Cuando el 2º
oficial del barco; Starbuck, consciente de la locura de su capitán, del absurdo
de odiar a un animal sin conciencia ni raciocinio como una ballena, de
perseguirla por todos los mares y sabiendo en todo momento que el naufragio es
su único destino, intenta convencer al capitán Ahab diciéndole;
- Volvamos a
casa capitán, con nuestras familias, volvamos al hogar ¿es que ya no se acuerda
de su familia?
El capitán por un momento duda ¿El odio de Moby Dick, o
el amor de su familia? ¿La gloria de matar al monstruo o la sencillez del
hogar? ¿La fama o el anonimato?....
Tras haber sido perseguido durante varios días por un
jaguar en las montañas y estar convencido de que iba a desgarrarlo
miembro a miembro y comérselo Castañeda por fin consiguió escapar de la feroz
bestia . Cuando su maestro espiritual el nagual don Juan le preguntó por
esta experiencia Carlos Castañeda según consta en su obra "El poder del
silencio", respondió a su maestro que era totalmente absurdo que
pudiera sentirse ofendido por el ataque de un jaguar porque solo estaba
haciendo lo que hacen los jaguares.
Y el maestro respondió que debía sentirse igual
respecto a las arremetidas de algunos de sus congéneres humanos y al igual que
con el jaguar debía protegerse o apartarse del camino pero sin la
sensación de ser tratado de un modo moralmente incorrecto ...
Para concluir mi
anterior post sobre el desprecio y la venganza , que mejor que poner dos nuevos
ejemplos en los que en situaciones parejas podemos elegir entre la necesidad de
dejarnos llevar por el odio o poder renunciar a él ( y en casos de personas con
una mente a prueba de bombas ni siquiera ofendernos ).
A lo largo de nuestra vida hemos visto o vivido
situaciones muy similares en las que frente a una agresión u ofensa es más
normal reaccionar con venganza dominado por nuestro odio que saber perdonar.
Como dice la frase " Aferrarse al odio es como tomar veneno y esperar a que la otra
persona muera.” .
Si buscamos la causa original del odio nos damos cuenta
de que al fondo del todo vivimos en un estado de carencia.
En lugar de fijarnos ( y agradecer ) lo mucho que tenemos
, ponemos nuestro foco en las pocas cosas que nos faltan. Pensamos
erróneamente que seremos felices cuando tengamos ese objeto material (
dinero ) , mental ( éxito ) o emocional ( amor) del que carecemos . Y si ese
objeto que creemos imprescindible para nuestra felicidad sentimos que nos lo ha
robado otra persona , lo hemos perdido nosotros mismos o porque las
circunstancias generales nos han sido desfavorables es cuando sentimos ira u
odio a los demás , a nosotros o al mundo.
En otras palabras , cometemos el error de pensar que la
felicidad está en el exterior . Y una de las mejores armas que podemos aplicar
es practicar el agradecimiento , que es totalmente incompatible con la
queja.
En el momento que seamos capaces de liberarnos de este
estado de carencia y dejar de mirar en la dirección equivocada ( es decir , al
exterior ) automáticamente podremos eliminar la ira y el odio.
A lo largo de de nuestra vida siempre vamos a
cruzarnos con personas que actúan como jaguares . Lo ideal sería la aceptar a los
demás ( no la conducta) y tratar de averiguar la causa de ese deplorable
comportamiento. Si no es posible habrá que protegerse o apartarse.
Pero como dice Castañeda , están haciendo su trabajo y en
la gran función que es la vida constantemente van a aparecer en distintas
etapas personajes que van a interpretar el papel de malo.
Aunque no podamos evitar ni queramos que aparezcan
"los malos" ( lo normal es que tengamos muy poco control de las
adversidades que aparecen en nuestro día a día ) , tenemos que tener muy
claro que los directores de nuestra vida somos nosotros y por tanto solo de
nosotros depende que termine en drama si nos dejamos carcomer por el odio o en
comedia ,gestionando bien nuestras emociones.
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