domingo, 21 de septiembre de 2014

REFLEXIONES DE MÓNICA: EL GRAN MAGO


Este va a ser un post muy cortito, el otro día con unos amigos fuímos a cenar a un restaurante muy sencillo, un amigo lo conocía y pensó que era una buena opción para cenar bien, barato y tranquilos.

Nos pusimos en la terraza del Restaurante porque una de las cosas buenas de Barcelona son sus maravillosas terrazas, allí estuvimos entre tapita y tapita poniéndonos al día de todo después de las vacaciones...

Nuestra sorpresa fue que cuando estábamos acabando de cenar, ya en los cafés, se nos acercó uno de los camareros, se llamaba Santi, se sentó con nosotros y nos dijo que si nos podía hacer un truco de magia, nosotros le dijimos que encantados!!!

Santi entonces se transformó, empezó a hacer truco tras truco con su baraja de póker y de verdad os puedo decir que fue alucinante, uno de los espectáculos más increíbles que yo he visto, elegante, hábil, con una labia espectacular... nos quedamos todos alucinados!!

Cuando acabó la actuación yo no me pude reprimir en preguntarle:

- Pero Santi ¿tú dónde has aprendido todo esto?

- Tengo un profesor, me dijo.

- Santi y tú ¿dónde actúas?, ¿nos puedes dar una tarjeta tuya?

- No, yo no actúo en ningún sitio.

Santi nos explicó que él no quiere actuar en ningún sitio que él la magia la regala, pero que no la regala a todo el mundo, y eso es verdad!! porque aquella noche de casualidad fue nuestra mesa la agraciada!!!

Pero lo que más me impactó, es que Santi me dijo que no siempre podía regalar su magia, que sólo podía regalar su magia cuando creía en él, entonces era un mago espectacular, pero eso de creer en él no ocurría todos los días, había días en los que no podía regalar su magia, y esos días se ponía muy triste.

Os juro que esta historia es real, yo le dije a Santi que si se esforzaba, podría regalar su magia cada día a los demás, porque era posible creer cada día en uno mismo, que lo intentara un poquito porque valía la pena y, con su magia, conseguiría regalar a los demás momentos maravillosos. Santi me echó una mirada de complicidad y de tristeza al mismo tiempo que me conmovió.

Desde luego que la noche fue mágica y vuelve a corroborar que el mundo está lleno de personas maravillosas.

Un beso a todos,

Mónica

2 comentarios:

  1. Muy bonito Mónica.
    Ojalá y Santis consiga confiar en sí mismo todos los días. Por él y por los que le rodean.

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  2. Mónica,
    Gracias por tu historia, me ha conmovido ese Santi. Yo me siento en cierta manera identificada con él. Hay días (la mayoría, en mi caso) en que sí y otros en los que sencillamente es mejor ni asomarse fuera. No hay que darle más vueltas.
    Esa combinación de complicidad y tristeza es muy dulce. Me gusta ese Santi. Sus razones tendrá. Santi, te puedo sugerir "El arte de no amargarse la vida?" de un tal Santandreu ;-) .. igual esa tristeza se convierte en otra sensación más beneficiosa para ti.

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