lunes, 17 de febrero de 2014

REFLEXIONES DE JULIO: MAMI, NO ME DEJES SOLO

La madre de Misael comenzó a escribirme wassaps a muy altas horas de la noche, tremendamente preocupada porque su hijo se había escapado de casa. La llamé y le pregunté por qué estaba tan preocupada. Llorando y desesperada me dijo;

                - ¡No puedo con este niño! hace lo que quiere, viene a la hora que le da la gana, llega a               casa fumado, ¡son los amigos! ya no puedo más ¡no puedo más!

                La madre tiene miedo, muchísimo miedo (siempre el miedo), se echa toda la responsabilidad sobre sus espaldas, se siente culpable, lo vive como un fracaso, siente que se ha dejado toda su vida trabajando como un animal de carga para sus hijos, o simplemente para subsistir. Al borde del deshaucio, jornadas de 12 horas sin contrato limpiando suelos, los fines de semana a la cárcel... son madres coraje, sí, pero se echan sobre sus espaldas demasiadas responsabilidades.

                Normalmente se crea este círculo entre madre e hijo:

                La madre no acepta que el niño ya no es niño, la madre solo sabe ser madre (Si no soy madre ¿Qué soy en esta vida? sin mis hijos la vida ya no tiene sentido), tiene muchísimo miedo (piensa; "mi hermano acabó en las drogas, mi otro hijo en la cárcel... si no lucho por este le pasará lo mismo", o "me quedé embarazada a los 16, no quiero que mi hija le suceda lo mismo") y comienza a aplicar la política neurótica del control absoluto; a las 10 en casa, presión constante para que estudie, recordarle todo 5000 veces, registro de su cuarto, control de las llamadas ¿A quién llama? ¿Con quién sale?... ¡¡Si no lo hago mi hijo acabará en la cárcel y en las drogas como ya me pasó con más de mi familia!!

                Lógicamente el chaval se agobia, paradójicamente empieza a fumar más porros para desconectar de la presión de su madre, no quiere estar en casa por lo que pasa más tiempo en la calle con los colegas, se siente anulado, no tiene iniciativa porque antes de hacer algo ya ha intervenido la madre. Así que se rebela, se enfrenta... y se acaba escapando de casa, aunque volverá pronto, pues la dependencia madre-hijo es tan arraigada como aquella canción de Los Chichos "Mami" (no me dejes soloooo...).

                Para mi es muy importante enseñar a las madres a cambiar la política de control absoluto, por la del apoyo. La política de "bronca sin consecuencia" por la de "consecuencia sin bronca". Cambiar la relación de adulto-niño, por la de adulto-adulto. Cambiar el concepto de "hijo-bebé" por el de "hijo-compañero de piso", de dependiente a independiente. Es un alivio para los dos, la madre al quitarse la mochila de la responsabilidad se siente muchísimo más tranquila, disminuye su ansiedad, sus preocupaciones ¡se descubre a si mísma fuera del rol de madre! y deja más libertad a su hijo, así este también se beneficia, empieza a ver que su vida le pertenece a él, y es responsabilidad suya y no de su madre, comienza a ver que se le trata como a un adulto, y paradójicamente, y de la forma más natural... comienza a comportarse como tal.

                ¿Habéis escucha alguna vez atentamente la canción de la serie "Aida"? Pues aquí os la dejo para reflexionar: http://www.youtube.com/watch?v=4-LhQV8P1PU

Un abrazo,

Julio

8 comentarios:

  1. Yo he dejado a mis hijas que sean responsables de sus actos. Intentando no estrjarlas. Sin embargo me acusan de no haber sido mas estricta.
    Ninguna formula funciona con los hijos.
    Mi hija mayor quiere que con su hermana pequeña ponga los limites que no le puse a ella, lo que hace sentir como un total fracasi. Mas teniendo en cuenta que me cuesta decir no.

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  2. Me ha encantado Julio!!!, qué bonito!!!!

    Qué trabajo tan genial el educar a las mamis... y qué difícil para las mamis...

    Un fuerte abrazo y muchas gracias por el post Julio!!!

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  3. Julio, ¿tienes la cpacidad de mirar mi cerebro por dentro ? jejjjej¡¡¡¡¡¡¡ Pero, ¿ y si la segunda fase de dejarlo independiente no funciona tampoco..........?

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  4. ¿Cómo no va a funcionar? funciona si o si jajaja Otra cosa es que la madre tenga mucho miedo de lo que pueda pasar al chaval, pero eso ya es un miedo de la madre. Hay que dejarles que se equivoquen, se caigan... es su aprendizaje.

    Aprendo más de mi propia caída que de oír a mi madre decirme que me voy a caer.

    Abrazos!

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  5. QUE REFLECCION, ME DA MAYOR SEGURIDAD, QUE ESTOY EN LO CORRECTO, EN LA MANERA, DE TRATAR A MIS HIJOS.....GRACIAS....

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  6. Esa forma de enfocar la relación con los hijos es uno de los mayores problemas básicos que tienen las madres, y por extensión, también lo sufren los padres.
    Parece que la raíz de ello pueda ser la propia mayor necesidad de dependencia de otros. Si yo creo necesitar depender de alguien también asumo que los demás lo necesitan, especialmente si son hijos y menores.
    Sin embargo los hombres son más aventureros y tienen menor grado de dependencia. Incluso pueden ser "demasiado" independientes, tanto para madres como para otros.
    Con esa actitud se fomenta el victimismo, que para mí es una de las mayores lacras de la sociedad actual, porque exige demasiado a los demás y no permite madurar y hacerse dueño de sus actos y, por tanto, tomar las riendas de su vida para que lleve por la senda a los objetivos deseados y no a los objetivos de otros.
    Yo me vi en esa disyuntiva cuando tenía unos 12 años y para mí fue uno de mis mejores descubrimientos y que me ha permitido conseguir mayores cotas de autonomía y felicidad.
    No beneficiamos a nuestros hijos sobreprotegiéndolos. Nuestra obligación es ir aflojando la cuerda poco a poco, según van creciendo y permitir que aprendan a dirimir los conflictos y reveses que se van encontrando en la vida.
    La verdad es que a veces es posible que los padres nos vayamos al otro extremos. Por eso, en mi opinión, es tan importante que los hijos puedan tener de ejemplo distintas actitudes y que los padres puedan limar los excesos de uno y otro lado.

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  7. Qué guay Julio, me moló el tema, a veces las madres se ponen pesadas pero son un encanto. Seguro que este post hace reflexionar a algunas, que quizás cambien, quizás no. Los hijos, amor y humor y tomarnos nuestro espacio.
    Un fuerte abrazo.

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  8. ¿Que condición tiene que cumplir esta vez para que te guste lo que haga tu hijo? ¿Que necesitas que sea? ¿Por donde lo quieres conducir esta vez, y la segunda y la tercera... y la decimosegunda fase?
    Puede cometer quinientos fallos y caerse y levantarse y seguir siendo la misma persona valiosa. Solo será horrible el fallo si alguno cree o convence al otro de que lo era. Y entonces... desesperación por doquier.
    Desapego y a desdramatizar los necesito que mi hijo...
    Enhorabuena y gracias por la reflexión Julio- que es muy buena.

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