sábado, 30 de enero de 2016

REFLEXIONES DE XISCO FORTEZA: LA EUFORIA PERPETUA ( SOBRE EL DEBER DE SER FELIZ ) Pascal Bruckner


Bruckner no aporta ninguna novedad sobre el campo de las emociones y de los ideales ( sobre todo de los dos ideales que más habla : el amor y la felicidad ) que han recorrido la historia escrita de la humanidad. Sin embargo , reconfirma el tema de lo ilusorio de la Felicidad para los escépticos, adornándolo con ingeniosos ejemplos que dan buena cuenta de su sagacidad y pericia para transmitir una temática de cultivo propio.

Tras un preliminar desde los primeros temas en torno al culto al sufrimiento por parte de la religión cristiana como soporte de carga para alcanzar la salvación de la vida eterna , Bruckner señala al Renacimiento como punto de inflexión para empezar a soñar con la idea de la Felicidad, la cual se convierte en un derecho en el período ilustrado, para transformarse  a mediados del siglo XX en una obligación.

El escritor galo no deja de recordarnos que la Felicidad no existe ( y si llega es como una gracia divina o una propina de la naturaleza ) y que además hay un culto obsesivo sobre la Felicidad causada por dos advenimientos de alto nivel , a saber : la idea de progreso reconvertido en beneficio máximo individual a través de la irrupción del capitalismo liberal , y asimismo , por haber abandonado el lastre de una comunión con Dios y las ideas de una mala conciencia y predestinación vinculadas a ella .

En todo el libro de Bruckner ronda la convicción de la imposibilidad de las emociones puras , pues la ambivalencia afectiva nos acompaña constantemente , somos seres cambiantes y tornadizos  hasta el punto que desde que el interrogador plantea la pregunta hasta que el interlocutor responde , el tiempo transcurrido es suficiente largo  para que el que ha lanzado la cuestión ya no sea el mismo cuando llegue la respuesta.

En cuanto al sr, Bruckner , entre sorbo y sorbo de un café calentito en pleno invierno al cobijo de una taberna en  cierto barrio de París , le iría respondiendo que yo también soy partidario de la opinión en que la Felicidad no existe , aunque la Alegría sí , además que los momentos de alegre resplandor son aquellos mediante los cuales me crezco ante los desafíos y los retos que la vida me pone delante , siendo consciente que no hay nada más aburrido que un año con los 365 días soleados y nada más tedioso que aquel que lleva una sonrisa en la boca como si de una cadena perpetua se tratase . Claro que hay que reír sin dejar de llorar , ni ocultar los sentimientos que precisamente nos caracterizan como seres humanos capaces de llevar una vida digna.

Para construir una existencia con garantías dignas de ser vivida es preciso derribar los ideales revestidos de imperativos categóricos tales como el Amor , la Felicidad, la Justicia o la Libertad , sino también echar por los suelos el discurso hipócrita del Bien Común de los políticos de turno que , una inmensa mayoría , sólo ansían alcanzar el poder suficiente para satisfacer sus megalómanas intenciones. Y respecto a una buena parte de la inmaculada clase media sería conveniente que nos hiciéramos eco de cuán poco nos importa la hambruna de África , la humillación de niñas y mujeres en buena parte de Asia , la contaminación del planeta con el consecuente calentamiento global , la desaparición de especies de flora y fauna , las grandes bolsas de refugiados , sabiendo que más pronto que tarde todo ello nos sacudirá como un tsunami de imprevisibles resultados.

Ah ,  sr. Bruckner , si seguimos cenando mientras miramos tranquilamente mientras vemos el telediario de las 21’00 horas , no sólo lo hacemos como Vd. dice para consolarnos de nuestra propia miseria al ver de cuántos peligros y tragedias nos libramos , sino también , si me permite , por un cierto voyeurismo cruel y sádico que nos incita a alimentarnos de malas noticias.
Con todo y con eso ha sido un placer hablar con Vd.

Xisco Forteza  ( Enero 2016 )

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