Reflexiones sobre las adicciones, la muerte y las similitudes entre la psicología cognitiva, las religiones y las diferentes escuelas filosóficas

REFLEXIONES SOBRE LAS ADICCIONES, LA MUERTE Y LAS SIMILITUDES ENTRE LA PSICOLOGÍA COGNITIVA, LAS RELIGIONES Y LAS DIFERENTES ESCUELAS FILOSÓFICAS

Resumen de la conferencia de Rafael Santandreu en Can Déu el 27/06/2011.
·         ADICCIONES:
Podemos tener adicciones a muchas cosas: a las máquinas tragaperras, a salir con los mismos amigos todos los fines de semana, a ver la televisión muchas horas… Hay muchas cosas que hacemos por costumbre. Hacemos conductas adictivas o repetitivas por temor, detrás de estas conductas hay un miedo. Cuando salgo siempre con los mismos amigos en el fondo tengo miedo a aburrirme, nos decimos cosas como “Hoy voy a salir pero no tengo muchas ganas” y si preguntamos ¿Entonces por qué vas?. Respondemos que “Si me quedara en casa me comería la cabeza…”
En esta vida no hay que tenerle miedo a nada. Podemos tener miedo a aburrirnos, a quedarnos solos en casa… pero la realidad es que al día siguiente nos vamos a encontrar igual. Tenemos un miedo absurdo al aburrimiento, a la soledad… podríamos estar todo el resto de nuestras vidas sin hacer nada. La principal lección de un monasterio budista es aprender a estar tranquilos. Sin hacer nada si no nos decimos tonterías podemos estar muy bien, pero si nos empezamos a decir tonterías, nos empezamos a asustar a nosotros mismos y es cuando nos encontramos mal.
Podríamos quedarnos en casa todo el resto de nuestras vidas y no pasaría nada, cuando hemos reflexionado sobre esto, se nos empiezan a ocurrir cosas constructivas. Hay que hacer poco, pero las cosas que hagamos hay que hacerlas bien. Hay que escoger lo que queremos hacer y disfrutarlo. El primer paso para no tener miedo a nada, es darnos cuenta de que no necesitamos nada para ser felices. Siempre antes nos tenemos que sosegar y tranquilizar, imaginarnos que sin hacer nada podemos estar muy bien, siempre que no nos digamos tonterías, entonces empezamos a hacer cosas constructivas, si no tenemos miedo sin hacer nada estamos estupendamente. Tenemos que tener bien amueblada la cabeza, para que tendencias externas no nos afecten.
·         MUERTE:
Cuando perdemos a un ser querido ¿qué podemos hacer?. Nuestra sociedad tiene un miedo muy absurdo a la muerte, pensamos que está mal y si pudiéramos eliminarla la eliminaríamos. Queremos alargar la vida, sin embargo a la muerte no hay que tenerle miedo, ni manía, incluso no es mala porque todo lo que hay en la naturaleza es bueno. La fruta viene en una época determinada, las manzanas son de un determinado tamaño… pero a nosotros nos gusta cambiar esas cosas, entonces al intentar eso lo que hacemos es mejorar algunas cosas y provocar desastres en otras. Todo lo que hay en la naturaleza, es difícil de entender porque está todo muy relacionado, si no existiera la muerte habría un problema de superpoblación y también la vida sería muy aburrida. La muerte además psicológicamente es muy buena porque el saber que nos vamos a morir hace que tengamos que preocuparnos muy poco por las cosas. Por tanto la muerte es positiva. Mientras viva voy a intentar vivir bien y disfrutar y cuando llegue el momento que me entierren.
Cuando alguien pierde a un ser querido hay que decirle: “Tú vas a ir a hacerle compañía dentro de muy poco”. El problema que nos creamos cuando se nos muere algún ser querido es que en nuestro diálogo interno nos estamos diciendo lo siguiente: “Voy a estar mucho tiempo sin esa persona”. Esto no es verdad, la vida es muy corta, así que aprovecha tu vida y haz algo que te guste.
En todas las tradiciones religiosas ha habido meditaciones sobre la muerte. Pensar en nuestra propia muerte es algo muy bueno. Juan Bosco decía que estaba siempre tan relajado y contento porque cada noche pensaba en su propia muerte y eso le dejaba muy tranquilo. Por tanto la muerte es algo bueno y útil, tanto mi propia muerte como la de los demás.
A veces decimos cosas como que “la muerte de un niño es antinatural”, no es antinatural, lo que pasa es que nos disgusta. Nos asustamos mucho cuando pensamos en la muerte de los niños pequeños, pero hace muy poco tiempo en este país la mortalidad era muy grande y se vivía bien. Por tanto hasta la muerte de un niño pequeño es natural.
Cada vez en nuestra sociedad hay más ansiedad y más depresión, hay más autoexigencia. Tenemos que cambiar el chip, sólo tenemos que mirar la historia, ha habido civilizaciones que aceptaban la muerte con mucha tranquilidad: los vikingos, los indios americanos… cuando la gente moría no hacían una celebración triste.
·         PUNTOS EN COMÚN RELIGIONES CON PSICOLOGÍA COGNITIVA:
El cristianismo, el budismo y gran parte de las escuelas filosóficas están en sintonía con la psicología cognitiva. Hay muchos puntos en común:
-       La muerte, la religión cristiana como el budismo igual que la psicología cognitiva aceptan la muerte.
-       La renuncia mental: Ya hemos visto que la renuncia mental es una herramienta muy buena de crecimiento personal (si me dejase mi pareja podría estar bien). Las religiones hacen un gran ejercicio de renuncia. En la psicología cognitiva también proponemos la renuncia mental.
-       La aceptación: Las cosas son como son, hay que aceptarlas. En invierno hace frío y en verano hace calor. Hay que intentar ver la realidad como algo positivo. Hay que aceptar las cosas como son y disfrutar lo que podamos.
-       La ausencia de temor: No hay que tenerle miedo a nada. Cada temor por pequeño que sea hay que matarlo. No hay que enfrentarse, hay que entender que no hay nada que temer. Que perdamos nuestro trabajo, nuestra pareja… aún así hay cosas valiosas por hacer. Nuestra propia muerte y la de los demás está bien, la muerte en sí es indolora. Nunca hay que enfrentarse hay que quitarse el miedo.
-       El apego: deseo las cosas pero no las necesito. No hay que apegarse en exceso a nada, ni a las cosas buenas.
-       Hacer las cosas bien: el budismo zen nos dice, lo que decidas hacer disfrútalo e intenta hacerlo bien. Aprecia las pequeñas cosas.

-       Acepta a los demás incondicionalmente. Tanto a los amigos, a los familiares… hay que aceptarlos, seguro que siempre hay algo que puedes compartir con esa persona. Intentemos no rechazar completamente a nadie. Muchas veces cuando alguien tiene algún fallo ya lo descartamos y lo apartamos de nuestra vida. Piénsalo mucho antes de apartarlo del todo de tu vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario