REFLEXIONES DE DAVID M.: OJO CON LAS NECESITITIS INMATERIALES QUE NO OSVENDAN LA MOTO.

Todos en mayor o menor medida nos damos cuenta de que esta sociedad consumista nos intenta vender que necesitamos muchas cosas materiales, y hasta aquí todos aceptamos, al menos de pensamiento, que algo no va bien. Pero es bueno darse cuenta de que tampoco necesitamos cosas inmateriales. De hecho, las necesidades inmateriales son mucho más nocivas, porque:

-La mayor parte de la sociedad cree en ellas: gozan de mayor credibilidad y cuesta más combatirlas.

Reflexionando sobre este punto, a mí me encanta la historia del capitán alterado:

Imaginemos a un capitán de un barco al que le informan que se está hundiendo  y él responde: "pero qué poca sensibilidad, ¿no ves que estoy deprimido porque hay gente que no me aprueba?"  Evidentemente el capitán se ha vuelto loco, jajaja, se pone a quejarse por un hecho insignificante cuando están a punto de morir todos los pasajeros y él mismo. Nosotros nos volvemos locuelos cuando nos quejamos por tonterías olvidando que nuestro barco se hunde y que mañana podríamos estar muertos. Olvidémonos de nuestras carencias y con calma disfrutemos nuestras posibilidades.

Esta historia me encanta y creo que no hay nada más que decir al respecto, pero me ha venido a la memoria que he visto muchas películas de Hollywood donde un barco se está hundiendo y algunas personas desean quedarse ahí y morir porque tienen carencias "intolerables" y "horribles", y nos lo venden como si fuera lo más normal del mundo. Es decir, algunas creencias irracionales inmateriales (y también materiales) están tan instaladas en nuestra sociedad que es bueno estar atento y que no nos vendan la moto. La buena noticia es que el dueño de tu mente eres tú.

-Con ellas se puede fantasear sin límites. El crearse necesidades inmateriales como el amor, la amistad, el éxito o la aprobación, es tan nocivo como la codicia más insana. Por ejemplo, con un Ferrari puedo fantasear hasta cierto punto (aunque también es negativo inventarse esta necesidad), mientras que por ejemplo con la aprobación de los demás puedo fantasear sin límites: me puedo llegar a imaginar que todo el mundo en la tierra me hace una reverencia, o incluso que los planetas se paran por mí, jajajaja, y volverme muy locuelo por ello. Pero si con un par de seres queridos ya tengo más que bastante y demasiados ni los podría tener, además de que la soledad es estupenda.

Además, en determinados círculos son sinónimos de virtud porque están relacionadas con cualidades positivas como la capacidad de amar. Pero ojo con el concepto de la capacidad de amar, que es algo interior, y no la confundamos con el objeto que amamos. La mejor forma de usar esta capacidad es amar a la vida en su conjunto, y no en exclusividad como muchas veces hacemos. Es decir, darnos cuenta que existen infinidad de fuentes de gratificación, que podríamos dividir en estos grupos: los amigos, la familia, la pareja, el arte, el apreciar la belleza del entorno, el deporte, el estudiar, el trabajar, el viajar, el colaborar en una ONG, el cocinar y comer con gusto, disfrutar de no hacer nada, etc. Y dentro de estos grupos hay montones de posibilidades a su vez. Amar la vida en su conjunto es ver la maravilla de variedad que nos ofrece la vida; es ver todas esas posibilidades en las que nos podríamos realizar con amor, cariño y atención, que son como la infinidad de alimentos sabrosísimos que existen, que ninguno de ellos es necesario, pues hay otros para saborear igualmente.

Otra cosa, claro está, es que es bueno priorizar en esta vida, hacer demasiadas cosas yendo súper acelerados de acá para allá es muy irracional. Es mejor elegir un poquitas y profundizar en ellas como un buen monje budista, que "hace pocas cosas pero lo poco que hace lo hace muy bien, con amor, atención y disfrute", quien las paladea igual que un maestro luthier que hace una joya de artesanía única como es un instrumento de música, y le pone pasión, como el baloncestista con "espíritu de niño" quien se puede tirar dos horas sin parar de jugar sin ni darse cuenta de lo apasionado que está, y al final le tienen que sacar de la pista porque si no aún seguiría jugando (clara mención a los capítulos "bajarse de la ansiedad" y "hacer de la vida algo muy interesante" del libro "las gafas de la felicidad" de Rafael).

Repasando, el amar en exclusividad sería darle demasiada importancia a  alguna de esas fuentes de gratificación, es crearse una necesidad, cuando olvidamos que si nos falla una, tenemos otras para elegir (sin olvidar que son sólo el dulce juego de la vida en una vida dulce de por sí. Miremos los que practican meditación vipassana y la disfrutan. La simple existencia ya es placentera). Aquí se puede activar el pensamiento blanco o negro de decir: "Si dejo de terribilizar, me importará todo un carajo.", y tampoco es eso: las cosas que hagamos mejor si las hacemos con la importancia de un JUEGO estupendo y punto, pero nada importa un carajo, no nos radicalicemos. Fíjate además que el hecho de haberte creado esa necesidad hace que no puedas disfrutar ese bien material o inmaterial cuando lo tienes. Qué absurdo, las cosas son para disfrutarlas cada día, no para encerrar ese bien en una caja fuerte mental por si te lo roban, llenos de ansiedad por si lo perdemos, cuando en esta vida todo se puede perder (incluso la misma vida). Así funciona el universo, todo es impermanente, así que mejor será si nos trabajamos una mente más flexible y racional, y no tan rígida, abriéndonos ante el maravilloso fluir de la vida.

Por otro lado, otra cosa que pasa cuando nos creamos una necesidad es que tenemos unas expectativas demasiado altas con respecto a ese bien, o dicho de otro modo, le estamos exigiendo que nos haga felices, y eso es imposible, pues no olvidemos que la felicidad está en nuestra mente, en nuestra actitud, en nuestra filosofía de vida. La mente sería el bizcocho mientras que las circunstancias serían solamente las guindas del pastel, que pueden dar un plus de placer en un mente que de por sí se encuentra satisfecha, pero no olvidemos que si tenemos unas guindas estupendas pero tenemos una mente terribilizadora seguiremos siendo muy infelices. A este respecto me acabo de acordar de lo que nos contó el psicólogo Dom Dimattia en un curso: Marilyn Monroe dicen que era una chica divertida, muy muy querida por su gente cercana, admirada en todo el mundo, siempre con pretendientes amantes, muy buena actriz, guapísima, rica,… Pero cuentan que fue súper súper infeliz durante su vida y al final se acabó suicidando. (Ojo, pero desde aquí la comprendemos. Era una persona maravillosa, como todos. Todos somos fallones y si no conocemos el método para volvernos fuerte emocionalmente, la TREC, es difícil cambiar, y aún conociendo el método, fallamos de vez en cuando y no pasa nada. Como curiosidad, nos contó que ella estuvo yendo a psicoanálisis durante mucho tiempo) Por lo que no olvidemos que el grueso de la felicidad está en nuestro interior, así no busques la felicidad fuera, búscala dentro de tí. Ojo, pero el hombre es natural que tenga deseos y objetivos, está bien disfrutar de estupendas guindas, pero no lo olvidemos, sólo son las guindas del pastel.

Un fuerte abrazo!!!

David M.