domingo, 8 de noviembre de 2015

REFLEXIONES DE MÓNICA: LA GESTIÓN DE LOS CAMBIOS


Hola a todos, os dejo con un artículo que me pidieron que escribiera sobre la gestión de los cambios, ahí va!!

Un beso a todos,

Mónica

LA GESTIÓN DE LOS CAMBIOS

Cuando la vida nos plantea un cambio impuesto, es muy posible que nuestra primera reacción hacia este cambio sea de preocupación e inquietud por la incertidumbre de ¿hacia dónde nos llevará ese cambio?. Somos seres de costumbres, nos cuesta mucho salir de lo que conocemos, de nuestra zona de confort y en principio si no vemos un beneficio inmediato, no nos gustará ningún cambio que nos puedan plantear.

La realidad es que solemos tener miedo a los cambios, tenemos miedo a la incertidumbre de no saber ¿qué pasará exactamente y de cómo será nuestra nueva realidad?, tenemos miedo a las consecuencias del cambio.

- Las fases que solemos pasar en un cambio son las siguientes:

1. La no aceptación del cambio: No lo aceptamos y nos decimos a nosotros mismos que este cambio es imposible y que nada cambiará.

2. La rabia y la queja: Nos enfadamos con el mundo, con la organización y con todos cuando nos damos cuenta que el cambio sí que es real.

3. La resignación: Aceptamos el cambio pero no vemos ningún punto positivo a nuestra nueva situación.

5. La aceptación y el crecimiento: aceptamos el cambio, la desorganización inicial que supone y nos adaptamos al mismo, nos dejamos de quejar y crecemos.

- ¿Pero exactamente cuál es el origen del miedo a los cambios?

Exactamente el origen del miedo a los cambios es el siguiente:

1. Nos creemos que tenemos la habilidad de predecir el futuro y empezamos a predecir ¿cómo será nuestra situación con el cambio inminente que nos proponen?. El problema es que estas predicciones suelen ser catastróficas y terribilizadoras, nos avanzamos a lo que pasará y en negativo.

2. Exigimos garantías de seguridad y bienestar que no siempre conseguiremos. Tenemos miedo de perder el control de nuestra vida, queremos controlarlo absolutamente todo y sentir la falta de control nos causa angustia.

3. Solemos pensar que no seremos capaces de resistir el cambio ni de hacer las nuevas tareas que nos están proponiendo. Tenemos miedo de no estar a la altura de las circunstancias.

Sentir incomodidad e incertidumbre delante de un cambio es normal, el problema viene cuando alimentamos estos miedos.

- ¿Qué podemos hacer para hacernos más fuertes a los cambios?

1. Dejar de hacer predicciones terribilizadoras, no tenemos ninguna evidencia real de muchos de los pensamientos catastróficos que nos invaden.

2. Rebajar nuestras exigencias y transformarlas en preferencias. Sería altamente preferible tener garantías de seguridad y bienestar en nuestra vida, pero la realidad es que no siempre las tendremos. Hay cosas que se nos escapan, no podemos controlarlo todo, tenemos que valorar lo que podemos cambiar y lo que no podemos cambiar, aquello que no podemos cambiar no nos quedará otra que aceptarlo.

3. Aceptar que cambiar del estado A al estado B implica desorganizarse para volver a estructurarse en un nivel diferente y esto no es sencillo. Cualquier cambio comporta incomodidad, pero podemos soportar esta incomodidad.

4. Confiar más en nosotros mismos, somos más capaces de lo que nos pensamos y no tenemos que tener miedo a hacer las cosas mal porque no somos perfectos, para aprender nos tenemos que equivocar. Tenemos que dejar de valorarnos a nosotros mismos por lo que hacemos, todos nosotros somos mucho más de lo que hacemos.

5. Es interesante rodearse de gente optimista y con fuerza, quejarnos o criticar a los otros no nos lleva a ningún sitio.

6. Fomentar vías de comunicación, no tener miedo de comunicarnos con nuestros superiores y manifestar nuestras opiniones.

7. Aprender a aceptar, aceptar que no todo en la vida sale como nosotros queremos y que una adversidad puede ser una oportunidad de crecimiento y aprendizaje.

Y lo más importante de todo es que no nos tenemos que olvidar que el factor más importante dentro de un proceso de cambio son las personas.

Un texto que es muy apropiado para el tema de los cambios es el del "Roble y el junco" de la Fontaine.

El roble y el junco – La Fontaine

Cuentan que una vez crecieron juntos un junco y un roble. Al cabo del tiempo el roble se hizo un enorme y engreído árbol que menospreciaba al junco burlándose de esta manera:

 ¡Qué pequeño y débil eres!. Ni siquiera tienes ramas y tu tronco no aguantaría ni un cuarto de kilo. Yo, sin embargo, soy grande, tengo poderosas ramas y mi tronco es mil veces más robusto que el tuyo. No sé ni siquiera por qué te hablo.

El junco ni se inmutaba ante tales palabras, mas se entristecía por la actitud de su compañero.

Un día un tornado arrasó la comarca y mientras que el roble se oponía a la virulencia del aire con todo su vigor, el junco se plegaba. Tan fuerte era el tornado, que terminó arrancando el roble.

Cuando llegó la calma, el junco se mantenía en pie porqué no se opuso frontalmente a la enorme fuerza que les atacaba, sino que la supo eludir, mientras que el roble cayó por creerse invulnerable, terminando por convertirse en leña para los leñadores. Al verlo el junco se decía:

– Tanta vanidad y soberbia ¿de qué te han servido? Tu inflexibilidad ante el tornado te ha llevado a tu propia caída.

5 comentarios:

  1. Me ha encantado, das en el clavo en cada párrafo.
    Gracias y sigue escribiendo¡
    Sara.

    ResponderEliminar
  2. Me ha encantado una vez más. Gracias! Qué trabajo. !

    ResponderEliminar
  3. Ohhh!!, muchas gracias amigas!!

    Un besazo!

    ResponderEliminar
  4. Excelente reflexion Monica! Muchas gracias!

    ResponderEliminar
  5. […] En uno de tus artículos dices que “el factor más importante dentro de un proceso de cambio son las personas”. ¿Por […]

    ResponderEliminar