
Desde siempre me han incomodado mucho las personas que en sus conversaciones elevan el tono de voz más de la cuenta. Quiero decir, aquellas personas que cuando hablas con ellas, utilizan los gritos y las malas maneras para dirigirse, en algunas ocasiones, a los demás. Seguro que todos conocéis a alguien que a veces se comporta así.
Hoy me apetece hablar de este tema porque creo que es muy interesante. Hace unos días tuve una situación de éstas. En una reunión coincidí con alguien que se comporta habitualmente de esta manera. Chilla si se le lleva la contraria, gesticula exageradamente... Tengo que reconocer que a mí estas situaciones siempre me han incomodado mucho y... sabiendo la manera de comportarse de esa persona, siempre la he intentado evitar. Como veis otra de las tapaderas que utilizamos, si algo nos incomoda lo intentamos evitar...
Lo que pasó es que esta vez fue imposible evitar esa reunión y en esa reunión se dijeron cosas que no le gustaron nada a esa persona en cuestión, con lo cual tuvo uno de sus ataques de ira bastante potente... en aquel momento, yo me bloqueé completamente y no fui capaz de articular palabra sobre lo que tenía que decirle. Cuando se dirigía a mí, lo hacía en plan despectivo, criticando de manera exagerada cosas del trabajo con tono agresivo e irónico a la vez. Tengo que deciros que yo me bloqueé completamente, no fui capaz de defenderme y se me hizo un nudo en la garganta que tardó un poquito en deshacerse... Además por dentro me decía a mi misma: ¡¡Por Dios, no se te ocurra ponerte a llorar ahora!!!, y eso hacía a la vez que el nudo se hiciera más grande!!! La reunión se acabó y yo me quedé un poco hecha polvo por la tensión de aquella situación...
Ni que decir tiene que en los días siguientes intentaba no coincidir ni en el descansillo del ascensor con esa persona!!, mi conducta de evitación se había afianzado. Incluso evitaba las horas en las que esa persona cogía el ascensor!!
Estos días he reflexionado mucho sobre ese incidente y he llegado a conclusiones interesantes que quizás nos sirvan a todos para superar situaciones en las que se produce un abuso verbal por parte de otras personas:
- No es la otra persona con su abuso verbal la que nos produce la incomodidad, es lo que nosotros pensamos sobre esa situación lo que nos produce la incomodidad.
- En el fondo cuando se está produciendo esa situación, pensamos que no la podemos soportar y eso no es verdad, podemos soportar perfectamente un chorreo verbal de alguien con un tono subido. Simplemente es una situación incómoda, pero ¿por qué vamos a elevar a insoportable lo que solamente es incómodo?
- ¿Hay alguna razón para tener miedo a alguien que expresa sus opiniones de malas maneras?. No hay ninguna razón, simplemente si que habría que vigilar si nuestra vida corriera peligro, pero si no es el caso, no tenemos por qué tener miedo a esas situaciones. ¿Qué nós podría pasar?
- La persona que actúa así, no está actuando de manera correcta, pero eso no la invalida 100% como persona. Simplemente está actuando de manera irracional.
- El evitar, ¿nos ayuda a nosotros a crecer?, ¿nos ayuda en nuestro objetivo de convertirnos en personas emocionalmente fuertes? No, simplemente evitamos el enfrentarnos a situaciones que nos incomodan.
- Enfrentarnos a situaciones que nos incomodan a la brava, eso sí, habiendo reflexionado previamente sobre el tema, es un ejercicio genial. Porque nos ayuda a perder esos miedos irracionales que nos surgen tantas veces y que no tienen ningún sentido.
- No podemos controlar como actúan los demás pero si que podemos controlar que las actuaciones de los demás no nos afecten tanto.
- De todas maneras, es normal que a veces según que situaciones nos sorprendan tanto que no sepamos gestionarlas con calma y tranquilidad. Mantenernos impasibles delante de según que situaciones, sin que nos afecten, tampoco sería normal. No es un objetivo realista! Eso es lo que les ocurre por ejemplo a las personas que tienen algún transtorno mental.
- Si lloráramos en una reunión de trabajo delante de todo el mundo tampoco sería terrible!!. Somos humanos, el llorar es una conducta humana. No pasa nada si se llora. La historia viene sobre lo que nos decimos nosotros a nosotros mismos sobre el llorar. ¿Qué significa para nosotros el llorar?. Por nuestra educación y cultura, somos muchos los que pensábamos que llorar es igual a ser una persona débil, no apta quizás para ocupar según qué puesto de trabajo... Las lágrimas lo que nos demuestran es que somos humanos y que tenemos sentimientos.
- Otra conducta que podemos tener en estas situaciones es la de utilizar nosotros también el abuso verbal, los gritos... esto suele ocurrir con frecuencia y entonces con nuestra conducta lo que hacemos es agravar el asunto, puesto que no vamos a mejorar la conducta de la otra persona, sino que seguramente empeoraremos la situación.
- A veces también nos decimos a nosotros mismos: ¡¡¡Es que yo no tengo por qué aguantar eso!!!. En la vida las cosas no nos salen siempre como nos gustarían, ni las personas de nuestro alrededor se comportan siempre como nos gustarían. Justamente el aprender a lidiar con situaciones así nos hará más fuertes emocionalmente.
- Desde la calma y la tranquilidad podremos ver mejor las soluciones a nuestros problemillas y ¿por qué no?, si somos capaces de dirigirnos tranquilamente a esa persona, será también un aprendizaje para ella, puesto que en el fondo con sus gritos no consigue más que boicotear sus propios objetivos.
Total que después de todas estas reflexiones he pasado a la acción y me he dicho a mi misma que ya se ha acabado de evitar estas situaciones incómodas, es más, si puedo las voy a buscar, sin hacer nada extraordinario, pero no voy a hacer por evitarlas. Así será una oportunidad para trabajar mi soportantitis y demostrarme a mí misma que este tipo de situaciones las puedo soportar perfectamente.
Ya no voy a evitar más a esa persona, la próxima vez que coincida con ella, no bajaré la cabeza, la miraré directamente a los ojos y a ver qué pasa... no para desafiarla, ni mucho menos, sino cordialmente, sin perder de vista que esa persona puede actuar de manera locuela pero que eso no la invalida como persona. Y si se dan situaciones de chillidos, gritos, insultos... en definitiva de abuso verbal, serán unas oportunidades fantásticas para mí para practicar lo aprendido!!!
Un beso a todos,
Mónica