
Recuerdo cuando iba al instituto, era un instituto de un barrio muy humilde de Hospitalet de Llobregat, el instituto estaba en un parque y nuestro recreo consistía en estar en ese parque junto con el resto de la gente. En aquel parque había niños, abuelos, gente de paso... pero a la hora de nuestro recreo siempre había unos chicos en un rincón apartado del parque que se pinchaban heroína, allí estaban todos los días los mismos chicos, con sus artilugios para pincharse la heroína, sus botellitas de agua… era como un ritual lo que hacían.. . Eran jóvenes, unos 30 años tendrían más o menos, en aquella época de finales de los 80 y, allí estaban cada día. No se mezclaban con nosotros, su objetivo de estar allí era estar en un sitio tranquilo donde poder inyectarse sin problemas su droga, no se metían con nadie... y allí estábamos también nosotros con nuestras historias de adolescentes, sin importarnos mucho el destino de aquellos chicos, es más, les mirábamos un poco con recelo, como si fueran bichos raros... unos pobres desgraciados…
¿Quién nos iba a decir a nosotros, aquel grupo de amigos, que luego viviríamos también de cerca el mundo de las drogas...?, amigos cercanos no cayeron en la heroína, pero algunos de ellos sí que cayeron en la cocaína o el alcohol… y, quién de nosotros no conoce a alguien cercano o no tan cercano que no haya tenido algún problemilla de adicciones?.
Se me quedó grabada una vez una conversación con una de esas amigas que tuvo problemas con la cocaína, en aquella ocasión yo le pregunté: Pero, ostras, ¿no has pensado en buscar ayuda? y ella me contestó: Pero, si pido ayuda, lo voy a pasar mal, y ¿cómo me voy a divertir si me prohíben que consuma?, ¡¡no sabría que hacer!!.
Me acuerdo mucho de esta conversación, hace unos meses en este blog surgió la relación entre el miedo al aburrimiento y las adicciones y se creó un poco de polémica. El miedo al aburrimiento nos puede llevar a alguna adicción, esta afirmación pienso que es muy, muy acertada. Os tengo que decir que mi amiga finalmente pidió ayuda y ahora está estupendamente.
Hace unas semanas tuve la suerte de recibir una clase sobre adicciones de José Luís Trujillo, un psicólogo de Barcelona experto en adicciones y que ha trabajado muchos años en comunidades terapéuticas. José Luís quiso remarcar la diferencia entre uso, abuso y adicción. Adicción es cuando la substancia, o lo que sea, se necesita.
Lo interesante es que en realidad, el consumo de drogas, la adicción al juego, al sexo, a la comida, a las máquinas tragaperras, a lo que sea… son tapaderas. Todos somos tapadores, pero los adictos son tapadores profesionales. ¿Qué quiero decir?, pues que cuando nos encontramos mal emocionalmente, lo que intentamos hacer es evitar ese malestar emocional y, tenemos conductas tapadoras. Conductas tapadoras de ese malestar emocional.
Hay conductas tapadoras positivas: Ir al gimnasio, limpiar, la consola, la bicicleta, la música… y hay conductas tapadoras que nos pueden llegar a perjudicar como son las adicciones. Pero en el fondo, las adicciones son conductas que nosotros hacemos para evitar, para tapar ese malestar emocional que no podemos soportar!!. Por lo tanto, el tratamiento no es dejar de consumir, o dejar de jugar, o de comer… el tratamiento es solucionar el origen de ese malestar emocional.
La solución es convertirnos en personas emocionalmente fuertes que no necesitemos conductas tapadoras. Generalmente, el origen de los malestares emocionales de un adicto son dos: El no aceptarse incondicionalmente él mismo o bien tener una bajísima tolerancia a la frustración. El caso del miedo al aburrimiento lo clasificaríamos en tener una baja tolerancia a la frustración, decirse a uno mismo: ¡¡¡¡No soporto las incomodidades!!!!
El tratamiento consiste en trabajar precisamente eso, trabajar las creencias irracionales para dejar de ser tapador, ¡¡hablar!!. Desafiar los problemas emocionales, identificar sus tapaderas, llegar a sus creencias irracionales y cuestionarlas con energía. Aprender a soportar las incomodidades y a afrontar la vida de manera madura.
Un adicto con su adicción se encuentra muy bien, evita la realidad con su conducta adictiva, cuando juega, bebe, se droga… se encuentra en un entorno de seguridad, se encuentra súper bien!! Se trata de aprender a encontrarse bien sin esa conducta adictiva. En las comunidades terapéuticas enseñan a estos chicos a ser fuertes emocionalmente, es muy bonito el trabajo que hacen los terapeutas en esos centros, un trabajo duro pero muy valioso. ¿ No os parece que es genial el enseñar a esos chicos a que, sin droga, sin alcohol… se puede vivir y mucho mejor?, vuelven a disfrutar de la vida!!
Un tema muy interesante son los programas de prevención de drogas. La prevención no se hace enseñando a los chicos lo malísimo que son los tóxicos… la prevención a las drogas se hace enseñando a los niños, desde bien pequeñitos a ser fuertes emocionalmente, a aguantarse las incomodidades, a levantarse cuando se caen, a aceptar que en la vida no todo sale bien, a que a veces toca estar mal y, a comprender que como seres humanos que somos no somos perfectos. Un punto importante de la vida es hacer bien la separación de los padres. Si hemos protegido en exceso a los niños, ellos en su adolescencia van a buscar ese entorno de seguridad, esa necesidad de protección en otros ámbitos: Amigos, parejas… consumo de substancias…
El mayor aprendizaje para nuestros niños es darles las herramientas para que sin nosotros estén estupendamente.
José Luís dijo una cosa muy interesante: Las adicciones se curan, él nos puede dar un montón de ejemplos. No es fácil y a veces se pasa mal, hay que trabajar muy duro y ser muy perseverante pero… si se pide ayuda y se trabaja, la curación es una realidad.
Un beso a todos,
Mónica