lunes, 27 de julio de 2015

REFLEXIONES DE PILAR G: LOS FANTASMAS DEL PASADO


Mucha gente piensa que si en el pasado te ocurrió algo muy malo, es imposible cerrar esa herida y, por tanto, el sufrimiento te acompañará el resto de tu vida impidiéndote ser feliz.

No cabe duda de que lo que nos sucede en el pasado tiene influencia en el presente pero no lo determina. Lo que impulsa una lancha motora no es la estela que deja tras de sí en el agua, sino el motor.

Imaginemos que en nuestra infancia hemos vivido una experiencia totalmente indeseable que nos hizo sufrir mucho en aquel momento. En el presente tenemos dos opciones:

La primera es seguir manteniendo los pensamientos irracionales acerca del suceso del pasado y repetirnos una y otra vez: "Eso que me pasó fue terrible, no debería haber sucedido nunca, no puedo soportarlo, las personas que me causaron tanto dolor son malvadas, odiosas y merecen ser duramente castigadas...".

A consecuencia de esa forma de pensar, alimentamos las emociones negativas insanas como la rabia, el odio y el resentimiento, y mantenemos vivo el dolor.

La segunda opción es cambiar el diálogo interno irracional por otro racional: "Lo que me sucedió fue algo realmente desafortunado y hubiera preferido que nunca hubiese ocurrido. Aun así lo puedo soportar, de hecho he sobrevivido a ello. Lo que hicieron conmigo fue acto despreciable, pero entiendo que el ser humano es imperfecto y falla muy a menudo...".

Si pensamos de manera lógica y racional, nos liberamos del sufrimiento porque nuestras emociones negativas insanas se transformarán en otras también negativas pero sanas: enfado, disgusto, decepción, molestia, irritación..., y nuestras conductas serán mucho más funcionales.

En definitiva, lo importante no es lo que sucedió, sino lo que nos decimos a nosotros mismos en la actualidad acerca de ese acontecimiento del pasado, y en función de lo que nos digamos, así sentiremos.

Es fundamental aceptar lo sucedido, esto es, saber que a pesar de esa lamentable vivencia podemos ser felices y disfrutar mucho de la vida, siempre y cuando la empleemos para aprender y evolucionar como personas, y no para vivir desde el victimismo y el rencor.

Hemos podido aguantar aquello que nos sucedió, eso nos demuestra que somos emocionalmente fuertes y capaces de soportar hasta las situaciones más difíciles. Seguramente en el momento en que lo vivimos, nuestra capacidad de disfrutar de muchas cosas se vio disminuida pero aquello ya pasó y ahora, a no ser que nosotros mismos nos lo impidamos, podemos disfrutar plenamente de la vida.

El tiempo del que disponemos es demasiado escaso como para malgastarlo rememorando constantemente el pasado y preguntándonos cómo seríamos ahora nosotros o nuestra vida si hubiésemos tenido otras vivencias. El pasado ya es historia, fue como tuvo que ser y por mucho que queramos no vamos a conseguir mejorarlo, pero lo que sí podemos hacer en el presente es trabajar para reducir nuestro malestar, porque nosotros somos los responsables de nuestras emociones y no aquel suceso del pasado.

Podemos ver las malas experiencias del pasado como un pesado lastre que interfiere en nuestra felicidad presente y futura o como un medio que nos permitió desarrollar nuevas habilidades y crecer como personas. Pero para verlas como un aprendizaje tenemos que sacar, aunque nos cueste, el lado positivo de esas experiencias negativas.

Un ejemplo de esto es la historia de una psicóloga que decidió crear una fundación para ayudar a prevenir y tratar el abuso sexual infantil. Tomó esta decisión a raíz de descubrir que su hijo había sufrido este tipo de abusos. Este niño, hoy en día adolescente, recuerda con disgusto su experiencia pero a la vez reconoce que si esto no le hubiese ocurrido, su madre no hubiera ayudado durante años a muchísimos niños que han pasado por su misma situación.

Merece la pena que, en lugar de quedarnos atrapados en el pasado, disfrutemos y vivamos el único tiempo del que disponemos, el presente. 

sábado, 18 de julio de 2015

REFLEXIONES DE MÓNICA: PASAR DEL MODO QUEJA AL MODO AGRADECIMIENTO


Hola a todos!, hace unos días vi una publicación en facebook que me gustó mucho y quería compartirla con vosotros. Se trata de pasar del modo queja al modo agradecimiento.

Y es que cuando tenemos malestar emocional estamos en "modo queja" siempre y, es interesante darnos cuenta de ello para transformar esa queja "en agradecimiento".

Ahí va lo que ocurre cuando estamos en MODO QUEJA:

- Nos fijamos en lo que nos falta.

- Buscamos culpables.

- Los errores son problemas.

- Las emociones que sentimos nos bloquean, son emociones insanas.

- Nos colocamos en una posición de víctimas.

Y ahí va lo que nos ocurre cuando estamos en MODO AGRADECIMIENTO:

- Nos fijamos en lo que tenemos.

-  Buscamos soluciones.

-  Los errores sirven para aprender.

- Las emociones que sentimos no nos bloquean, son emociones sanas.

- Nos coloca en una posición de protagonistas.

Un beso a todos,

Mónica

domingo, 12 de julio de 2015

REFLEXIONES DE MÓNICA: SEGUNDO CONGRESO DE ESCUELA DE FELICIDAD,GRACIAS A TODOS!!!!!!!

Hola amigos y amigas este fin de semana ha ocurrido algo grande y es que el sábado 11 de julio celebramos nuestro Segundo Congreso de Escuela de Felicidad en Barcelona como teníamos previsto, fue un día maravilloso... sólo puedo dar las gracias a todos, GRACIAS de todo corazón, ha sido genial...

Hemos disfrutado con las conferencias, nos hemos reído y también emocionado... en especial quiero dar las gracias a todos los profesores, tertulianos, coordinadores de las tertulias y organizadores.

Miguel, Irene, Xisco, Juan, Montse, Pilar, Rafael, Nieves y Ana nos habéis regalado momentos preciosos que no olvidaremos en mucho tiempo. Cuánto hemos aprendido con vosotros... qué lujazo!!!!!! el humor de Miguel, la dulzura de Irene, la profundidad de Xisco, la experiencia de Juan, la frescura de Montse, la seguridad de Pilar, la fuerza y pasión de Nieves y Ana y el esfuerzo de Rafael por estar con nosotros...

Dar las gracias también especialmente a Carlos, Dolors, Mary France, Jordi, Ana, Neus, Montse y María  por su trabajo, menudo súper equipazo... a Ariadna y Laura por ponernos todo tan fácil y también a Virginia, Kiko, Víctor, Gemma, David, Juan y su mujer, Marisa y Luís, Juanfra, Carmen, Josi, Lidia, Mary Carmen, Miguel, Mo, Isabel y Montse por las risas que nos hemos echado juntos, también un beso muy fuerte a Pilar, Susana, María José y Horacio que no han podido venir... les hemos echado mucho de menos....

Y... en breve empezamos a organizar nuestro tercer Congreso!!!! qué fantástico este proyecto...

Gracias a todos por vuestro corazón y por vuestra generosidad, sois un ejemplo de que no siempre lo material es lo más importante...

Un beso a todos,

Mónica

(Por cierto tardaremos un poquito pero subiremos todo el material del Segundo Congreso y todos los audios al blog, tal y como hicimos el año pasado, para compartir los contenidos con todos vosotros).

REFLEXIONES DE MÓNICA: UN CONCIERTO MARAVILLOSO EL 24 DE JULIO

timthumb
Durante hace mucho tiempo gracias a Ariadna Salvador podemos realizar nuestras tertulias de Barcelona en el Centro Cívico Can Déu, el centro cívico más bonito de Barcelona. Ariadna ha sacado un disco al mercado y el día 24 de julio dará un concierto en Luz de Gas, os animo desde aquí a que vayáis a este concierto maravilloso, necesitamos que vaya mucha gente!!!!


REFLEXIONES DE PILAR G: DISFRUTAR EL PRESENTE


A menudo cuando se habla de vivir el momento presente se confunde la idea de disfrutar el aquí y ahora con el hedonismo a corto plazo, pero se trata de dos conceptos bastante distintos.

Cuando hablamos de hedonismo a corto plazo, nos referimos a la tendencia que todos tenemos a buscar el placer inmediato y a evitar el dolor. Esta tendencia, salvo que seamos masoquistas, es completamente normal, sin embargo, es importante hacerlo sin perder de vista el futuro, porque a lo mejor eso que nos proporciona tanta gratificación ahora, a largo plazo tiene consecuencias que nos perjudican.

Muchos se dejan arrastrar por la satisfacción inmediata, porque piensan que hay que vivir a tope el momento presente, ya que a lo mejor mañana están muertos. Puede que estén en lo cierto, pero también es posible que lleguen a vivir más de lo previsto, así que, por si acaso, disfrutemos con moderación de aquello que nos gusta y hagamos un balance coste-beneficio a largo plazo.

A mí, por ejemplo, me encantan los dulces, pero si todos los días me atiborro a pasteles, llegará un momento que ya no me produzcan placer y que mi salud se vea seriamente perjudicada, por tanto, el coste a largo plazo será muy alto y no obtendré ningún beneficio. Lo ideal sería que tomase un pastel de vez en cuando, así no me saturaré y podré seguir disfrutando mucho tiempo del placer que me produce, además mi salud lo agradecerá.

Por otro lado, disfrutar el aquí y ahora, es centrar toda nuestra atención en lo que estamos haciendo en el momento presente con el fin de apreciarlo y disfrutarlo con intensidad. Eso supone estar con los cinco sentidos y toda nuestra energía puestos en lo que nos ocupa en cada instante y no pensando en lo que hicimos ayer ni en lo que tendemos que hacer dentro de unas horas, mañana o dentro de un mes.

Por ejemplo, si estoy hablando con un amigo por teléfono, para disfrutar plenamente de la conversación tendré que estar concentrada por completo en lo que me está contando y en lo que yo le estoy contando a él. No puedo disfrutar de la misma manera si a la vez pienso en lo que he dejado pendiente en el trabajo o en los recados que tengo que hacer mañana por la tarde. Y si a eso añadimos que mientras hablo por teléfono, estoy conduciendo, trabajando o haciendo la compra, la distracción aumenta y el disfrute se reduce mucho más.

No pensar en lo que haremos más tarde no significa que no podamos dedicar tiempo, por ejemplo, a crear un nuevo proyecto de trabajo o a planificar las próximas vacaciones. Disfrutaremos enormemente de esto, siempre y cuando estemos centrados al cien por cien en lo que estamos haciendo en ese preciso instante, es decir, en crear o en planificar.

Pero, sin duda, lo que más interfiere a la hora de disfrutar el aquí y ahora es quedarnos atrapados en el pasado, sintiéndonos culpables, avergonzados o victimas de lo que ocurrió hace tiempo, y anticipar con ansiedad posibles desgracias futuras. Cuanto más vulnerables y emocionalmente débiles nos encontremos, más tiempo pasaremos en el pasado y en el futuro, y menos permanecemos en el presente.

Por tanto, son síntomas de buena salud mental vivir cualquier tarea que estemos llevando a cabo en el momento presente con atención, plenitud, entusiasmo e intensidad, y apostar por un hedonismo a largo plazo, en lugar de pensar solo y exclusivamente en obtener placer inmediato sin considerar las consecuencias negativas a largo plazo.