Las relaciones de pareja

Resumen de la conferencia de Rafael Santandreu en Can Déu el 28/02/2011.

1. No necesitamos una pareja para ser felices, hay que amar en libertad.

- Cariño te quiero mucho pero no te necesito.

- Nos creemos que si no tenemos una pareja, somos unos desgraciados.

- La queja como fuente de infelicidad.

- Cariño te quiero mucho pero no te necesito:

Saber estar sólo es muy importante. Todos los problemas que se nos presentan en la vida son más difíciles de solucionar si los exageramos. Al exagerar lo que originamos es más tensión y entonces es más difícil de encontrar una solución. A la pareja la quieres, la amas pero no la necesitas.

Cuando en una relación hay tensión es porque estamos exagerando. No hay que ser hiperromántico. Es importante saber que no se necesita a la pareja para ser feliz porque sino ya nos estamos poniendo demasiada presión.

- Si no tienes pareja, eres un desgraciado:

Si no tienes una pareja no eres un desgraciado, hay otras muchas cosas que puedes hacer en la vida por ti y por los demás.

Había un chico que tenía una Harley- Davidson, le gustaba muchísimo, pero tenía miedo que se la robaran, por tanto le ponía un montón de cadenas y candados. Cuando la quería coger perdía mucho tiempo en quitar todos los candados y luego cuando la dejaba tenía que volver a poner todos los candados. Por este ritual no la cogía nunca, incluso decidió comprarse un ciclomotor para poder moverse más. Tenía problemas económicos pero no se planteaba para nada el vender su Harley, decía que la moto era lo único que tenía, era el sentido de su vida. En vez de un disfrute la Harley le provocaba más incomodidades que otra cosa, se había convertido más en una tortura que en un placer.

Cuando deseamos demasiado las cosas y pensamos que las necesitamos nos pasa como a este chico. Podemos tener objetivos, pero si por algún motivo no se cumplen esos objetivos, estaremos tranquilos y esa tranquilidad nos permitirá encontrar la solución a los problemas que se nos planteen.

- La queja como fuente de infelicidad:

Todo problema emocional en el fondo es una queja. “Debería tener pareja y como no la tengo soy un gusano”. El problema de la queja es que nos la creemos, pero es una creencia sin ningún sentido. La realidad es que nosotros necesitamos muy poco para ser felices. En el mundo de la pareja tener esto claro es fundamental.

2. No necesitamos una buena o demasiado buena pareja.

Una de nuestras grandes quejas es quejarnos de nuestra pareja, muchas veces nos decimos cosas como “sólo si nuestra pareja fuera diferente sería feliz” y nos convencemos de esta creencia. Sin embargo esto no es verdad, la capacidad para ser feliz está dentro de nosotros. A veces nos creemos cosas irracionales como: sólo con mi moto soy feliz, sólo si consigo éxito seré feliz, sólo si mi pareja cambia seré feliz… Sin embargo la capacidad para ser feliz está dentro de nosotros, no necesitamos nada externo.

Las buenas relaciones surgen de la combinación de:

- Aceptar renunciando.

- Esquivar.

- Sugerir o seducir.

- Esperar

- Aceptar renunciando:

Cuando les preguntamos a las personas mayores que llevan muchos años casados, ¿cómo lo han conseguido?, todos nos contestan “aguantando mucho”. Hay que aceptar a los amigos, a las parejas tal y como son porque nadie es perfecto. Seguro que todos tenemos al típico amigo que siempre llega tarde y no por eso vamos a dejar de ser su amigo.

Mucho cuidado con ir apartando a la gente de nuestra vida porque como nadie es perfecto, si vamos apartando y apartando, al final nos quedaremos solos. Y es que por ejemplo al amigo que se acuerda de todos los cumples no le pidas que te venga a las 3 de la mañana a consolarte. Y al amigo que viene a las 3 de la mañana no le pidas que se acuerde de tu cumpleaños. Y el amigo que no te dejaría dinero, sería el amigo que se tiraría de un puente si hace falta para salvarte.

Pretendemos y exigimos que nuestros amigos y nuestras parejas tengan todas las cualidades, sin embargo no nos gusta que nos exijan a nosotros todas las cualidades porque va a ser muy difícil satisfacer esas exigencias.

Hay que pedir a los amigos lo que nos pueden dar y al final tenemos un collage de amigos. Con la pareja pasa igual, no vamos a encontrar la pareja perfecta, nuestra pareja no va a cubrir todas nuestras necesidades afectivas.

- Esquivar:

Se trata por ejemplo de si tenemos un amigo que siempre llega tarde, pues nosotros tenemos que saber que si quedamos con él, es mejor quedar en algún bar y no en la calle. Al amigo que nunca te deja dinero, pues ya no se lo pidas. Pero no hay que enfadarse porque la gente no cumpla todos los requisitos de la amistad.

Lo mismo ocurre con la pareja, fijarnos en lo que nos pueden dar y no en lo que no nos pueden dar.

- Sugerir o seducir:

Podemos intentar que las cosas mejoren, pero siempre sugiriendo y no exigiendo. Por ejemplo, decir “este año de vacaciones vamos a ir a Cancún porque el año pasado fuimos a la montaña”, esto es una exigencia, es mejor decir “hablé con unos amigos que han estado en Cancún y les pareció genial, disfrutaron mucho, ¿qué te parece si pensamos en ir a Cancún en verano?. Así estamos sugiriendo, si sugiriendo no conseguimos nuestro objetivo, pues tampoco pasa nada porque nosotros no necesitamos ir a Cancún. No hay que pedir a la gente más de lo que la gente puede dar.

Otro ejemplo, estamos en la cola del pan y alguien se nos cuela, tenemos dos opciones, primero decirle “oiga, se está colando” y el que se está colando nos dirá “no, no, si estaba yo primero” y entonces ya se genera el conflicto. O bien podemos sugerir lo siguiente: “Señora, se está colando, pero no importa puede pasar primero”, entonces inmediatamente la señora nos dirá: “no, no, se está colando usted, pero bueno es igual, pase usted primero”. Cuando exigimos transmitimos que lo que pedimos es muy importante y entonces el otro se resiste en darnos lo que estamos exigiendo.

La sugerencia no funciona al 100% pero funciona mucho más que la exigencia.

- Esperar:

Hay que saber esperar, porque cuando seducimos y sugerimos, lo que pedimos la otra persona no nos lo va a dar inmediatamente. “Cariño la bolsa de la basura, la puedo sacar siempre yo, pero me gustaría que la sacases tú, aunque si tú decides que no la quieres sacar la seguiré sacando yo”. Seguramente el primer día la pareja no bajará la basura, pero manteniendo esta actitud, llegará un día que si que bajará la basura, y cuando se produzca ese cambio, será para siempre. Sin embargo, cuando exigimos la persona no aprende y no quiere volver a hacerlo, tendremos que estar todo el tiempo exigiendo para que haga lo que pedimos.

Como no todos tenemos el mismo concepto de justicia, cuando nosotros exigimos algo, el otro piensa que no nos lo tiene que dar. Podemos empezar a utilizar la técnica de la sugerencia con nuestros compañeros de trabajo, con nuestros jefes…

Es importante en la psicología la apertura mental, tenemos que estar abiertos a que los psicólogos nos digan cosas nuevas y a probar cosas diferentes. Por lo tanto para cambiar una relación de pareja hay que hacer cosas diferentes de las que hemos estado haciendo hasta ahora.

3. Romper con la fantasía del abandono o darse aire.

4. Revisar el concepto de justicia y aprender a llegar a acuerdos: limpieza, cumplir en la cama...

5. Abrir canales de comunicación continuos y activos: las cartas.

Si queremos ser fuertes emocionalmente, nos tenemos que quitar de la cabeza que la gente me tiene que respetar y no dar tanta importancia a las palabras “él ya lo debería saber, por tanto no le voy a enseñar esto…”, “mi filosofía personal dice que esto debería ser así…”

Igualmente si queremos ser fuertes emocionalmente, no tenemos que exigir, ni entrar en el mundo de los “deberías”. Si tu pareja capta que tú exiges, el otro también te va a exigir a ti. Nos tenemos que acordar que siempre todas las exigencias (deberías) los podemos agrupar en tres grupos:

- Debo hacer las cosas bien.

- La gente me debe tratar bien.

- Las cosas me deben ser favorables

Estas exigencias las tenemos que transformar en preferencias:

- Me gustaría hacer las cosas bien.

- Me gustaría que la gente me tratara bien.

- Me gustaría que las cosas me fueran favorables.

Pero si nada de esto ocurre, no va a pasar nada porque no lo necesito para ser feliz.




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