Siempre me ha
encantado mi trabajo de odontología en la seguridad social.
Habrá quien piense que: " fíjate
, dice que le encanta torturar a la gente , y encima le pagan". Aunque yo
preferiría verme como "el caballero blanco que liberaba a las doncellas de
los tormentos producidos por las muelas del juicio".
El caso es que durante la crisis tanto
a mí como a todos compañeros del centro y del Sacyl en general nos vimos
envuelto en una atmósfera de ansiedad y quejas .
No sé trataba tanto por la
bajada de sueldo ( que a nadie le gusta) sino más bien por la disminución de
personal y aumento de la demanda de pacientes .
En mi caso concreto hubo una avalancha
de gente , de forma que en la parte de demanda tenía que atender a 26 personas
más urgencias entre 8,30 a 11.20.
Entendía perfectamente que la gente
quisiera ahorrar todo lo que podía y más como estaba la situación .Con la
crisis hubo un grupo importante que pasó de acudir a su odontólogo privado a
venir habitualmente por el Sacyl
lo que me suponía atender a 5
min 40 seg por paciente.
Aunque con ese tiempo más bien era
despachar.
Luego tras el café a realizar
obturaciones o extracciones quirúrgicas complicadas.
Tal era el estrés que iba super rápido
para llegar a la hora del café y poder salir a qué me diera el aire, porque
sentía que me asfixiaba.
Para que os hagáis una idea de los
pensamientos de una mente terribilizadora en aquella época :
" A ver lo que tarda en subirse
al sillón , y abrir la boca ,que no tengo todo el día".
" Otro niño, que no sea para
extracción"
"No me fastidies , le saco la
muela como los ángeles y va el tío y se me desmaya".
Está claro que no estaba en mi mejor
momento.
La mejor definición que se ajustaba a
mí en esos momentos la escuché en la película de Terminator 2 : "Una
máquina con conocimientos anatómicos precisos para ser más efectivo en el trabajo".
Es lo que tiene cuando estás en modo
queja. Todo te parece mal.
Era un privilegiado , con trabajo fijo
, en lo que me gustaba , ayudando a los demás , respetado por compañeros
y pacientes pero no era capaz de apreciar y sobretodo agradecer la abundancia
de mi situación .
Y más aún teniendo en cuenta lo mal
que lo estaba pasando la gente durante la crisis.
Me empecé a leer los libros de Rafael
con motivo de mi divorcio pero noté que empezó a mejorarme en todos los
aspectos de mí vida , como si se tratara de la poción mágica de
Panoramix.
Empecé a trabajar más tranquilo . Ya
no le daba tanta importancia a lo que tardaba en atender a cada paciente o si
me daba tiempo a salir del centro . Simplemente , con tomar el café de la
máquina me era suficiente.
Dejé de notar la sensación de asfixia
y quién más lo agradeció , además de los pacientes, fue mi auxiliar , que
a la pobre la tenía superestresada.
Los pensamientos quejumbrosos fueron
desapareciendo o ya apenas me afectaban.
Curiosamente , sólo tardaba 10 minutos
más que antes pero volviendo a disfrutar del trabajo.
Al activar el modo agradecimiento se
desactiva automáticamente el modo queja.
Así que de la psicología cognitiva no
sólo puedo decir que funciona sino que
que si te la aplicas , los efectos los
notan todos a tu alrededor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario