lunes, 18 de abril de 2011

REFLEXIONES DE MÓNICA: “APRENDER A RENUNCIAR”


Hoy me gustaría hablar en este post sobre una reflexión que trabajé el otro día con Rafael y que me parece tan importante que creo que debo compartirla con todos vosotros.

Primero deciros, porque creo que no lo he dicho nunca en el blog, que yo no tengo nada que ver con el mundo de la psicología, soy veterinaria y siempre me he dedicado a temas de salud pública. Hace unos dos años conocí a Rafael Santandreu en una conferencia y me chocó tanto lo que explicó que empecé a asistir a todas sus conferencias,  al año pensé en hacer un trabajo más profundo con él para mejorar ciertos aspectos y desde entonces hago terapia con él. 

Hace unos meses Rafael tuvo la generosidad de permitirme escribir  en su blog y desde entonces los artículos que empiezan con “Reflexiones de Mónica...” son los que escribo yo. A mí me encanta poder compartir con todos vosotros las cosas que poco a poco voy aprendiendo con él porque creo que nos pueden servir de ayuda a todos. Además creo que es una experiencia genial el poder compartir entre todos diferentes vivencias, sea a través del blog, de las tertulias o de las conferencias y tener además de la visión del profesional, la visión de los alumnos. Como ya he dicho en otras ocasiones, en nuestras manos está el hacer de esto una gran Escuela que quizás con los años se convierta en un gran Instituto como el que creó nuestro amigo Albert Ellis en Nueva York. Bueno ya hemos empezado a poner la primera piedra... 

Yo estoy aprendiendo a ver la vida de otra manera y estoy convencida porque yo misma lo estoy experimentando con 38 años, que se puede aprender a ser feliz a cualquier edad, eso sí chicos hay que trabajar un poquito. 

Pues bien, vamos a trabajar hoy sobre esa reflexión que os comentaba. El otro día por temas de trabajo tuve que hacer un viaje a Madrid, tenía una reunión muy “importante” donde iban a asistir compañeros de otras comunidades autónomas y yo tenía que defender una serie de ideas en esa reunión. Mis superiores me habían dicho que mi postura tenía que ser muy firme en Madrid. Pues allá fui yo a la reunión y como los que van a la guerra... defendí perfectamente esas ideas, eso sí, fue una reunión de 5 horas donde el resto de la gente no estaba para nada de acuerdo con mi filosofía y hasta se subió el tono de la reunión en reiteradas ocasiones. Pero chicos,  pese a los ataques, las malas maneras y pese a la presión yo firme con mi ideología, no me iban a hacer cambiar de opinión porque tenía muy claro lo que debía defender y me daba igual la opinión de los demás. 

Acabó la reunión y hasta la despedida fue tensa. Cuando salí de la reunión, salí sofocada, tensa, súper acalorada... y encima no me pude ir a tomar ni un café con los asistentes!!!, eso sí, mi idea la había defendido y la hubiera defendido hasta la muerte delante de cualquiera. Salí mal de la reunión pero orgullosa por mi objetivo cumplido. 

Mi sorpresa fue cuando explico esto a Rafa, toda orgullosa de mi hazaña y me da una visión completamente distinta del asunto, me dijo dos cosas claves que me hicieron reaccionar: 

-         ¿Disfrutaste en la reunión? 

-          Os podéis imaginar mi respuesta: un NO rotundo, si hay algo que a mí me incomoda son las situaciones de tensión y mal rollo entre la gente, lo paso fatal!! 

-         ¿Consideras que era tan importante eso que tenías que defender? 

-         Hombre importante, importante..., pues para la vida no, pero era lo que me habían dicho que tenía que hacer. 

Conclusión: habría tenido que intentar en esa reunión defender mi postura pero cuando es tan difícil por las circunstancias llevar a cabo eso y cuesta mucho es mejor dejarlo estar. Total si yo salgo de allí y le digo a mis superiores que pese a intentarlo fue imposible llevar a cabo la defensa de nuestras ideas, ¿qué hubiera pasado?, no hubiera pasado absolutamente NADA, porque nada es tan importante y yo me habría ahorrado un mal rato de 5 horas encerrada en una sala discutiéndome con gente. 

Fue tan absurda mi postura como la de ir a una guerra, es exactamente lo mismo, defender sin límites y pase lo que pase una idea, sin pensar que esa defensa lo único que nos va a acarrear es sufrimiento. Nada es tan importante en esta vida, la vida es muy corta, en poco tiempo estaremos todos muertos por tanto aquí hemos venido a disfrutar!!! 

Todo lo que hagamos en esta vida lo tenemos que hacer disfrutando, si para conseguir un objetivo en todo el proceso hasta la obtención del objetivo hay que pasarlo mal, es mejor RENUNCIAR a ese objetivo, por muy importante que nos parezca que sea... Poco a poco tenemos que aprender a renunciar. Yo me doy cuenta de que me cuesta mucho renunciar a según que cosas, al afecto de según que personas, a ideas... mucho no muchísimo y a veces me aferro a ideas o cosas absurdas. Tenemos que aprender a renunciar y eso lo aprenderemos concienciándonos y reflexionando sobre que necesitamos muy poco para ser felices, por tanto excepto la comida y el agua del día podríamos ser capaces de renunciar a todo lo demás. 

Así que amigos y amigas con fuerza a trabajar esta reflexión! 

Un beso a todos, 

Mónica

6 comentarios:

  1. Saludos:
    Animaros y felicitaros por ese trabajo casi diario en el Blog. Aparte del hacer y ser de Rafael, reconocerte Mónica, tu trabajo. Vienen muy bien tus resúmenes de las conferencias como del resto de comentarios… se convierten a modo de “reflexión diaria” en la Escuela de la Felicidad. Animarte que sigas y que sepas que nos es muy útil y de gran provecho…. “lo disfruto enormemente”…. Ese estilo llano, abierto, natural y tan cotidiano. Tan cercano al día a día y a lo que es la vida misma que lo hace muy real, próxima y cercana.
    Gracias por estar ahí.
    Un saludo desde el sur. Damián Carvajal

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  2. Damián eres un sol. Muchísimas gracias por este comentario tan bonito. A mi me encanta compartir con vosotros lo que voy aprendiendo con Rafa, pero lo mejor del blog es que me está permitiendo conocer a gente como tú tan genial!!

    Sabes Damián? Lo vamos a conseguir, los alumnos de esta escuela vamos a conseguir ser fuertes emocionalmente y vamos a disfrutar de la vida al 100%.

    Un beso muy fuerte y muchas gracias!!

    Mónica

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  3. Al igual que Damián también yo os doy las gracias de nuevo por cada una de las nuevas aportaciones.

    Siempre que puedo, me gusta también poner mi granito de arena, así que aprovechando la diada de Sant Jordi, y con previo visto bueno de Rafa, me gustaría poder recomendaros un par de libros que he leído y me han cautivado por diferentes razones, pero siempre relacionadas con lo aquí trabajamos.

    El primero es: "El Monje Que Vendió Su Ferrari" (Robin S. Sharma). No me gustaría comentaros demasiado porque creo que es mejor que lo leáis primero y luego si queréis poder comentarlo. Os puedo resumir esta fábula espiritual traducida en 70 idiomas y publicada en 55 países alcanzando uno de los primeros puestos en las listas de los best sellers de todo el mundo, con las palabras de Paulo Coelho:" Una cautivadora historia que enseña y deleita al mismo tiempo" .

    El segundo: "Las Intermitencias de la Muerte" (Saramago).
    Sorprendente de verdad, relata la historia de una pequeña ciudad donde la muerte deja de actuar. Lo habéis pensado alguna vez?? que ocurriría si de repente la muerte no existiera, nadie muriera. Entre las páginas de este libro podréis ver algunas de las cosas que probablemente ocurriría. De verdad que os lo recomiendo, no es nada morboso, entretenido, muy rico en vocabulario, recordar que es de Saramago, y que sin duda después de leerlo opinareis del hecho de morir de otra manera.

    Espero que os animéis a leerlos y poder comentarlos luego, disfrutar de la lectura.
    Un beso a todos.
    Silvia.

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  4. Pienso que tienes toda la razon.tambien es bueno escuchar a los demas para aprender.

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  5. Hola Silvia, en su día me leí el libro de El monje que vendió su Ferrari, la lectura o idea que saqué de él no me gustó demasiado, plantea la vida como un continuo proponerse metas y trabajar para cumplirlas, y con cierto tufillo a cumplir El Sueño Americano, es decir, a ganar muchísima pasta. Yo lo clasificaría en la denominada autoayuda barata jeje, pero si a alguien le ha ayudado perfecto, en mi caso ni lo terminé de leer entero.

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  6. Hola Mónica, llego un poco tarde, pero no quería dejar de comentar el post.

    Primero pongo las cosas con las que estoy de acuerdo:
    - Hay que disfrutar la vida, estamos poco tiempo aquí y no podemos estar amargados
    - El resultado de la reunión no es tan importante, vamos, no es importante en realidad
    - Si para conseguir algo hay que sufrir es mejor renunciar

    En segundo lugar, hago mi reflexión más crítica, creo que cuando volviste de tu reunión y la comentaste con Rafael, él se puso en un extremo para hacerte reflexionar, pero creo que no hay que tomárselo al pie de la letra. No podemos tomar como lectura de todo esto que si algo cuesta mejor renunciamos a eso, significaría estar continuamente huyendo de muchas cosas, y no aceptar la incomodidad, ¿se es feliz huyendo siempre de todo?, Rafael en otras de sus reflexiones habla de que la incomodidad es incluso necesaria. De trasfondo también detecto una creencia irracional, "la gente debe tratarme bien", en este caso, si vas con una posición totalmente opuesta e inflexible, la gente no tiene porque tratarte bien, ser comprensiva, etc. a lo mejor esperabas que te compraran las ideas, te felicitaran y luego os fuerais todos a tomar copas, pero acabasteis mal que casi no os dais las buenas tardes al iros.

    Tu malestar en esta caso lo achaco más a falta de recursos (habilidades de negociación) o experiencia, que a la situación en si, alguien más experto en estas lides no lo habría pasado tan mal o incluso habría disfrutado "del juego"

    No estar de acuerdo, forma parte de la experiencia humana, si todos estuviéramos de acuerdo en todo, que rollo, ¿no?, incluso habría poco de lo que tener una conversación.

    Saludos a todos!

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