estamos realizando. Nosotros mismos, sin ser conscientes,  favorecemos a que se graben con fuego las siguientes creencias irracionales en nuestros hijos: “Debo de tener éxito en todos los ámbitos de mi vida”, “las cosas me deben salir siempre bien”. Enseñamos a nuestros niños en el éxito, lo mejor es ganar,  sin embargo, la clave es enseñar a los niños a perder, pero aún perdiendo estar bien, aún siendo el último ser felices!!!


 Asumir que en la vida no todo siempre me va a salir bien (pareja, amigos, trabajo, estudios...), es decir como yo quiero, es un gran aprendizaje porque es la realidad. Si buscamos 100% historias de éxito seguro que no las vamos a encontrar. Somos humanos y como seres humanos que somos, somos falibles, es decir, no somos perfectos y en algún momento de nuestra vida, seguro que nos vamos a equivocar, vamos a fallar... Igual que la muerte, esta es otra de las pocas garantías seguras que tenemos...


Pero el hecho de equivocarnos no implica que nos debamos devaluar como personas, o  hacer juicios morales de nosotros mismos. Igualmente sentir ira por tener la exigencia absolutista e innegociable de que tanto la vida como las personas tienen que hacer siempre lo que yo quiero y comportarse como a mí me gusta, es muy absurdo, porque seguro que en algún momento nuestros objetivos no se van a ver cumplidos..


Enmascaramos a los niños la realidad, cuando la realidad es que en la vida pasan cosas que nos gustan mucho, otras no tanto y otras nada de nada... esa es la verdadera realidad, no siempre nos va a salir todo como queremos. Intentar buscar la felicidad de los niños a base de evitarles situaciones incómodas es un gran error porque fomentamos “la no soportantitis” y la baja tolerancia a la frustración, fomentamos el que cuando yo quiero algo... lo tengo que obtener seguro y ya!!!.  Fomentamos que se crean que la vida está llena de garantías!!


Lo que conseguimos cuando les protegemos de la realidad de la vida,  es fomentar que en un futuro sean unas personas muy débiles a nivel emocional, personas con muy baja tolerancia a la frustración.


Fijarse objetivos y metas está bien, pero a la vez entender que a veces esos objetivos no se consiguen, aprender a soportar la incomodidad que tiene el que un objetivo no se vea cumplido. En vez de intentar evitar a los niños las situaciones incómodas, lo que sería interesante es enseñarles a soportar la incomodidad. Todo menos la muerte es soportable porque de hecho cualquier situación que no fuera soportable nos provocaría la muerte!! Y lo que ocurre es que no nos morimos!!!. Por tanto es muy absurdo calificar de no soportable una situación que sólo es incómoda!!


Aprender a ser el último y a estar bien, aprender a levantarnos y a seguir adelante porque nada es tan horrible, aprender que lo incómodo es soportable son grandes aprendizajes que podemos transmitir a nuestros niños porque sino las rabietas de la infancia también las tendrán en la madurez. Somos seres humanos falibles con una gran capacidad para amar que nos convierte a cada uno de nosotros en seres humanos maravillosos y únicos.


Dom decía: “Invertimos demasiado tiempo en pensar en hacer felices a los niños...”, una gran frase, a veces lo que conseguimos con esto es justamente lo contrario...


Un beso a todos,


Mónica

miércoles, 16 de mayo de 2012

REFLEXIONES DE MÓNICA: CRÓNICA DE LA ÚLTIMA TERTULIA.

Hola a todos, primero disculpad el retraso en publicar la crónica de la tertulia que tuvimos el pasado martes día 8 de mayo, pero aquí viene!!.


En esta tertulia fuímos unas 20 personas más o menos, sigue viniendo gente nueva y es un placer. Las tertulias cada vez van cogiendo más forma de lo que a mí me gusta realmente y, es la terapia de grupo, la gente se va lanzando a explicar sus a,b,c, sus casos y es genial tener ejemplos para poder tratarlos. Total ya que se hace el esfuerzo de venir a una tertulia ¿por qué no aprovechar para tratar algún tema que nos preocupa?


Ahora las tertulias las dividimos de la siguiente manera: Primero trabajamos un resumen de un capítulo del libro de Rafael, en este caso tocaba trabajar el capítulo 9, que es el resumen que os adjunto, pero no nos dio tiempo, y eso que estamos dos horas!!. Lo que hicimos fue acabar el  capítulo 8 porque en la última tertulia nos había quedado pendiente de trabajar el tema de "la comodidad".


Después de trabajar el capítulo correspondiente del libro pasamos a hacer a,b,c , es decir poner ejemplos de acontecimientos (a) en los que hemos sentido (c) emociones exageradas como: tristeza excesiva, ira, ansiedad y analizar qué estábamos pensando en ese momento (b) para llegar a la creencia irracional y si podemos a la creencia nuclear irracional.


En este caso analizamos un a,b,c mío y llegamos a mi exigencia del perfeccionismo, cómo el pensar "que tengo que trabajar de manera perfecta porque sino soy menos" me lleva a veces a emociones exageradas. Por tanto hay que trabajar esa creencia irracional hasta deshacerla con argumentos lógicos como: somos humanos y es normal equivocarse, hay que permitirse a uno mismo el equivocarse, no por equivocarse uno es menos que otro, todos somos seres humanos falibles pero maravillosos.


Otras dos personas pusieron sobre la mesa otros dos a,b,c y aprendimos mucho todos juntos.


Os informo que la próxima tertulia será el día 5 de junio a las 19:15 horas en el Centre Cívic Les Corts del carrer Dolors Masferrer 33, cerca de la Plaza Comas. La verdad que este Centro Cívico nos está acogiendo estupendamente y hasta los que trabajan en el Centro se están interesando por las tertulias y las están recomendando!!, es genial!.


Os dejo con el último resumen, un beso a todos y muchas gracias por participar!


Mónica


TERTULIAS EDF DEL 8 DE MAYO DE 2012: RESUMEN DEL CAPÍTULO 9 DE “EL ARTE DE NO AMARGARSE LA VIDA” DE RAFAEL SANTANDREU. 




  • Cuando estamos terribilizando lo que estamos haciendo es dar una importancia terrible a las cosas.

  • Cuando nos preocupamos en exceso por las cosas en el fondo nos estamos apartando de la realidad.

  • La realidad es que todos un día moriremos, entonces ¿vale la pena preocuparse tanto por las cosas?.

  • La muerte es algo real y concreto y lo que hacemos muchas veces es vivir en la fantasía de que somos inmortales.

  • Hay que aceptar la impermanencia de las cosas (los budistas lo trabajan mucho). La muerte es inevitable y eso es bueno porque así podemos relativizarlo todo.

  • Pensar en nuestra propia muerte es uno de los mejores mecanismos para madurar y tranquilizarnos, es un gran mecanismo para ganar fuerza emocional.

  • Hace 100 años la gente vivía más en contacto con la realidad de la muerte. La gente se moría en casa, mataba a sus propios animales... las personas convivían más con la muerte y eso les permitía tener una filosofía de vida más relajada.

  • Ahora en nuestra sociedad se intenta evitar todo lo relacionado con la muerte.

  • Para nuestra salud emocional no es bueno vivir pensando que vamos a vivir siempre, no es bueno vivir con la ficción de la inmortalidad. Eso nos convierte en neuróticos.

  • Aceptar la muerte nos permite vivir con más ligereza. Nos permite entender que no hay nada demasiado importante en la vida. Pensar en nuestra propia muerte es el desestresante más grande que existe. Pensar en la muerte es una gran reflexión

  • No hay por qué tener miedo a la muerte, es un estado natural, neutro en el que no hay sufrimiento. Es muy bueno imaginarnos muertos para ir perdiendo el miedo a la muerte.

  • El budismo y el cristianismo nos animan a pensar en la muerte. La psicología cognitiva también.

  • La muerte nos puede llegar en cualquier momento y si es mañana pues perfecto!!! Brindemos hoy por la vida!!!

  • Lo importante es disfrutar de la existencia no de cuanto va a durar.

  • Cada vez que nos estresemos podemos sosegarnos pensando en nuestra propia muerte.

  • Imaginarnos muertos es una buena medida preventiva de las ansiedades cotidianas.

martes, 1 de mayo de 2012

REFLEXIONES DE MÓNICA: “DE MAYOR QUIERO SER CÓMO TÚ...”

Hace unas semanas en un curso que estoy haciendo recibí una clase de Walter Riso, me gustó bastante, la verdad, sin embargo hubo algunas cosas que él defendía que yo no comparto. A ver qué pensáis vosotros...


Riso defendía que en esta vida hay que tener pasión e ilusión, un objetivo que ilusione y que nos llene, sin esto es muy difícil ser feliz, si perdemos la ilusión, perdemos el motor... También defendía que en una pareja tiene que haber pasión, complicidad y amistad. Muy bonito todo lo que dijo y muy deseable, la verdad...


Ellis hablaba también del objetivo vital absorbente, es decir tener algo que nos ilusione y que centre nuestra atención nos ayuda en la vida. En esto estoy de acuerdo, pero de ahí a pensar que necesitamos tener ese objetivo va un rato...


En la vida está bien preferir tener ilusión, un objetivo que nos llene, si encima tenemos un trabajo que está relacionado con eso que nos gusta, ya es la leche!! Y si encima tenemos una pareja dónde hay pasión, complicidad y amistad pues mucho más guay todavía!!!


Pero ¿qué pasa si no tenemos todo o algo de eso que estamos diciendo?, ¿qué pasa si no hemos encontrado nuestro objetivo vital absorbente?, ¿si no hemos encontrado ese hobbie maravilloso que nos encandila?, ¿qué pasa si no tenemos ilusión?, ¿qué pasa si tenemos una pareja en la que no hay pasión?. ¿Es todo eso terrible, horroroso y hay qué cambiarlo? ¿qué pensáis?


Mi opinión es que en la vida es preferible tener ilusión y todas esas cosas que hemos dicho pero no necesitamos nada de todo eso para ser felices. Como dice Rafael: mirando un punto de una pared todo el resto de mi vida podría estar bien.  La vida es muy corta, nosotros somos muy poco importantes y todo pasa muy rápido. Esta es la reflexión clave que hay que hacer para el “malestar existencial” que a veces nos invade y al que no hay que dar ni agua!!!


Si el tener ilusión lo elevamos de preferencia a exigencia ya lo estamos fastidiando porque si en algún momento de nuestras vidas, no tenemos ese nivel de ilusión que nos hemos inventado pues vamos a estar mal, nos vamos a preocupar en exceso y vamos a pensar que estamos fatal!!! Sin embargo si no lo elevamos a exigencia, si perdemos la ilusión, vamos a estar calmados y esa calma nos va a permitir fijarnos en otras cosas que seguro que nos van a ilusionar de nuevo muy rápidamente. Pero tenemos la tranquilidad de que si eso no fuera así pues tampoco pasaría nada!!!


La filosofía de Riso es bonita, pero a veces no vivimos esas situaciones ideales y no nos tenemos que preocupar por ello.


Cuando pensaba en este post me acordaba de dos amigos de toda la vida que además de ser músicos son dos grandes personas, son un ejemplo a seguir...  y es que el mundo de la música no es nada fácil. Llevan un montón de años moviéndose y  van haciéndose un pequeño espacio poco a poco. Aún en los momentos más difíciles no han perdido nunca esas ganas de seguir intentándolo y ahora todo eso está dando sus frutos, es la perseverancia de la que siempre hablamos y que es útil en todos los campos. Os dejo con su último trabajo que habla de un personaje muy peculiar que sin tener ningún objetivo vital absorbente vive la mar de feliz, je, je...


http://www.youtube.com/watch?v=aL3sNUWQ6_A


Un beso a todos,


Mónica

lunes, 12 de marzo de 2012

REFLEXIONES DE MÓNICA: CRÓNICA DE LA ÚLTIMA TERTULIA

Hola a todos, primero disculpad el retraso de esta crónica, esta semana pasada ha sido una de esas semanas en las que he ido corriendo a todos los sitios con mil cosas entre manos.... ay!! cómo se nos olvida a veces lo que decía el jefe samoano: el tiempo es paz y tranquilidad.... bueno ya iremos mejorando!!


El pasado martes tuvo lugar otra de nuestras tertulias, fuímos unas 15 personas y fue muy interesante. La participación de la gente es genial, todos como grandes amigos hablando de nuestras experiencias. Llevaba preparado el resumen del capítulo 8 del libro de Rafael, pero no nos dio tiempo!!!, increíble, dos horas de tertulias y aún nos falta tiempo para nuestras cosas. En la siguiente tertulia trataremos este capítulo porque es muy interesante el tema de las visualizaciones.


Lo que si que nos dio tiempo es de hacer un ejercicio muy interesante, he pensado que este ejercicio lo intentaré hacer en todas las tertulias. Se trata de lo siguiente pensar en un acontecimiento (A) que nos haya perturbado, tiene que ser un acontecimiento muy concreto, a continuación escribir ese acontecimiento y también la emoción (C) ira, ansiedad, culpa, depresión... que hayamos sentido frente ese acontecimiento. Una vez identificada la emoción y el acontecimiento pararnos a pensar ¿en que estábamos pensando en ese momento (B)?, puesto que ese pensamiento era lo que justamente nos provocaba esa emoción.


En la tertulia hicimos un ejemplo de este tipo y luego como deberes para casa pusimos que para la siguiente tertulia, los que quisieran llevaran este ejercicio hecho con el acontecimiento que quisieran.


Este ejercicio es hacer un A,B, C, sale en los libros de Ellis y es muy bueno para aprender a cuestionar nuestras creencias irracionales. Si tenéis alguna duda sobre el ejercicio la podéis preguntar. Cuando sentimos una emoción de manera exagerada,  seguro que en nuestros pensamientos, en ese momento encontramos una creencia irracional que hay que debatir.


Ya iremos practicando este ejercicio. Los que queráis hacerlo y explicarnos vuestro A,B,C aquí tenéis el blog para hacerlo, luego lo podemos comentar a ver a qué conclusión llegamos.


Ahora os dejo con los apuntes que pasé en esta última tertulia. Os anuncio que la siguiente tertulia seguramente será el día 17 de abril, después de Semana Santa pero ya os lo confirmaremos.


Un beso a todos, y muchas gracias por vuestra participación,


Mónica 





TERTULIAS EDF DEL 6 DE MARZO DE 2012: RESUMEN DEL CAPÍTULO 8 DE “EL ARTE DE NO AMARGARSE LA VIDA” DE RAFAEL SANTANDREU. 



  • Las necesititis son una de las principales fuentes de neurosis. Ser débil a nivel emocional es una consecuencia del hecho de necesitar en exceso.

  • Tener pocas necesidades no significa no tener nada, sino comprender que si no tuviera muchas de las cosas que tengo no sería horrible y no me moriría.

  • Los deseos son legítimos pero si los convertimos en necesidades es cuando surgen los problemas.

  • Un ejercicio es hacer visualizaciones, visualizarnos sin amigos, sin pareja, sin trabajo pero estando tranquilos y bien. Las visualizaciones nos fuerzan a pensar bien.

  • Una visualización que nos va muy bien, es la visualización del indigente: Imaginarnos a nosotros mismos sin hogar y sin trabajo, teniendo las necesidades mínimas cubiertas y estando bien. ¿Podría ser feliz siendo un indigente?, ¿cómo?, ¿qué haría?

  • Visualizarse en la indigencia pero felices ayuda a combatir las siguientes ideas irracionales: es necesario poseer muchas cosas para ser feliz, si no estoy ocupado no estoy bien, necesito una imagen personal de eficiencia para que me quieran y poder disfrutar de la vida. Estas creencias irracionales estaría bien modificarlas por: Me gustaría tener seguridad económica, pero no la necesito para gozar de la vida, me gustaría tener el tiempo ocupado, pero, si no tengo nada que hacer, también puedo estar sereno. Si alguna vez no tengo la imagen personal normalmente demandada por la sociedad, aún podré hacer muchas cosas valiosas y gratificantes por mí y por los demás.

  • Para la reflexión del indigente, nos ayuda pensar en las facetas en las cuales podríamos encontrar objetivos valiosos, aún careciendo de todo lo material: Ayudar a los demás, hacer buenos amigos, profundizar en la espiritualidad, hacer algo artístico..., cuidar mente y cuerpo, estudiar y aprender, vida de ocio, amor sentimental. Para hacer la visualización es bueno centrarnos en una de esas cosas y explotarla mentalmente. Cuando estas visualizaciones se hacen con fuerza, la persona experimenta una sensación inmediata de alivio. Verse feliz con poco es quitarse necesidades de encima, hacerse más fuerte.

  •  Una persona sana y fuerte no necesita ni cosas materiales ni inmateriales, ni pareja ni la aprobación ajena. (“Los papalagi son pobres porque persiguen las cosas como locos, sin cosas no pueden vivir”. Erich Scheurmann, “Tuiavii”.

  • Los occidentales estamos enfermos de necesititis, confundimos deseos con necesidades y cada necesidad nos hace más débiles y a la vez más infelices.

  • La necesititis siempre produce malestar emocional, porque si no poseemos esas cosas somos desgraciados y si las tenemos tampoco estamos bien porque las podríamos perder y eso produce ansiedad.

  • Esas cosas que deseamos tanto nos desilusionan porque cuando deseamos tanto depositamos unas expectativas y experiencias en el objeto deseado y tarde o temprano nos caemos del caballo porque nos acabamos dando cuenta que esa cosa que tanto deseábamos no nos hace felices.

  • Desear o poseer  no tienen nada de malo siempre y cuando no creamos que son necesidades.

  • Si tienes algo, disfrútalo pero pensando que si lo perdieras también serías muy feliz porque no necesitas de eso para ser feliz.

  • Si nos vamos al terreno del amor: Amar no es necesitar. Cuando creemos que necesitamos una pareja y no la tenemos somos desgraciados y cuando la tenemos también porque no la vamos a disfrutar. Amar es muy bonito pero no en exclusiva. La vida nos ofrece muchas cosas, hay que imaginarse que sin esas cosas también podría ser feliz.

  • Muchas veces se nos activa el pensamiento de blanco o negro tan típico de las neurosis. Cuando pensamos así, en la línea de valoración sólo están el genial y el terrible. Es verdad que la sociedad, las canciones de amor promueven este tipo de pensamientos pero el amor sentimental no da la felicidad, puede contribuir a ella como el resto de cosas gratificantes de la vida, pero si lo convertimos en fuente primaria de nuestra felicidad entonces no.

  • Todas las necesidades inventadas, tanto de cosas materiales, como inmateriales producen infelicidad. En realidad son incluso peores, a nivel psicológico, las necesidades inmateriales que las materiales: El amor sentimental, tener hijos, el éxito, ser inteligente, ser respetado por los demás, no tener problemas o complicaciones, tener compañía, estar ocupado, que la vida tenga sentido, tener seguridad, tener salud...

  • Si todo esto lo mantenemos como preferencias pues estará bien, pero si lo elevamos a exigencias tendremos problemas porque en realidad no son necesidades básicas, este tipo de bienes son impermanentes, hoy los tenemos y mañana los perdemos, no producen tanta plenitud como puede parecer, si depositamos muchas expectativas en esto, seguro que nos quedaremos insatisfechos.

  • Las neurosis son fruto de unas necesititis que abarcan necesidades materiales e inmateriales.

  • Existen innumerables fuentes de bienestar pero ninguna de ellas es absolutamente necesaria: sexo, amor sentimental, amor fraternal, ayudar a los demás, divertirse, descansar, jugar, aprender descubrir cosas nuevas, comer con gusto, recibir honores... Con sólo algunas de estas fuentes es suficiente para tener una vida feliz, por tanto no nos obsesionemos con nada. Los ejercicios de visualización nos ayudan a superar estas necesidades.

  • “El fetiche de la comodidad”. Un fetiche es un objeto al que se le atribuyen propiedades mágicas. El problema es que nos inventamos esas propiedades mágicas. No abandonaremos la dinámica de las necesititis sino combatimos el fetiche de la comodidad. Si le damos mucha importancia a la comodidad (limpieza, descanso, silencio...) vamos a ser muy infelices.

  • La comodidad no es tan importante, no da la felicidad, la comodidad viene y va, un exceso de comodidad es incompatible con el disfrute activo de la vida.

  • La comodidad no es necesaria, existen otras fuentes de gratificación. Un poco de comodidad está bien, pero no demasiada.

  • La comodidad es buena pero sólo en su justa medida, demasiada comodidad es aburrida y no te permite disfrutar de la vida. Si queremos tener unas vidas interesantes nos convendría renunciar a una parte de la comodidad. Cuando ya no nos importe la comodidad estaremos libres de ese fetiche y tendremos menos manías.

  • La idea irracional: Debo estar cómodo para ser feliz es un fetiche porque tratamos la comodidad como un estado al que asignamos propiedades que no posee. La comodidad no da la felicidad aunque la publicidad intenta convencernos de ello.

  • ¿Cómo es posible que con tantas comodidades tengamos actualmente más problemas emocionales?. La comodidad no da la felicidad.

  • Resumen: La verdadera fuente de terribilitis son las necesidades inventadas, necesitamos muy poco para estar bien, hay que refrenarse constantemente para no convertir deseos en necesidades, la comodidad no es tan importante. Un ejercicio muy bueno es visualizarnos sin necesidades, es un buen método para adquirir filosofía racional.