CÓMO HACERSE FUERTE A NIVEL EMOCIONAL
Resumen de la conferencia de
Rafael Santandreu en “Librería Abacus Balmes”, el 09/06/2011
La clave de todo está en
nuestro diálogo interno. Hay un tipo de diálogo interno que nos hace fuertes y
otro diálogo interno que nos hace débiles. Sin darnos cuenta a veces escogemos
este diálogo interno que nos hace débiles y nos lo creemos con mucha fuerza.
Detrás de cada emoción hay un pensamiento que la provoca.
A veces nos decimos cosas
como: “Es que Pepe me pone de los nervios”, esto no es así, el proceso es el
siguiente: Pepe hace algo y luego tú decides ponerte de los nervios porque está
claro que Pepe no puede entrar en nuestro interior. Es imposible tener
emociones si no tenemos un diálogo interno.
A los pensamientos que causan
ira, vergüenza, stress, ansiedad, tristeza… les llamamos creencias
irracionales. Son frases que nos decimos a nosotros mismos, pero que nos las
decimos con mucha fuerza, sin embargo no son verdad, no son útiles y no nos
sirven para nada, sólo para ponernos mal.
Un paciente una vez fue a la
consulta porque se había querido suicidar, cuando se le preguntó ¿por qué
razón?, él contestó que es porque había suspendido 3 asignaturas y él nunca
antes había suspendido. Explicaba “voy a un colegio muy bueno, a ese colegio ya
habían ido mis padres y mis hermanos, todos con unos resultados excelentes.
Además en este colegio si te quedan más de dos asignaturas tienes que repetir
curso y no puedes seguir. Por tanto no sólo es suspender, es repetir curso!!.
Además sólo se puede repetir curso una vez, imagínate si vuelvo a suspender…
eso sería ya la expulsión… Yo no podría ir a la universidad y sería el tonto de
mi familia. Estaría condenado a un trabajo mediocre y nadie querría estar
conmigo, estaría condenado a la soledad…”
Este chico tenía un diálogo
interno lleno de creencias irracionales que le provocaban malestar emocional.
Además existen pruebas de carácter científico que nos apoyan en que todas esas
creencias irracionales no son verdad. Muchas de las cosas que nos decimos en
estas creencias irracionales, en el fondo son muy improbables que sucedan, sin
embargo estas creencias nos causan muchos problemas emocionales y no nos ayudan
a solucionar nada.
Hay que quitar esas creencias
irracionales. Suspender es un poco malo pero no es terrible. La persona que es
débil emocionalmente evalúa las cosas mal. No paramos de evaluar todo lo que
nos sucede . Estamos tomando un café y una parte de nosotros está evaluando
cómo es ese café. Evaluamos constantemente. Lo hacemos tanto que no nos damos
ni cuenta, es como respirar. Es esencial aprender a evaluar bien porque de eso
depende nuestra fuerza o nuestra debilidad emocional. Si calificamos las cosas
de terribles, nos estamos diciendo que lo que nos está pasando es fatal, ya no
tenemos posibilidad de movimiento para solucionarlo puesto que es terrible, no
lo podremos soportar y por tanto no podremos ser felices.
Cuando calificamos en el otro
extremo, es decir calificamos las cosas de geniales, nos estamos diciendo que
si pasase eso, seríamos felices para siempre. A veces pensamos que seríamos
felices para siempre si nos tocara la lotería, conociéramos al príncipe o
princesa azul, tuviéramos éxito en el trabajo…
Otro ejemplo es el de una
chica que tenía miedo de contraer el SIDA, su pareja se había pinchado con una
jeringuilla y pese que se había hecho las pruebas del SIDA y eran negativas,
ella seguía desconfiando. Una vez al mes se tenían que hacer las pruebas otra
vez. Esa chica pensaba que si contraía el SIDA eso sería terrible… se acabaría
absolutamente todo.
La diferencia entre salud y
enfermedad psicológica está en evaluar bien, si evaluamos bien seremos fuertes
a nivel emocional. Si calificas las cosas de terribles, a nivel emocional vives
una verdadera tormenta. Hay gente que emocionalmente vive así todo el tiempo,
es como si tuviéramos un cáncer cada día, nosotros con nuestro diálogo interno
hacemos que ocurran cosas de ese calibre a nivel emocional.
Si te vas diciendo todas estas
cosas terribilizadoras, te las crees y te buscas argumentos para sustentarlas,
al final te encuentras mal emocionalmente. Nuestro trabajo es aprender a
evaluar las cosas de forma correcta hasta que esto salga de manera natural,
pero nos lo tenemos que creer. Hay que cambiar la manera de ver las cosas para
ver que muy pocas cosas que nos pueden pasar nos van a quitar la felicidad.
De creencias irracionales que
nos causan malestar emocional hay muchas, infinitas, pero todas ellas las
podemos agrupar en 3 grupos:
- Debo hacer las cosas bien o
muy bien.
- La gente me debe tratar
bien.
- Las cosas me deben ser
favorables y justas, todo me tiene que funcionar bien.
Estas creencias irracionales
las tenemos que transformar en creencias racionales de la siguiente manera:
- Me gustaría hacer las cosas
bien pero si esto no ocurre puedo ser igualmente feliz.
- Me encantaría que la gente
me tratara bien, pero no necesito esto para ser feliz.
- Me gustaría muchísimo que
todo me fuera favorable, pero en este mundo esto no va a ser siempre así.
Hay que tener pensamientos de
preferencias en vez de exigencias con uno mismo, con la vida y con los demás.
Cuando tenemos pensamientos de muchas exigencias nos comportamos como los niños
pequeños, porque queremos que todo nos salga como nos lo hemos imaginado.
Tenemos el ejemplo del señor
que sale de su casa diez minutos tarde, coge el coche nervioso y se va diciendo
a sí mismo, “ya llego tarde otra vez, menudo tráfico, qué asco de ciudad…”,
aquí ya empieza el desmadre emocional. Con todo el tráfico casi se da con un
coche y entonces sigue otra vez con su diálogo interno terribilizador “menuda
sociedad, qué asco, no se puede aguantar, no hay educación, es una vergüenza…”,
llega a la reunión y no hay sitio para aparcar, entonces empieza a decirse otra
vez “es un asco, colgaría al alcalde, menudos políticos horribles que
tenemos…”, al final aparca, pero la reunión se alarga y cuando sale la grúa se
le ha llevado el coche, él se va diciendo “es lo que me faltaba, qué asco de
ciudad, esto no hay quien lo aguante…”, llega a casa destrozado y su mujer le
dice que se lo tendría que hacer mirar porque en un mes se le ha llevado el
coche la grúa 3 veces, se va a dormir diciéndose en su diálogo interno que es
un verdadero desastre y que no vale para nada…
Los pensamientos de este señor
están llenos de creencias irracionales, pero todas estas creencias las
englobaríamos en los grupos siguientes: “Debo hacer las cosas bien”, “la gente
me debe tratar bien” y “todo me debe ser favorable”. Mientras tengamos esos
pensamientos llenos de exigencias, vamos a tener un mundo emocional muy
agitado.
Tenemos que cambiar nuestro
diálogo interno, para ello necesitamos: apertura mental y hacer una serie de
ejercicios cada día para convencernos de que nuestras creencias irracionales no
se sustentan por ningún lado. Para hacer este cambio sobre todo la clave está
en tener perseverancia. Con este trabajo aprendes a tener cuidado con lo que te
dices a ti mismo porque es lo que va a desencadenar nuestras emociones.
En la psicología cognitiva,
utilizamos una terapia de argumentos, no es pensamiento positivo. Usamos
diferentes argumentos, nos fijamos en personas que están peor que nosotros y
que sin embargo están bien emocionalmente, también revisamos nuestro sistema de
valores, nos tenemos que dar cuenta de que no necesitamos tanto para estar
bien, estos pensamientos, esta filosofía hay que sostenerla con nosotros mismos
y con los demás. Hay que destruir la terribilización porque al final acabas
terribilizando por todo.
En el pensamiento positivo se
dice que si deseas mucho una cosa, al final la consigues. Esto no es así, es
más, si deseas mucho una cosa, seguramente es más difícil obtenerla porque ya
entras en un mundo de exigencias y de presión que te van a llevar a que te
obsesiones. Nuestros argumentos son “aunque se haya producido algo que a
nosotros no nos gusta, o bien no he conseguido aquello que deseaba tanto, pues
no pasa nada, porque hay muchas otras opciones para ser feliz”. No utilizamos
el pensamiento positivo, nosotros modificamos nuestro sistema de valores y al
final si que acabas también siendo positivo, pero con argumentos muy fuertes,
en el fondo lo que acabas siendo es realista. Cuando estamos mal
emocionalmente: depresión, ansiedad… no somos realistas si no que en esos
estados lo que hacemos es exagerar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario