domingo, 1 de febrero de 2015

REFLEXIONES DE PILAR: LA ASERTIVIDAD


Todos conocemos a personas a las que les cuesta enormemente decir "no" y expresar sus opiniones y deseos por miedo a no hacerlo perfectamente, a herir a los demás o a crear conflicto. Estas personas sienten mucha ansiedad ante la idea de que pudiera darse alguna de estas circunstancias.

Detrás de este estilo pasivo de comunicación se encuentra la creencia irracional: “Necesito hacer las cosas siempre bien para obtener la aprobación de los demás, de lo contrario, soy una persona indigna y sin valor”, por lo tanto, no es de extrañar que por temor a ser rechazados o criticados, esas personas no manifiesten sus opiniones.

Por otro lado, hay personas que tienden a un estilo comunicativo agresivo, tan disfuncional como el pasivo. Éstas suelen imponer de forma bastante despótica su punto de vista y dificultan que los demás expresen el suyo.

Estas personas mantienen las creencias irracionales: “Los demás deben tratarme siempre con respeto y consideración, si no, son personas malvadas que merecen ser castigadas” y “Necesito que las cosas sean siempre como yo quiero”, cuando esas exigencias no se cumplen sienten rabia y desprecio por los demás.

Por tanto, aquellos que necesitan siempre aprobación social, prefieren no manifestar su opinión porque temen el rechazo, mientras que los que exigen ser tratados, sin excepción, con respeto y que el mundo sea como ellos quieren, expresan su parecer agresivamente porque no pueden soportar la falta de consideración y que las cosas sean de manera diferente a como, según ellos, deberían ser.

Hoy en día se fomenta el estilo agresivo porque se confunde la agresividad con la asertividad. Exigir las cosas haciéndonos oír (si es preciso gritando y con malos modos), algunas veces funciona, pero a cambio pagamos un precio muy alto, ya que repetiremos esta forma de actuar en futuras ocasiones,  reforzando y perpetuando la creencia irracional de que es terrible que las cosas no sean como queremos y que los demás nos traten injustamente. Como resultado, nos convertiremos en personas cada vez más hipersensibles, malhumoradas y neuróticas.

Sin embargo, si demandamos las cosas asertivamente, es decir, con calma pero con la insistencia que sea precisa, es muy posible las consigamos, ya que un importante porcentaje del éxito se basa simplemente en insistir. Pero si no logramos lo que pretendemos no reaccionaremos poniéndonos furibundos, ya que cuando estamos emocionalmente fuertes somos capaces de renunciar con tranquilidad a que el mundo y los demás no sean como deseamos.

La clave, por tanto, para tener un estilo de comunicación asertivo y funcional radica en ser capaces de renunciar a ser siempre aprobados socialmente, a ser tratados en todas las ocasiones con respeto y a aquellas cosas de la vida que no nos gustan pero que no podemos cambiar. Cuanto más sanos emocionalmente estemos, menos nos costará renunciar a estas cosas.

Para poder llevar a cabo esa renuncia es preciso que mantengamos una forma de pensar basada en deseos y preferencias y no en necesidades y exigencias, esto es, "Desearía/preferiría tener siempre la aprobación de todo el mundo, que los demás me trataran con cortesía y que la vida fuera como a mí me gustaría, pero si no es así, lo podré soportar, no será terrible ni el fin del mundo".

En definitiva, solo desde un pensamiento racional podremos expresar de manera directa, tranquila y sin autocensuras nuestras convicciones y preferencias, y por supuesto respetando las ideas y los sentimientos de los demás.

https://tuespacioemocional.wordpress.com/

10 comentarios:

  1. Qué interesante el tema de la asertividad, muchas veces confundimos asertividad con agresividad. Gracias Pilar por este post!!!

    Un beso

    ResponderEliminar
  2. la verdad esto esta lindo pero por mas q leo y leo no le encuentro razon a mi vida hay algun lugar donde se les pueda escribir o un libro q recomienden

    ResponderEliminar
  3. Pilar, clarísimo la exposición sobre la asertividad. Yo soy una persona que no ha desarrollado esta capacidad aún, pero estoy aprendiendo gracias a todas las lecturas que hago aquí y en otras fuentes.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  4. Qué bien Pilar!

    Sí, es verdad que cuanto mejor estamos menos nos cuesta decir las cosas, con más tranquilidad y flexibilidad, porque nos damos cuenta que no necesitamos conseguirlas.

    Un beso!

    ResponderEliminar
  5. Caray Pilar…. Lo primero : Buenos días. Lo segundo : Pero que tema tan importante el que has elegido para tú reflexión de esta semana. Tercero : Su contenido y fondo me ayuda a recordar que debo autocorregirme. Cuarto : Para mí, lección de humildad. Quinto : MIL GRACIAS PILAR, de corazón te lo digo.

    Te deseo un feliz fin de semana, Pilar.
    Saludos tanto para ti como para el 100%

    ResponderEliminar
  6. Hola de nuevo:
    Sigo dándole vueltas a este tema tan importante de la asertividad y me surge otra duda: ¿es posible que una persona sea a la vez pasiva y agresiva (respecto a esto de la asertividad)?
    Pues yo siento que soy incapaz de decir no a la gente de la calle y de expresar mi opinión en entornos donde no tengo confianza 100% y sin embargo, creo que esa incapacidad me provoca una agresividad en mi interior que luego en casa, con los que tengo confianza absoluta, vuelco de manera totalmente inadecuada.

    A ver quién se anima a darme su opinión.

    Gracias.

    ResponderEliminar
  7. Hola Claudia, puedes empezar leyendo los artículos de este blog, hay muchos y de temas muy variados, también puedes leer los libros de Rafael Santandreu que te irán muy bien y los de Albert Ellis, ya verás como empiezas a ver las cosas de otra manera.

    Un fuerte abrazo y venga a trabajar con fuerza!!!!

    ResponderEliminar
  8. Claro María, porque a veces no somos capaces de decir lo que queremos decir, y entonces nos decimos a nosotros mismos: Debería haber sido capaz!!! soy imbécil!!! ¿pero a caso somos perfectos y sabemos hacerlo todo bien?, por el hecho de no ser asertivos, somos imbéciles?, ni mucho menos!!!!! el primer paso para trabajar la asertividad es aceptarnos a nosotros mismos siendo no asertivos, el no ser asertivos no nos hace menos como personas, ni mucho menos!!! seguiremos siendo personas valiosas siendo no asertivos. Si que podemos intentar mejorar este tema de la asertividad, pero castigarnos por el hecho de fallar en este campo no nos ayuda. No ser asertivos es una cosa en el fondo muy poco importante. Así que lo primero aceptarnos a nosotros mismos tal y como somos, con nuestros fallos, esto hará que cuando no seamos asertivos no sintamos rabia, ni culpa... y a partir de aquí podremos trabajar mucho mejor el tema de la asertividad pero desde la premisa de que la asertividad tampoco es necesaria!!
    Un beso muy fuerte María!!!

    ResponderEliminar
  9. cuando podre leeer algo que me ayude con la celopatia

    ResponderEliminar
  10. Hola Claudia en el libro Las gafas de la Felicidad, Rafael trata en un capítulo el tema de los celos.

    Un fuerte abrazo

    ResponderEliminar