
Pasó un buen rato y no podían salir, aunque lo intentaban no llegaban arriba. Viendo que sufrían con tanto esfuerzo, las hormigas que estaban arriba les dijeron: No podemos ayudaros porque este pozo es muy profundo, nunca podréis salir, dejad de intentarlo porque moriréis de todas formas.
Dos de ellas asi lo hicieron y al cabo de unas horas murieron, sin embargo, la tercera siguió y siguió sin parar un momento... hasta que finalmente consiguió llegar y salir.
¿Por qué no se rindió y cedió a los consejos que le daban? No podía oírlas ella era sorda.
Un beso,
Ana