miércoles, 9 de febrero de 2011

REFLEXIONES DE MÓNICA: “LA TERAPIA MORITA”

Hola a todos, hoy me gustaría comentar con vosotros un tipo de terapia que se describe en el libro “Escuela de Felicidad”, se trata de la terapia Morita. Esta terapia me chocó mucho, además no había oído hablar en mi vida de Morita, pero creo que la filosofía que predicaba Shoma Morita se basa en algo fundamental que nosotros también tenemos que aprender y que ahora vamos a ver.

La terapia Morita fue creada por Shoma Morita (1874-1938), un psiquiatra japonés y consistía en lo siguiente:

Primero aislaban a las personas durante cuatro semanas en unos hospitales. Durante la primera semana, los pacientes tenían que estar en cama, no podían ni leer ni hablar con nadie, ni recibir visitas. Un médico pasaba una vez al día a recoger un cuaderno donde el paciente describía cual había sido su estado general. Durante ese periodo el paciente sentía emociones desagradables que venían y se iban por si solas. Los pacientes que tenían ataques de pánico, los experimentaban y comprobaban que sin hacer nada también se iban.

Durante la segunda semana, el paciente podía hacer trabajos en el interior del hospital, principalmente trabajos de limpieza, pero todavía no podía hablar con nadie, excepto con su médico. Así el paciente se daba cuenta de que si experimentaba alguna emoción desagradable era capaz de seguir haciendo lo que estaba haciendo, aún con esa emoción y, luego esas emociones volvían a desaparecer.

Durante la tercera semana, se le permitía al paciente hacer trabajos manuales en el exterior. Durante esa semana podía hablar con los demás pacientes pero sin dejar de trabajar en los jardines y los pacientes entre ellos podían hablar sobre las experiencias que habían tenido desde su ingreso.

Durante la cuarta semana, sin dejar de trabajar, los pacientes hablaban sobre la experiencia vivida con los terapeutas y sobre lo que habían aprendido desde su ingreso.

¿Qué podemos aprender nosotros de esta terapia?, tres cosas muy importantes que nos pueden ayudar mucho:

- Las emociones son impermanentes, vienen y van. Cualquier emoción por desagradable que sea, aunque no hagamos nada, acaba desapareciendo.

- Aún con emociones desagradables podemos hacer cualquier actividad y, podemos por tanto desempeñar tareas útiles. Quizás no hacemos esas tareas con la misma soltura o no nos salen tan bien, pero hay que recordar que nosotros no somos perfectos y que las tareas que realicemos no tienen porque ser perfectas. Buscar la perfección es una batalla perdida, somos seres humanos imperfectos, falibles y cuando aceptamos que somos así, es cuando empezamos a crecer.

- Hay que aceptar todas las emociones, las agradables y las desagradables como algo natural, son otra cosa más que nos ofrece la vida. Recordemos que tenemos que llegar a la autoaceptación incondicional de la vida y de nosotros mismos, nos tenemos que aceptar aún con esas emociones negativas.

“Shoma Morita decía: Consigue la armonía y la naturaleza te enseñará su cara más hermosa”.

“Escuela de Felicidad” R. Santandreu




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