miércoles, 26 de diciembre de 2012

Certificado de tolerancia al mal-rollo (adelanto del nuevo libro)

mal rolloA lo largo de las páginas que hemos visto ya, hemos descrito a nuestras amigas las “neuras”. Ya las comprendemos. Sabemos cómo se originan y cómo las mantenemos. También hemos empezado a aprender a combatirlas.

Hemos visto que los seres humanos, cuando nos adentramos en una fase neurótica, nos volvemos ultra exigentes. De hecho, ésa podría ser una buena definición de neurosis: volverse demasiado demandante con uno mismo, con los demás y con el mundo. A eso también lo llamamos “no-lo-puedo-soportitis”. Nos quejamos y nos lamentamos por muchas cosas. Por ejemplo: “No tengo pareja, ¡joder!, soy un desastre y mi vida da pena!”.

En esos momentos, parecemos uno de esos judíos ultra-ortodoxos que se ven en las imágenes de Jerusalén con esos sobreros negros y el pelo en tirabuzones. ¡Alzamos la Biblia y la dejamos caer sobre nuestra propia cabeza!

Ese machacarse a uno mismo, llorar y ver las cosas realmente negras es la madre del cordero. No nos damos cuenta de que lo hacemos, pero vive Dios que es así. Cuando cambiamos nuestra filosofía de vida y no nos permitimos ese auto-diálogo criminal, gradualmente, vamos recuperando la fortaleza.

Pero en este capítulo vamos a estudiar una queja más aguda, todavía más definitoria de la neurosis. Digamos que se trata de una queja especial, más elevada, que complica el asunto y que sólo los psicólogos más experimentados suelen captar y solventar. Y es propia de las personas que están en un periodo más negro. La llamo “la reina de las neuras”.

Se trata de quejarse no porque nos pasa esto o lo otro, no porque “me faltan tetas” o porque “tartamudeo”… sino por el propio hecho de “estar mal”. Esto es, quejarse de sufrir psicológicamente: de estar triste o ansioso. La persona, por ejemplo, se levanta así por la mañana, quizás sin ninguna causa detonante, y el malestar continúa durante todo el día o incluso crece. ¡Qué rollo tener que trabajar así! o, peor todavía, tener que pasar el rato con la familia: sonreír, seguir conversaciones, aparentar buen ánimo.

Se trata de un lamento peculiar porque:

a) No hace referencia a algo externo que, en principio, podría ser directamente resoluble como “estar solo”, “estar gorda”. ¡No podemos trabajar para cambiarlo! Simplemente, estamos mal porque nuestro maldito cerebro no funciona como debería y ni siquiera los psicofármacos lo remedian.

b) Existe la creencia irracional de que las personas “normales” no tienen esos bajones sin razón con lo cual, somos unos frikies insoportables por tenerlos.

Una paciente llamada Laura, joven médica, inteligente y divertida, lo describía así en su diario:

“Hoy tengo que ir a comer con mis padres y no tengo ninguna ganas de ir. Lo que sucede es que no estoy bien y todo me cuesta más en esos momentos. Estoy irritable, negativa, ansiosa y con este bajón, ¿cómo voy a hacer el papelón en casa? ¡Demonios, no soy una persona normal! ¡Tener esto es la peor enfermedad que hay porque no puedo interactuar con los demás! Cuando tenga novio, ¿cómo diablos voy a estar con él con estos bajones si sólo me apetece encerrarme en mi habitación y no hacer nada? ¡No voy a poder tener pareja! ¿Qué va ser de mi vida?”


La descripción continuaba varios párrafos más con ese pronóstico tan negro. Claramente, terribilizaba sobre el propio malestar. Cuando lo repasamos días más tarde, en la consulta, Laura reconoció que exageró:

- Laura sí era una persona “normal”, aunque por ahora tuviese esos bajones de vez en cuando. Tres de cada diez personas los tienen. Por lo tanto, se trata de un fenómeno bastante corriente. Desde un punto de vista objetivo, nos guste o no, nuestra sociedad es así en la actualidad y haremos bien en acostumbrarnos a eso porque la tendencia no va la baja sino todo lo contrario. La normalidad, cada vez más, es esa: el ser humano moderno es culto, pero neurótico.

- Llegué a conocer bien a Laura y os puedo decir que era una persona maravillosa. Personalmente, ¡me encantaba! Era una profesional fantástica, muy divertida y tenía mil virtudes al margen de esas “neuras”. ¿Cómo podía decir que no iba a poder mantener a una pareja? De hecho, era una chica a la que no faltaban pretendientes y a lo largo de la terapia empezó a salir con un chico que prácticamente la idolatraba. ¡Sí, incluso con sus neuras!

- Por medio de los registros que hacía Laura para la terapia, pudimos comprobar que Laura sólo tenía algunos días malos. La mayor parte de la semana estaba mucho mejor y en esos momentos, era una persona deliciosa, divertida que hacía felices a los demás.

En definitiva, el malestar de Laura no era tan malo como ella se decía en esos momentos. Esa terribilitis en la que incurría por encontrarse mal a nivel psicológico sólo hacía que amplificar el malestar psicológico y hacerlo durar mucho más tiempo del razonable.

Si conseguimos tener una mirada más objetiva y racional de esos momentos, dejaremos de verlos como “insoportables” para darnos cuenta de que no son tan malos. Son un poco desagradables, pero no más que tener migrañas o artritis. Con esas dolencias podemos ser felices, podemos mejorar nuestra vida y hacerla maravillosa en muchísimos aspectos. ¡Por supuesto que sí!

Laura aprendió a que, en los momentos de depre o de ansiedad, podía:

- Trabajar y avanzar en proyectos de investigación apasionantes en los que estaba metida. Sí, con el malestar a cuestas podía ir a su despacho, abrir el ordenador y dedicar una jornada de trabajo extra larga. ¡Total, ya que no podía disfrutar mucho de los placeres de la vida en esos momentos, mejor dedicarse a hacer algo útil! Al día siguiente o a la semana siguiente se alegraría mucho del progreso.

- Podía acudir a las reuniones familiares. ¡Claro que sí! Se tenía que esforzar más, pero podía cumplir suficientemente y, de hecho, muchas veces, se olvidaba de su malestar y se sentía un poco aliviada.

- Hacer deporte. En esos momentos, especialmente si estaba un poco ansiosa, la mayor excitación nerviosa le daba mayores fuerzas para el jogging.


En definitiva, podemos decir que los seres humanos nos hacemos realmente fuertes cuando desarrollamos esta tolerancia al malestar psicológico. Tanto es así que yo les digo últimamente a mis pacientes que se tienen que ganar un “certificado de tolerancia al mal-rollo psicológico”. Con una hoja de papel apaisada, después de alguna práctica, dibujamos un título que dice:

El presente certificado acredita a:
Doña Laura Martínez Martínez con el título de tolerante al mal-rollo psicológico porque esos momentos son bastante corrientes en nuestros días y en nuestra sociedad. Porque no definen a la totalidad de la persona, sino solo a una parte. Y porque podemos hacer cosas útiles entre tanto que nos beneficiarán a todos.
Firma:
La Universidad de la Vida


Abrazos navideños!!
Rafael

32 comentarios:

  1. Con el mal dia que he tenido hoy, tus palabras son un regalo!!!!

    Grazie mille!!!!

    ResponderEliminar
  2. Buen analisis, esto te hace ver que no eres el unico con esos problemas.

    ResponderEliminar
  3. Eso es exactamente lo que me pasa a mi, me da la "neura" a menudo y sin razon alguna, se pasa verdaderamente mal. Yo tengo bajon por que me pienso que no existo para nadie. Me han ayudado mucho tus reflexiones gracias.

    ResponderEliminar
  4. Genial!!!Leer este articulo estimula mucho a reflexionar,sobre nuestras actitudes,ante las situaciones que se nos presenta en nuestra vida...Gracias Rafael!!!

    ResponderEliminar
  5. y para cuando este nuevo libro del que hablas? yo me lo pido!!

    ResponderEliminar
  6. ¿Dónde estabas entonces cuando tanto te necesité? (canción de Manolo García, je, je). Parece calcado a mi historia.
    Siempre he sufrido del sistema nervioso y me he sentido rara por ello. Me he pasado la vida intentando esconder que sufro de los nervios, sin decirlo a nadie por vergüenza, creyéndome menos que los demás, intentando cambiarme, leyendo para ello cientos de libros de autoayuda, haciendo yoga, relajación, evitando situaciones comprometidas, justificando mis nervios por un ambiente familiar siempre tenso, culpando a mis padres y a mi naturaleza, ...
    Al leer tu libro descubro algo que ya venía sospechando: me doy cuenta de que la primera responsable soy yo misma, que no soy una víctima de mis padres o de mi cerebro que no funciona bien. La buena noticia es que sí puedo hacer algo para cambiarlo, la "mala" es que tengo que trabajar. Trabajar en la dirección correcta, porque hasta ahora he estado trabajando mucho y gastando mucha energía en "tapar" mi "problema", en estar siempre en guardia, en controlar mi comportamiento y dar imagen de normalidad.
    Espero tu nuevo libro con impaciencia.
    Gracias por estar ahí, y perdonad por el rollo.
    Amparo

    ResponderEliminar
  7. ¡Muchas gracias Rafael!, lo mejor de todo es que continuamente nos enseñas a ver que en realidad, todo esto no tiene tanta importancia, y creo que es la mejor forma de desprendernos de estos lastres...

    ¡Ánimo y a disfrutar de ser cada día un poco más vikingos!.

    ResponderEliminar
  8. Bueno, aún tardará. Quizás podamos publicarlo en septiembre. Pero, durante estos meses iré colgando extractos!
    Rafael

    ResponderEliminar
  9. Gracias por enseñarnos tanto, una de mis mayores neuras es el miedo a lo que podría pasar , ya me has enseñado que el futuro no existe, asi que ya no me preocupo del mañana, intento vivir el presente. Feliz año a todos pero un cariño especial para ti y para Mónica, Biquiños

    ResponderEliminar
  10. Los esperaremos como el maná del desierto. Pero no temas, que el libro igualmente lo compraremos.

    Gracias por todo.

    ResponderEliminar
  11. Antes de leer "El Arte de no amargarse la Vida" he leído el blog con todos los comentarios y es muy útil, así que antes de que leamos tu libro hace muy bien que vayas colocando extractos en el blog ya que los comentarios de la gente enriquecen los artículos. Gracias Rafael. Saludos desde México y Feliz Año !!

    Raúl.

    ResponderEliminar
  12. Felicidades de nuevo por este post. Pero una duda. a ver , si éste fenómeno se da en 3 de cada 10 personas , pues si es frecuente, ¿pero porque se da ?
    El dialogo interno es siempre la causa. Entonces aveces porque dicen los psicólogos o los médicos , mira chica lo tuyo es crónico y ya sabes, tendrás temporadas mejores y temporadas peores. Esto es así , se lo han dicho a mi madre, tal cual. Y por otro lado otra pregunta porque son tan negativos para las personas que sufren de ansiedad o depresión los cambios de estación, creo que es por la luz, pero entonces eso que tiene que ver con los pensamientos, Esos momentos según los psicólogos son cuando las personas están más vulnerables. ¿Qué hay de cierto?.

    un abrazo y mucha energía para todos-

    FELICES FIESTAS.

    PILAR

    ResponderEliminar
  13. Que bien!!! Gracias y felices fiestas a tod@s.

    ResponderEliminar
  14. Es cierto que si no haces un esfuerzo decidido por cambiar y luego un mantenimiento permanente, la gente no cambia. No es fácil, pero tampoco mega complicado. La gente que dice "Prepárate, esto es crónico" lo dicen por eso, porque no han visto muchas personas que hayan cambiado. Pero te aseguro ue las hay. En mi libro hay testimonios de ello independientes y bastante claros.
    Con respecto a lo segundo, la gente se pone mal principalmente por sus pensamientos. ¿Que el clima puede tener alguna influencia o los cambios de estación? Podría ser pero yo todavia no he visto un caso que sea realmente así y te aseguro que he visto cientos y cientos de personas. Lo que puede pasar es que si estás mega-vulnerable, joder, cualquier cosa te puede afectar! hasta una chorrada como el cambio de estación!
    Rafael

    ResponderEliminar
  15. Entonces, seguiré con ello.
    Abrazos mexicas!!!
    Rafael

    ResponderEliminar
  16. Este post me ha encantado, creo que lo que dice Rafael en este artículo hay que tenerlo muy en cuenta, desarrollar el músculo de aguantar situaciones incómodas es muy interesante. Tenemos muy arraigada la exigencia de la comodidad, y justamente el aguantar situaciones incómodas nos hará más fuertes emocionalmente, por otro lado si no tenemos esta comodidad nos decimos cosas como que es terrible lo que estamos viviendo y que no lo puedo soportar. Perdemos la valoración racional de lo que nos está pasando que en el fondo no es tan malo, elevamos lo que nos está pasando, nuestro malestar emocional al grado de estar en la peor de las guerras!!!

    Es muy interesante el a,b,c secundario, ¿cómo nos sentimos por sentirnos así?, ¿cómo nos sentimos por tener malestar emocional?, la respuesta es: como un gusano. Muy interesante trabajar nuestra autoaceptación incondicional a la par con la exigencia de la comodidad. Aunque tengamos estos bajones somos personas valiosas, no somos bichos raros, no nos demos tanta importancia!!!, a millones de personas les pasa lo mismo!!! y podemos aguantar con orgullo estos bajones que son muy poco importantes, nos servirán estos bajones, si desarrollamos el músculo de la soportantitis, para ser más fuertes a nivel emocional!!!

    Esperamos con mucha ilusión el nuevo libro de Rafael que tiene el arte de darnos argumentos que nos convencen plenamente en nuestros debates. A mi me sirve el pararme y pensar que es lo que estoy pensando, descubrir mis exigencias y clasificarlas, así como las inferencias (que es lo que pienso yo que puede pasar si no se cumplen mis exigencias) pero para transformar nuestras exigencias en preferencias es fundamental hacer un buen debate y para ello posts como éste son geniales.

    ResponderEliminar
  17. me gustaria contactar con personas que vean la vida negra, como yo, y que esten inmersas en la famosa TREC. Mi mail es josemjimenez2002@hotmail.com

    ResponderEliminar
  18. Parece que el texto de Amparo lo haya escrito yo. 100 % de acuerdo contigo.
    Abrazos a todos

    ResponderEliminar
  19. Gracias Saludripoll y Tina. Saber que no soy la única me ayuda un montón.
    ¿Os acordáis de Dire Straits? Pues somos "brothers in arms".
    Besos
    Amparo

    ResponderEliminar
  20. Muy interesante. Justo al leer este artículo me he sentido, en cierto punto, reflejado. La verdad es que me empecé a "enganchar" a tus libros, por cosas como estas. Ahora tengo una pequeña duda que me está paralizando un poquillo a la hora de seguir con la lectura de tu último libro. Cada cierto tiempo desde a¡hace algo así como un par de años, tengo de manera periódica unos momentos de ralladas. Normalmente no tienen justificación racional y se basan en necesidades generadas como las que explicas en tu libro. A través de la lectura del mismo, tengo la ilusión de atenuarlas o incluso llegar a eliminarlas, ya que son momentos que yo considero de "tristeza".

    La mayor parte del tiempo soy una persona alegre y conversadora, pero estos momentos que describo, me lo hacen pasar un poco mal, aunque nada exagerado.

    A su vez, en tu libro, al igual que en este artículo, afirmas que sentimientos como la tristeza o el nerviosismo son incluso necesarios en algunas ocasiosiones. Significa eso que también debería aceptar como 'normal' este tipo de ralladas que de manera irracional afloran de vez en cuando en mi??

    Un abrazo a tod@s!

    ResponderEliminar
  21. La estrategia es doble:
    a) intentar cambiar la racionalidad que hay detrás de la neura
    b) aceptarla

    He ahí el juego.
    Abrazo,
    Rafael

    ResponderEliminar
  22. Hola Jose Manuel, no sé si tienes oportunidad de ir a alguna de nuestras tertulias de Málaga, Madrid o Barcelona porque en las tertulias trabajamos a partir de la TREC y si le das fuerte a los deberes aprendes a fijarte en lo bueno de la vida y a aceptar lo que no nos gusta.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  23. gracias,monica, pero me gustaria tener contacto personal con PERSONAS, que tengan mi problema, es parte de mi terapia, asi,q ue si alguien se anima, aqui estoy yo para ambos dos.

    ResponderEliminar
  24. Feliz año, Rafael y Mónica, y gracias por compartir vuestros conocimientos con todos nosotros y ayudarnos tanto a racionalizar nuestras mentes inquietas.

    Abrazos.

    ResponderEliminar
  25. Igualmente para ti Manuel, feliz año!!!
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  26. Feliz Navidad Rafael.....

    Es cierto, debemos de saber convivir con nuestras neuras ya que son parte de nuestro pasado y de nuestro presente......Gracias por la visión.

    ¿ Cuando sale el libro a la venta?

    Gracias, Un abrazo. Victor (Málaga)

    ResponderEliminar
  27. Creo que en septiembre de 2013! Aun queda!!

    ResponderEliminar
  28. Muy bueno el post. Espero el nuevo libro. Ya tengo cuatro ejemplares del "arte" y uno del primero.

    Por cierto, Rafael, creo que sería interesante tener una versión en audiobook, tanto resumida como completa.

    Feliz año.

    ResponderEliminar
  29. Umm, buena idea! Se lo comento a la editorial!!
    Gracias!!!
    Rafael

    ResponderEliminar