sábado, 24 de septiembre de 2011

REFLEXIONES DE MÓNICA: ¿CURSO DE ASERTIVIDAD O DE AGRESIVIDAD?

Esta semana he tenido la oportunidad de asistir a un curso que se organizaba en mi trabajo. Tengo la suerte que de vez en cuando me ofrecen la posibilidad de ir a cursos sobre diferentes materias y como a mí me gustan los temas de las emociones y de las relaciones personales, pues siempre que puedo me apunto a alguno de estos cursos. Estaba muy contenta de poder asistir por fin a un curso sobre asertividad. Pensaba que quizás podría coger algo de provecho para luego compartirlo en nuestras tertulias o en el blog.

Y llegó el día del curso, tengo que decir que fui al curso concienciada de que quizás lo que oía no me gustaba, puesto que ahora nosotros estamos aprendiendo a través de la psicología cognitiva muchas cosas, pero hay otras muchas escuelas que abordan los temas de manera diferente...

Empezó la clase y el grupo formado por veterinarios, médicos y enfermeras parecía muy majo y empezaron a surgir temas variados. Es curioso porque los diferentes ejemplos tenían algo en común, todos hablaban de compañeros a los que no soportaban: Una chica decía que tenía una compañera que no hacía su trabajo, que siempre estaba hablando por teléfono con su familia y que eso era intolerable!!. Otro decía que tenía un compañero que no quería hacer el trabajo que él le mandaba... y que ya estaba harto porque era un subordinado y, que a la siguiente le iba a expedientar... curioso ¿no?. Otro que tenía un compañero que siempre se estaba quejando... todos ejemplos basados en críticas al resto de los compañeros... además eran críticas no muy afables... se empezó a crear un ambiente un poco rancio y hasta la profesora apostaba porque eso era intolerable y se tenían que tomar medidas serias con este tipo de profesionales...

Yo no daba crédito a lo que estaba oyendo, si algo estamos aprendiendo en esta Escuela es lo siguiente: Nadie es perfecto, nosotros mismos tampoco. Nadie es 100% malo, todos tenemos una gran capacidad para amar, sí todos, hasta la peor persona del mundo. Podemos soportar cualquier situación porque si no la pudiéramos soportar nos moriríamos, por lo tanto también podemos soportar el trabajar con alguien que no nos gusta mucho. La vida es muy corta y nosotros somos muy poco importantes y a esta vida hemos venido a disfrutar, no disfrutaremos mucho si nos vamos fijando en las cosas que no nos gustan de los demás. De la gente hay que coger lo que nos gusta y lo que no, dejarlo estar y no fijarnos.

Pero además de todo esto lo que sí que es fundamental si queremos progresar es no ir con exigencias sino con preferencias sobre nosotros mismos o sobre los demás. Por tanto si tenemos un compañero que no nos gusta cómo trabaja o crea mal ambiente, si queremos mejorar esta situación, desde luego que una buena solución no es amenazar con abrirle un expediente ¿no?.

Quizás habría que preguntar a esa persona, antes de tomar una decisión ¿por qué actúa así?, ¿qué es lo que cambiaría él de su trabajo?, ¿cómo entre todos se podría mejorar esa situación?... y manifestarle sin exigencias o amenazas que nos gustaría que cambiara de actitud.

Bueno, en ese curso se me ocurrió soltar al aire la siguiente pregunta: ¿qué preferís que salga ese trabajo puntual y que lo haga esa persona o bien mejorar el ambiente laboral incluso con esa persona?. Expedientando a esa persona se conseguirá el objetivo de que haga ese trabajo y nos saldremos con la nuestra pero ¿contaremos con  esa persona para la próxima vez?.

Bueno, creo que nadie me escuchó, estaban más preocupados en informarse sobre el procedimiento que existía para expedientar...

A veces vale más la pena gastar energías en fomentar las buenas relaciones personales en el trabajo, aunque eso suponga que tengamos que hacer nosotros u otra persona ese trabajo que habíamos mandado, o incluso, si es posible, dejar de hacer ese trabajo... porque fomentando las relaciones personales conseguiremos que a la próxima no tengamos este tipo de problemas. En cambio si nos encabezonamos en que esa persona “debe hacer eso, debe trabajar así y debe comportarse de una determinada manera...” quizás resolveremos puntualmente el conflicto pero ni mucho menos lo habremos solucionado definitivamente.

Lo importante no es tener la razón, hay que renunciar a tener la razón, lo interesante es que el trabajo sea un disfrute y eso no lo conseguiremos a través de la crítica continua a los demás.

Bueno, creo que sería una sabia decisión que en mi trabajo incorporaran a Rafa como docente para la próxima, ¿verdad?

Un beso a todos,

Mónica




4 comentarios:

  1. Estoy muy de acuerdo contigo. Muchos, quizás la mayoría, de los cursos de asertividad son cursos de agresividad. Su máxima es "hazte oír como sea" y eso nos vuelve paranoicos y violentos.
    Está bien expresarse, pero no es lo más importante del mundo. Si tenemos eso en cuenta, encontraremos vías para intentar influenciar a los demás con efectividad y sin estrés. Y, si lo conseguimos, genial. Si no, mala suerte, el universo no es perfecto ni falta que hace.
    Abrazo!
    Rafael

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  2. Es frecuente y paradójico que muchas “organizaciones enfermas” (las inducen a las personas a conductas anómalas y provocan situaciones de estrés) ofrezcan cursos de mejora para el personal.
    Estas organizaciones no muestran ningún interés por revisar su propia naturaleza, sus exigencias absurdas y las consecuencias ansiógenas sobre los individuos y el clima laboral.
    No es una excusa para no seguir progresando personalmente. Puede ser incluso interesante intentar superar estas dificultades si supone una oportunidad para crecer personalmente.

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  3. Este es un tema que me interesa bastante..... os invitaria a compartir o remitirme, todo tipo de información, bibliografia o recursos que recojan ejemplos o situaciones a modo de como tan estupendamente ha hecho Monica... situaciones que calificamos en el mundo laboral como ¿problematicas? ¿conflictivas? ¿dificiles? ... evidentemente desde la vivencia personal, de clima, ambiente de trabajo..... etc
    Monica, cada articulo te superas a ti misma....
    Un saludo.

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  4. Manuel tiene toda la razón, no nos podemos refugiar en el tópico de: "cómo trabajo en una organización enferma... ya no tengo nada que hacer y me dejo llevar y actúo como la propia organización...".

    No, tenemos mucho por hacer y por cambiar. Por muy inamovible que nos parezca la organización, no nos podemos acomodar, aunque a veces nos entren ganas... y se vea como imposible el innovar... los que trabajamos en organizaciones tan rígidas tenemos una oportunidad espectacular para poner en práctica lo que estamos aprendiendo... y poco a poco se van produciendo pequeños cambios, como por ejemplo el que gente con la que sólo compartías el saludo empiece a participar en un grupo excursionista contigo!!!... a qué parece increíble!!! y ya es el colmo que encima te lo acabes pasando bien con esa gente en un ámbito que no es el laboral!!!, con perseverancia se van consiguiendo pequeños cambios pero no olvidemos que si no los consiguiéramos pues tampoco pasaría nada...

    Damián, las situaciones que se me vayan presentando que sean interesantes y, que no las explique aquí en el blog ya te las pasaré a ver si las puedes aprovechar. Y si te podemos ayudar en tu proyecto de alguna otra manera nos lo dices.

    Un beso muy fuerte,

    Mónica

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