
Son muchas las terapias que existen y que tratan los problemas emocionales, todos hemos oído que a nuestro alrededor hay alguien que está practicando tal cosa... y que le está yendo de coña. Pues bien tenemos que saber diferenciar primero lo que buscamos y segundo si realmente eso que nos están vendiendo es lo que nos interesa a nosotros. La pregunta que nos tenemos que hacer para conocer nuestro objetivo es: ¿me quiero sentir mejor... o bien quiero estar mejor y por lo tanto estoy dispuesto a cambiar cosas?
Hay que diferenciar lo siguiente:
- Las terapias o las técnicas o... aquí podríamos englobar millones de cosas que hay en el mercado que dicen que nos hacen sentir mejor ...
- De las terapias que nos hacen estar mejor y que nos permitirán seguir mejorando, me refiero a las terapias que lo que producen en nosotros es un cambio filosófico y que son las que van a hacer que realmente hagamos un cambio profundo.
El primer grupo yo le llamaría métodos de distracción, es decir si que podemos lograr una mejora temporal de los síntomas, pero sólo temporal. Aquí englobaría por ejemplo todas las técnicas de relajación, el yoga, también englobaría los fármacos, las flores de Bach, la homeopatía, el mind fulness, la acupuntura, el deporte, la meditación que no va acompañada de un cambio filosófico, tener objetivos vitales, el trabajo... y millones de cosas más... hasta los videntes englobaría en este grupo... ya no entro en si realmente todo esto va o no va bien, allá cada cual con su opinión. Lo que sí que está claro es que todo esto lo que ofrece es un alivio temporal de los síntomas (otra cosa es que todas estas cosas logren ese objetivo...), por tanto nos podemos sentir mejor en el caso que funcionen... pero si dejamos de practicar todo esto los síntomas vuelven, es la pura realidad.
Otra cosa es el segundo grupo de terapias en las que lo que se produce es un cambio filosófico, aquí englobaríamos la psicología cognitiva. Pero ¿qué quiere decir qué se produce un cambio filosófico?, pues que vamos a las creencias irracionales nucleares y las vamos a cuestionar y a debatir hasta convencernos con argumentos lógicos, que esas creencias que teníamos eran del todo irracionales y que no se sustentaban por ningún lado.
La diferencia con el primer grupo es que aunque el cambio pueda costar más en el tiempo, acaba siendo definitivo y si se hace bien, no sólo nos vamos a sentir mejor mientras hagamos la terapia, sino que después estaremos mejor y podremos ir mejorando nosotros solos cada vez más. Habremos fulminado la creencia irracional. Este cambio filosófico lo podemos hacer solos, leyendo los libros adecuados como los de Albert Ellis o “El arte de no amargarse la vida” de Rafael, o bien con ayuda de un terapeuta. Una característica muy importante de este grupo es que el cambio no es magia, para que se produzca el cambio hay que trabajar y trabajar y sobre todo perseverar y perseverar... y cuando recaigas te tienes que levantar y volver a trabajar, así las veces que haga falta. Al final se obtienen resultados definitivos pero no sin antes haber hecho un esfuerzo.
Creo que esta diferenciación es muy importante porque a nuestro alrededor hay miles de ofertas que en muchas ocasiones nos crean confusión. En el caso que nos encontremos mal emocionalmente tenemos que tener muy claro cuál va a ser nuestro objetivo y lo que estamos dispuestos a hacer.
Un beso a todos,
Mónica