lunes, 2 de septiembre de 2013

REFLEXIONES DE JULIO: JUDICIALIZAR LA PEDAGOGÍA

“La pedagogía es íntima, del interior del educador al interior del educando. El derecho penal es ajeno, externo e impositivo ¡tan ajeno y tan impositivo que la ley te obliga aunque no la conozcas! lo que en pedagogía sería demencial”

Estas palabras de Enrique Martínez Reguera me encantaron, porque cuando estudié “educación social” me dio la sensación de estar estudiando cosas muy raras, una especie de pedagogía judicializada.

Fíjense sino en la palabra “menor”, es un término completamente jurídico, la abogada de nuestros chavales en la asociación le da muchísima importancia a si el chaval es mayor o menor, porque se le aplicará una ley u otra según su edad. Es lógico que el fiscal o el juez hablen de menores, ¿pero y el psicólogo o el educador? ¿A mí que más me da que tenga 17 o 18? Puedo entender que haya un centro de niños, de adolescentes, o de adultos ¿pero de menores?

Fíjense también en los institutos de secundaria, cada vez más el primer día de clase se les entrega una hoja a los muchachos que pone; “Reglamento de Régimen Interno”, donde se declaran muy claramente las normas y sus consecuencias; faltas leves, graves y muy graves, dependiendo de la falta se pondrá un negativo, acumulación de tres negativos expulsión de tres días, falta muy grave expulsión de un mes… ¿No es acaso la aplicación del código penal en la pedagogía? No son flexibles, son muy contundentes; -si surgen dificultades se te aplicarán esas normas y punto-, el derecho penal debe ser rígido y contundente, pero la pedagogía y la psicología ¿También deben de serlo?

Fíjense también en los informes que emiten los educadores sociales pertenecientes a instituciones muy rígidas (centros de menores, servicios sociales…) parecen más peritos judiciales que informes pedagógicos.

Es lógico también que se le exija al juez que no tenga ningún tipo de vínculo personal con el acusado, porque de lo contrario no sería imparcial, y podría cometer prevaricación, pero en pedagogía, definiendo la pedagogía como “complicidad, intima, del interior del educador al interior del educando” ¿Es lógico el distanciamiento personal? ¿Por qué insisten tanto en las universidades en la teoría del “distanciamiento psicológico óptimo”?

En las cárceles existe el 1er, 2º y 3er grado, que regula la libertad y el derecho a visitas del preso, y ahora en los centros de menores (no solo en los de reforma ¡también en los terapéuticos!) tienen lo mismo pero les llaman “fases”; 1era, 2ª y 3era fase que regulan lo mismo; la libertad y el derecho a visitas ¿el modelo penitenciario siendo imitado por el educativo?

Es lógico también que entre abogados y fiscales se pasen los casos de unos a otros, porque para ellos no son chavales sino “casos” ¿Pero entre pedagogos y psicólogos? ¿También para nosotros son “casos” y no chavales?

Me da a mí que los adultos nos estamos volviendo un poco locuelos, porque veo en los institutos de secundaria a los policías haciendo de educadores (el policía tutor), al profesor haciendo de policía (aplicando contundentemente el Reglamento de Régimen Interno), al juez haciendo de pedagogo (condena a los chavales con medidas educativas que él elige),  y al psicólogo haciendo de juez (emitiendo informes psicológicos que traerán consecuencias legales y  judiciales).

Y creo yo que no deberíamos judicializar la pedagogía, sino todo lo contrario, hacer pedagógica (y humana) la Justicia.

Abrazos

Julio

5 comentarios:

  1. No puedo estar más de acuerdo contigo, pero tal vez, para que todo ello fuera justo ,habría que empezar dando en los colegios, gestión de conflictos, inteligencia emocional, derechos y responsabilidades humanos y ciudadanos, desde 1º de primaria. Enseñando al principio a distinguir emociones, mirar tu cuerpo, como reacciona ante ellas, el de los demás........luego en la niñez y la adolescencia, responsabilidad, habilidades sociales,.pero en los colegios solo se enseñan datos, que esta muy bien, que los necesitamos para movernos por el mundo y saber historia, matemáticas, lenguas, pero quien te enseña a conocerte a ti mismo,¿los padres? y ¿si no están capacitados como no lo están para enseñar mates, historia?Muchos no saben ni que significa eso, a ellos tampoco le han enseñado. ¿Porque nos cuesta tanto ir a un psicólogo o terapeuta cuando hay problemas?¿porque muchas veces somos incapaces de verlos y buscamos culpables, nos convertimos en victimas en vez de averiguar cual ha sido nuestra responsabilidad y porque actuamos así? Tal vez si los educadores, trabajadores sociales y psicólogos formáramos parte de los colegios y de la sociedad de una forma más activa, desde las guarderías y los niños se acostumbraran a su presencia, a acudir a ellos para que les ayude, a ellos y a sus familias, profesores.....no solo cuando surgen problemas graves, no solo de exclusión social, sino mejorar el bienestar social, la búsqueda de la felicidad, del entendimiento, resolución pacífica de los conflictos.........entonces y solo entonces harían falta menos reglamentos, porque habría PREVENCIÓN, algo que no para de repetir Eduardo Punset, como la asignatura pendiente de nuestra sociedad. Los problemas estarían menos judicializados porque habríamos aprendido a no buscar culpables y menos en menores, sino los mayores que somos quien "dicen" estamos capacitados para responsabilizarnos de nuestros actos. Entre todos con la ayuda vuelvo a repetir de los profesionales educadores trabajadores sociales psicólogos, todos, con los adultos, profesores, padres(capacitados y responsables claro) seríamos los que pondríamos el castigo merecido, y entonces comprendido, pero sobre todo LA AYUDA TERAPÉUTICA ADECUADA. Gracias Julio.

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  2. Me gustaría dar una humilde opinión que no se centra mucho en el tema educativo y pedagógico ya que es mundo desconocido para mí. Tengo 41 años y el sistema educativo en el que yo estudié es ya una reminiscencia. De lo que sí puedo opinar es de leyes ya que por eso pasé por una Facultad de Derecho durante muchos años y ahora remangados en temas psicológicos sí que puedo opinar para intentar unir dos mundos como son el de la Psicología y el del Derecho, dos humanidades a estudiar bien bonitas. En Filosofía del Derecho se nos enseñaba que existían dos corrientes filosóficas fundamentales. Una era el positivismo y otra el iusnaturalismo. Pues bien, después de haber leído a Rafael Santandreu y a algún que otro psicológo puedo afirmar que me quedo con lo que pensé en mis años de estudiante de Derecho: soy iusnaturalista. Para los que no sabéis Derecho os digo que el positivismo jurídico (nada que ver con el positivismo en psicología) viene a decir que el Derecho "es" sin realizar ningún tipo más de análisis de las normas. Mientras que el iusnaturalismo viene a decir que el Derecho es un "deber ser" y que podemos cuestionarnos la utilidad de la norma a analizar. Si los psicólogos podéis demostrar que la naturaleza es injusta la mejor opción que podemos tomar es el camino del iusnaturalismo, que concibe a las normas como un "deber ser" que "se aproxime lo máximo posible a esa naturaleza injusta". Es el único camino que tenemos para hacer justicia, hacer una justicia aproximada.

    Julio hace una reflexión muy interesante y mi consejo es que se haga un iusnaturalista empedernido. Cuestionará a menudo las normas a aplicar a los chavales partiendo de la premisa de que esas normas se pueden cambiar para acercarse lo máximo posible a la injusta naturaleza que nos rodea y que también está en un constante cambio.

    De los psicólogos a los que he leído, por favor, no tengáis en cuenta a Wayne Dyer. Se equivoca bastante en temas de Justicia y de Derecho. Y fue muy criticado no sólo por juristas sino también por psicólogos.

    Para abundar en el tema del iusnaturalismo un buen autor a leer es el filósofo jurídico Ronald Dworkin, fallecido muy recientemente.

    A los psicólogos os cuesta el lenguaje jurídico lleno de "deberías". Estoy seguro que el "deber ser" de la normas os encantará.

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  3. Sí!! "Educar" significa intentar cambiar: "Enseñar" solo es transmitir saberes... El cambio real sólo puede ser voluntario por lo tanto se ha de seducir al cambio y luego mostrar las vías para que pueda lograrlo... Los profes muchas veces solo enseñan, no educan... y cuando intentan educar intentan amaestrar como a los animales... en el peor de los casos, los chicos aprenden a ser amaestrados e intentar amaestrar a los demás: al final creamos ordas de personas bastante dictatoriales y quejicas...
    Rafael

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  4. Me declaro iusnaturalista concejero, sin intentar cambios, si el derecho penal no me da otras alternativas...

    Gracias por la informacion.

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  5. Hola Julio,

    interesantes reflexiones las que planteas aquí. Se tratan temas que me recuerdan a aquello de lo que Foucault habla en "Vigilar y castigar", cuya lectura me parece muy recomendable. Por ejemplo, la misma disposición espacial de las escuelas está revelando una serie de relaciones de poder. La judicalización que comentas va en la misma línea (pero en el mencionado libro se detallan reglamentos del siglo XIX en este sentido). Pero la institución psicológica y pedagógica también son equívocas en sus funciones y las relaciones de poder que establecen...

    Un saludo

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