domingo, 3 de junio de 2012

REFLEXIONES DE MÓNICA: ¿INVERTIMOS MUCHO TIEMPO EN PENSAR EN HACER FELICES A NUESTROS HIJOS?

En los últimos días he tenido  la gran suerte de recibir clases de dos personas increíbles Leonor Lega, de la cual ya os hablé hace unos meses y Dom DiMattia, los dos psicólogos discípulos de Albert Ellis, aprendieron y trabajaron con él durante muchos años. Dom DiMattia tiene ya 75 años y parece que tenga 30 por su vitalidad, aún sigue viajando por todo el mundo como si fuera un chaval enseñando TREC!!!


Son puristas de la Terapia Racional Emotivo Conductual (TREC) y la verdad que cuando les oyes hablar alucinas, es como si estuviera hablando el mismísimo Albert Ellis!!


Pues bien , dijeron muchas cosas que ya iremos trabajando poco a poco nosotros en nuestro blog y en las tertulias, pero en este post me gustaría resaltar lo que más me impactó de sus clases.


 Lo primero,  que como siempre nos dice Rafael todo esto es como aprender un idioma o aprender a tocar un instrumento, hay que echarle esfuerzo y ganas. Uno no consigue un cambio de la noche a la mañana como si fuera magia sino trabaja. Luego hay momentos en los que parece que no avanzas o incluso retrocedes, pero si sigues trabajando se acaban viendo los frutos. Aprendes a levantarte y a seguir trabajando!!!. De ahí la importancia de los deberes para casa que se ponen en terapia. Igualmente el que no está haciendo terapia también puede aprender a ponerse deberes así mismo, como reflexionar de manera racional cada día durante 30 minutos, leer libros como “El arte de no amargarse la vida” o libros de Albert Ellis... y seguir y seguir insistiendo... la perseverancia en el trabajo es lo que hará que aprendamos a cuestionar nuestras creencias irracionales nosotros solos. El terapeuta hace de guía pero el paciente tiene que practicar lo aprendido, practicar y practicar... sólo así se logrará un cambio.


La clave del aprendizaje de este método no es la inteligencia sino la perseverancia!!!


Dicho esto, vamos a lo que más me ha impactado de estas clases de estos últimos días.  En un momento de su clase, el profesor Dom dijo lo siguiente: “Invertimos demasiado tiempo en pensar en hacer felices a nuestros niños!!!, los niños es bueno que aprendan a sufrir!!!”. Si, sí, así tal cual lo dijo. “Enseñamos a los niños a tener historias de éxito cuando lo interesante es enseñarles a que cuando se caigan aprendan a levantarse, enseñarles a aprender a fallar, enseñarles a aprender a perder”.


¿Qué opináis?, creo que esto es un punto fundamental en este trabajo que estamos realizando. Nosotros mismos, sin ser conscientes,  favorecemos a que se graben con fuego las siguientes creencias irracionales en nuestros hijos: “Debo de tener éxito en todos los ámbitos de mi vida”, “las cosas me deben salir siempre bien”. Enseñamos a nuestros niños en el éxito, lo mejor es ganar,  sin embargo, la clave es enseñar a los niños a perder, pero aún perdiendo estar bien, aún siendo el último ser felices!!!


 Asumir que en la vida no todo siempre me va a salir bien (pareja, amigos, trabajo, estudios...), es decir como yo quiero, es un gran aprendizaje porque es la realidad. Si buscamos 100% historias de éxito seguro que no las vamos a encontrar. Somos humanos y como seres humanos que somos, somos falibles, es decir, no somos perfectos y en algún momento de nuestra vida, seguro que nos vamos a equivocar, vamos a fallar... Igual que la muerte, esta es otra de las pocas garantías seguras que tenemos...


Pero el hecho de equivocarnos no implica que nos debamos devaluar como personas, o  hacer juicios morales de nosotros mismos. Igualmente sentir ira por tener la exigencia absolutista e innegociable de que tanto la vida como las personas tienen que hacer siempre lo que yo quiero y comportarse como a mí me gusta, es muy absurdo, porque seguro que en algún momento nuestros objetivos no se van a ver cumplidos..


Enmascaramos a los niños la realidad, cuando la realidad es que en la vida pasan cosas que nos gustan mucho, otras no tanto y otras nada de nada... esa es la verdadera realidad, no siempre nos va a salir todo como queremos. Intentar buscar la felicidad de los niños a base de evitarles situaciones incómodas es un gran error porque fomentamos “la no soportantitis” y la baja tolerancia a la frustración, fomentamos el que cuando yo quiero algo... lo tengo que obtener seguro y ya!!!.  Fomentamos que se crean que la vida está llena de garantías!!


Lo que conseguimos cuando les protegemos de la realidad de la vida,  es fomentar que en un futuro sean unas personas muy débiles a nivel emocional, personas con muy baja tolerancia a la frustración.


Fijarse objetivos y metas está bien, pero a la vez entender que a veces esos objetivos no se consiguen, aprender a soportar la incomodidad que tiene el que un objetivo no se vea cumplido. En vez de intentar evitar a los niños las situaciones incómodas, lo que sería interesante es enseñarles a soportar la incomodidad. Todo menos la muerte es soportable porque de hecho cualquier situación que no fuera soportable nos provocaría la muerte!! Y lo que ocurre es que no nos morimos!!!. Por tanto es muy absurdo calificar de no soportable una situación que sólo es incómoda!!


Aprender a ser el último y a estar bien, aprender a levantarnos y a seguir adelante porque nada es tan horrible, aprender que lo incómodo es soportable son grandes aprendizajes que podemos transmitir a nuestros niños porque sino las rabietas de la infancia también las tendrán en la madurez. Somos seres humanos falibles con una gran capacidad para amar que nos convierte a cada uno de nosotros en seres humanos maravillosos y únicos.


Dom decía: “Invertimos demasiado tiempo en pensar en hacer felices a los niños...”, una gran frase, a veces lo que conseguimos con esto es justamente lo contrario...


Un beso a todos,


Mónica

19 comentarios:

  1. Estoy totalmente de acuerdo con esta afirmación, Mónica. Nuestro impulso inicial es proteger a nuestros hijos ante cualquier amenaza o dificultad, sea importante o no lo sea, sea física o emocional, pero si nos paramos a pensar, nos damos cuenta de que no les hacemos ningún favor con esa protección casi instintiva.

    Yo, que trabajo con estudiantes universitarios, veo con frecuencia casos de chicos que se derrumban, literalmente, por no sacar una nota buena. Este curso de ellos uno necesitó unas cuantas sesiones con una psicóloga. ¿La causa? Que se sumió en la desolación y la desgana absoluta (sin asistir a clase, ni ducharse ni casi comer, en su habitación todo el día...) por no haber sido seleccionado para jugar en un equipo de fútbol. Generalmente se trata chicos inteligentes y maduros, pero nunca antes han tenido fracasos en su vida: todo han sido aplausos y un camino de trabajo y esfuerzo, pero al fin y al cabo un camino de éxito y ausencia total de dificultades.

    Una buena lección para aprender y tratar de evitar en nuestros hijos. Afortunadamente aún estamos a tiempo.

    Besos a todos.

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  2. Tengo una hija con 14 años y esta reflexión me viene de perlas. A veces me tenso con que todo vaya bien. Creo que debo relajarme con ella y cambiaré de actitud con ellos. Los dos ganaremos en salud y cercanía. Menos exigencia. Gracias. de verdad me haceis mucho bien con vuestras reflexiones. Gracias de nuevo.

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  3. Solo una apreciación a tus comentarios Mónica.... tal vez deberíamos ir más a fondo y analizar ¿Que significa "salir bien"?¿Que significa "salir mal"? Es posible que los valores de fondo que aprendemos en nuestra sociedad condicionen luego lo que es "exito" y lo que es "fracaso". Creo que hay infinitos casos de "fracasos sociales" que son "triunfos personales".
    Pero estoy de acuerdo que a los niños hay que proporcionarles seguridad y autoestima. Esto incluye relativizar las experiencias que vivimos. Y desde luego, enseñar a levantarse solos cuando se caen.
    Saludos

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  4. Estamos de acuerdo. Creo que está bien evitar sufrimientos innecesarios a nuestros hijos o a nosotros mismos ¿Quién quiere sufrir? Sin embargo, es imposible evitar el fracaso y el sufrimiento. Esto lo tenemos garantizado.

    Creo que lo importante es darle herramientas a los hijos, como las que explica Rafael, para que puedan reinterpretar esas situaciones de forma que les den más fuerza.

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  5. Estoy de acuerdo en todo lo que se ha dicho aquí. Pero yo quiero remontarme al inicio del comentario de Mónica cuando relata que la TREC es como el aprendizaje de un idioma, etc. y recomienda "reflexionar de manera racional cada día durante 30 minutos". Mónica o quien sea, ¿podéis dar por escrito las pautas para hacer esto? Soy de los que no me cuesta leer libros, de hecho sigo leyendo cosas de Ellis, recientemente he acabado un libro y voy a empezar otro, vamos, que estoy comprometido con la autoterapia porque creo que estoy, estamos, muy necesitados de ella y la TREC la veo razonable y la quiero llevar a la práctica, pero el problema es ese, que no acabo de saber qué deberes tengo que hacer al margen del día a día.

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  6. Hola Manuel, a mi ocurre lo mismo que a ti ,leo muchos libros , los de Ellis el arte de no amargarse la vida ,etc, no puedo acudir a terapia y tambien men gusataria saber que deberes tengo que hacer, alguna vez he dejado comentarios y pedido ayuda y Monica me ha dado a traves de este blog algunas pautas que me han venido muy bien

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  7. Hola a todos al igual que Manuel y Tomi me pasa lo mismo, no se que deberes tengo que hacer, aún siendo psicóloga, "en casa del herrero cuchillo de palo" para los demás perfecto pero para mi no sé.Siempre estoy trabajando y siempre estudiando poniendome al día, pero en el momento de aplicarmelo a mí soy un desastre ja
    un abrazo

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  8. Perdón sobre el comentario respecto a los niños, estoy completamente de acuerdo, los tenemos muy protegidos, estamos demasiado pendientes de ellos, YO LA PRIMERA, pero creo que tanto la sociedad como el colegio nos empujan a que han de ser los mejores , los más guapos, los que tienen todo porque si no el niño se "frustra", es absolutamente demencial que nos dejemos influir tanto por lo que nos rodea. A nadie le gusta sufrir por supuesto, pero tener algún problema y decirles que no pasa nada que se soluciona con trabajo, o hablando y se sigue adelante ayudandoles a que entiendan que a cualquier edad pueden suigir problemas o desengaños y hay que superarlos.
    un abrazo

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  9. Hola Teresa!!! Tú si que debes haber visto un montón de niños con baja tolerancia a la frustración.
    Muchas gracias por participar, un lujazo!!

    Un besin como dicen en tu tierra!!!

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  10. Estupendo, Mónica.
    Me he hecho un copia y pega de tu post, para tenerlo siempre a mano, y ahora mismo acabo de ponerlo en práctica. Me sentía mal y lo he puesto por escrito, para darme cuenta del por qué y LO HE DESCUBIERTO. Es muy gratificante. Nadie más que tú puede hacer el trabajo, es personal e intransferible. Deberían enseñarlo en el colegio, como el ejercicio físico. Al principio cuesta, pero luego se convierte en un hábito saludable.
    Gracias por tu ayuda
    Besos
    Amparo

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  11. Muchas gracias por los "deberes" Mónica. Nos ayudas mucho desde este blog.
    Saludos.

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  12. A nivel educativo tenemos el deber de educar las emociones y, cuidar especialmente, poner el acento, en el desarrollo de las mismas durante la etapa preescolar. Muchos (maestros) desde hace muchos años hablamos de la carencia y, por tanto, la necesidad de incorporar una asignatura, un “centro de interés” que trabaje las emociones. Ya con la LOGSE, hace 20 años, y su currículum oculto y sus materias interdisciplinares se entendía que había contenidos transversales que debía ser tratados desde todas las asignaturas pero, en la práctica quedaba algo deslabazado y confuso. Estoy de acuerdo contigo, Mónica, no sabemos enseñar a los niños a adaptarse a la vida, no les enseñamos a aburrirse y los llenamos de actividades, por lo que no saben cómo manejarse ellos solos sin actividad, a entrenar su resistencia a la frustración. Si un niño no tiene la experiencia de frustrarse, no la vive, la vivirá de mayor de manera desajustada,. Tenemos que enseñarles a enfrentar de manera ajustada y natural el hecho de la enfermedad y o la muerte y les solemos decir cuando ocurre en su familia, por ejemplo, “el abuelo/a se ha ido al cielo” porque queremos evitarles ese sufrimiento vital y no les enseñamos a elaborarlo. Les engañamos en una palabra y estamos obligados a educarles para la vida.

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  13. ¿Qué tiene de malo decirles a los niños que el abuelo ha ido al Cielo? Yo realmente creo que la gente va al Cielo. Aunque quizás haya que elaborar la idea de que alguno va al Infierno...

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  14. Alberto, lo Puri quiere decir es que muchas veces a los niños les ahorramos todos los sinsabores, le edulcoramos las cosas para que no sufran y el resultado es que los hacemos "blanditos", niños que viven entre algodones y como resultado no tienen ninguna tolerancia a la frustración y cuando de mayores los echamos de golpe a enfrentarse con la vida, pues se vuelven adultos neuróticos que no soportan nada y tienen respuestas exageradas e irracionales ante cualquier traspiés. No te lo tomes como un ataque a ninguna creencia religiosa, que todas (las religiosas y las no religiosas) son respetables.

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  15. Muy buena reflexión. Como para todo en esta vida, encontrar el equilibrio y evitar los extremos, pienso que es la clave. Es muy importante enseñar a los niños bajo una realidad, y no sobre una fantasía, pero sin dejar el lenguaje adecuado para ellos, ejemplos adecuados para ellos, metáforas adecuadas para ellos...; el problema es que nos cuesta tener paciencia para ésto, y entonces es cuando cogemos el camino más corto: les contamos el "cuento color de rosa" o les mostramos de golpe "la realidad"...
    No siempre el adulto lleva la razón y no siempre el niño es el que no entiende, quizás no TE entiende.

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  16. Me quiero unir al grupo, diciendo que estoy encantada con este blog. Hace tiempo que descubrí a Rafael y me encaganchó por su coherencia y forma de ver las cosas. Me ayuda mucho a encontrar algo de tranquilidad ante las cosas que pasan, porque yo reconozco que soy muy "terribilizadora". Mónica, también hay que agradecer todas las aportaciones que haces y como te comprometes en echar un mano. ¡¡Gracias!!!
    A raiz de todas las cosas que he leído me pregunto, sin embargo una cosa, y es que si no hay que terribillizar o necesitar demasiado, en que punto uno puede tomar la decisión de que un trabajo no le gusta y quiere cambiar, o que la pareja que tiene no es muy adecuada y debe dejarlo, o que un amigo se aprovecha y es mejor dejarle ir.
    Estoy con esta reflexión, si alguien puede aportar algo estaría muy bien.
    Rafa, que pena que ayer no pude ir a la feria del libro y que me firmaras los míos, queda anotado para la próxima y así te llevaré el último, que espero escribas pronto :-)
    Saludos a todos y ánimo

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  17. La idea es que nos hagamos fuertes hasta el extremo (idealmente) de que podamos estar bien con todo el mundo y en cualquier trabajo... Si eres caaz de estar bien en cualquiera de esas situaciones te estás haciendo muy flexible y capaz.
    Pero es que resulta que cuando haces ese crecimiento personal, muchas veces, decides cambiar de pareja y de trabajo porque te has hecho tan fuerte que no tienes miedo de cambiar... No porque sea insoportable, sino porque deseas tener más oportunidades y mejorar.
    En este punto, los extremos se tocan: puedes estar y puedes no estar en la situación y decides con toda tranquilidad y coherencia.
    Rafael

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  18. Aja! a mi me ocurre frecuentemente lo mismo.

    Es difícil saber donde está la barrera o el límite. Debemos ser racionales y saber aprovechar cada momento y situación o bien porque siempre hay algo positivo que sacarle o bien porque si somos fuertes mentalmente no nos afectará, pero.... cuando se diferencia eso de una especie de pasotismo, de no luchar por mejorar, por decir esto o esta persona no me gusta y no la quiero a mi lado, me da miedo convertirme en conformista, sigo teniendo la necesidad del "derecho a la pataleta", porque pedir perdón porque alguien se enfade por tener mi propia opinión.???

    El pensar y razonar me ayuda mucho en situaciones difíciles, momentos bajos o de Stress, pero todavía siento rabia cuando pienso que algo es injusto, etc... Creo que me queda mucho por hacer....
    Besos a todos
    Silvia,

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  19. Vaya! Ahora entiendo lo de tener la mente abierta porque me he quedado como un polo. Ay! Y como se hace eso? Porque es totalmente nuevo para mi. Yo toda la vida he tomado decisiones cuando no estaba bien para poder estarlo. Te veo escribiendo un capítulo explicando bien eso, aunque también es posible que de lo que se trate sea de que como explicas a menudo no evalúes la situación como terrible, te dejes llevar por emociones extremas y entonces si que puedas tomar la decisión. Eso o me he liado :-) aunque es cierto que como menciona Mónica también influye el miedo a no tomar las decisiones correctas.

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