lunes, 4 de abril de 2011

ESTAR ABAJO PARA LLEGAR A LO MÁS ALTO

Muchas veces, explico en mi consulta la siguiente paradoja: “Para llegar a lo más alto, hay que saber estar abajo y estar bien” que está basada en la idea que he expuesto antes de que todas las personas tienen el mismo valor por su innata capacidad de amar.


Es muy sano mantener la filosofía que afirma que no necesito ser rico, elegante, inteligente, etc. para tener valor. Para mí esta idea es muy sólida en mi sistema filosófico por varias razones:


a) En primer lugar, porque me quita toda la presión de matener cierta imagen delante de los demás. Me libera de tal forma que estoy tranquilo y satisfecho en cualquier foro.


b) En segundo lugar, creo firmemente en ello porque las personas que yo realmente aprecio son aquellas que demuestran más su capacidad de amar y no los que tienen una gran imagen. ¿De qué me serviría tener amigos excepcionalmente inteligentes, guapos, etc. si no me aman, se divierten junto a mí y demás?


Así que no me dejo engañar por las apariencias y lo que valoro de verdad es la capacidad de amar. Aprecio por igual a un indigente, un ministro, un potentado o un barrendero... A priori, todos me merecen el mismo respeto e interés, ya que pueden ser personas valiosas a la hora de compartir la vida.


Incluso, me merece el mismo respeto un síndrome de Down porque conozco a algunos y son individuos maravillosos. Entonces, me pregunto: “¿si yo mismo fuese un síndrom de Down, mereceria respeto?” Y la respuesta es que por supuesto que sí. Además, siendo muy poco inteligente también podría tener una vida fantástica y compartirla alegremente con mi seres queridos.


Yendo un poco más allá: “¿Puedo visualizarme como un síndrome de Down y ser muy feliz?”; “¿Puedo visualizarme siendo tonto y pobre, pero valioso por mi capacidad de amar?”


A esto es a lo que yo llamo “bajar abajo para estar en lo más alto”. Porque considero que las personas más maduras y fuertes son aquellas que pueden visualizarse con handícaps y ser felices. Pueden verse con limitaciones pero con una gran capacidad de amar y de hacer cosas positivas por sí mismas y por los demás. Por eso, puedo contemplar la idea de ser “tonto”, pero valioso; “pobre”, pero maravilloso. Digamos que puedo ser tonto y pobre y estar orgulloso de serlo. En ese momento, me sitúo por encima de las valoraciones de los demás. En ese instante, me libero de la necesidad de la aprobación de los demás y me siento tranquilo en frente de cualquiera.


Si pensamos de esta forma, cuando alguien nos diga: “¡Pero qué tonto eres!”, podremos contestar: “OK, es posible; pero estoy orgulloso de no necesitar ser listo. Al margen de eso: ¿quieres colaborar y hacer algo divertido conmigo?”

3 comentarios:

  1. Totalment d'acord! bona filosofia!!!
    Gràcies

    ResponderEliminar
  2. Chicos este post si que es bonito de verdad!!!, creo que es la base de nuestra filosofía.

    Un beso

    ResponderEliminar
  3. Si, realmente bonito...
    Ser capaz de realizar este ejercicio de abstracción...y sentirse realmente bien...

    ResponderEliminar