martes, 14 de diciembre de 2010

REFLEXIONES DE MÓNICA: APRENDIENDO CON ALBERT ELLIS

Hola a todos, bueno hace mucho que no nos acordamos de nuestro querido amigo Albert Ellis, como a veces nos puede costar un poco la lectura de sus libros, vamos a utilizar el blog para reflexionar sobre su filosofía entre todos.

Uno de los mensajes que siempre nos transmite en sus libros es que somos nosotros mismos los que decidimos perturbarnos, ya sea por tendencias heredadas o bien adquiridas, no son las situaciones las que nos llevan a las perturbaciones. Decidimos perturbarnos cuando nuestras preferencias deseables, “nuestros me gustaría que...” los transformamos en exigencias “yo debo, yo debería...”, “debe ser...”, entonces es cuando pueden surgir emociones de ansiedad, depresión, ira...

Pero el cambio por tanto es posible, con esfuerzo y práctica llegaremos a ser menos perturbables, si trabajamos nuestros pensamientos y conseguimos deshacer toda esa serie de pensamientos irracionales (los “yo debería”) las emociones nos van a acompañar.

Los pensamientos generan emociones y conductas. La psicología cognitiva intenta que cambiemos nuestros pensamientos, nuestra filosofía y así las emociones nos acompañarán y nuestra conducta por tanto, estará en sintonía con nuestros pensamientos y nuestras emociones.

Cuando estamos perturbados es porque nuestras preferencias deseables las hemos transformado en exigencias y en muchos “yo debo” irracionales. Hay que encontrar esos “yo debo” irracionales y cuestionarlos hasta convencernos de que no tienen ninguna lógica. Ya lo hemos visto otras veces, los “yo debo” y “los debe ser” los podemos clasificar siempre en tres grupos:

- “Debo realizar bien las tareas importantes, absolutamente, y conseguir la aprobación de personas significativas, ya que de otro modo seré una persona inadecuada e indigna, incapaz de ser amada y me quedaré sola”. Si por lo que sea esto no lo conseguimos nos podemos generar sentimientos de depresión, ansiedad, autodesprecio...

- “Otras personas, en especial aquellas a quienes he querido y tratado bien, deben, absolutamente, tratarme justamente y con amabilidad, de otro modo ¡son individuos horribles!”. Si por lo que sea eso no es así podemos generar emociones de enojo, ira, furia, impaciencia, amargura...

- “Las condiciones bajo las cuales vivo deberían ser, absolutamente, fáciles, sin ninguna frustración y debería poder disfrutar de ellas, de lo contrario el mundo es un lugar detestable. ¡No lo puedo soportar, y nunca podré ser feliz!. Si por lo que sea eso no es así podemos generar sentimientos de poca tolerancia a la frustración, depresión, autocompasión...

Estos tres grupos de deberías los tenemos que transformar en preferencias deseables:

- “Me gustaría hacer bien las tareas importantes y conseguir la aprobación de las personas significativas pero si no lo consigo no será horrible porque yo soy un ser imperfecto”.

- “Me gustaría que otras personas, en especial aquellas a quienes he querido y tratado bien, me tratasen bien con respeto, amabilidad, cariño, pero si no es así no será horrible porque no necesito que el resto de la gente me trate bien”.

- “Me gustaría que las cosas en la vida me fueran bien pero si no es así no va a ser horrible, porque es la vida y la vida es imperfecta y a veces injusta”.

Bueno ya seguiremos reflexionando sobre la filosofía de Albert Ellis, pero para empezar, podemos probar cada vez que tengamos emociones negativas, intentar buscar “los deberías” que seguro están detrás de esas emociones y no sólo eso, podemos intentar ubicarlos en alguno de esos tres grupos que hemos mencionado, vamos a ver que pasa...

Un beso a todos,

Mónica

No hay comentarios:

Publicar un comentario