martes, 27 de diciembre de 2016

REFLEXIONES DE DAVID M: CONDICIONES ANTES DE EMPEZAR LA TERAPIA + CÓMO HACER QUE NUESTRO TRABAJO MENTAL SEA LA BOMBA + QUITARNOS EXCUSAS QUE NOS IMPIDEN PONERNOS A TRABAJAR LA MENTE + TOMARNOS CON CALMA EL CAMBIO Y LAS RECAÍDAS

Hola chic@s:

El título es un poco raro, jaja, pero no se me ocurría ninguno que englobase todos los puntos, pero para mí, todos los puntos tienen sentido en un mismo post, pues todos intentan facilitarnos el trabajar la mente, pero desde muy diversas ópticas, por lo que quizás podríamos poner como título, CONCEPTOS QUE NOS FACILITAN EL TRABAJO MENTAL DIARIO:

-TRABAJO MENTAL CON MUCHA ATENCION, VELOCIDAD NORMAL, DISFRUTE Y MOTIVACION: poniendo MUCHA ATENCIÓN cuando trabajemos la mente y haciéndolo a una VELOCIDAD NORMAL disfrutaremos mucho el proceso y no contribuiremos a tener una conducta acelerada. Así el trabajo es mucho más eficaz y haremos mucho más rápidos nuestros deberes mentales (vísteme despacio que tengo prisa). Hago incapié en la atención, además, porque, si no la aplicamos, se nos puede empezar a ir la mente a cien mil sitios, y nos podemos tirar mucho tiempo para conseguir muy poco. Pero, como también tiene que ver con el DISFRUTE y la MOTIVACION, podemos hablar aquí de más aspectos para disfrutar del trabajo mental, tales como: escribir post esquematizados o simplemente esquemas, para tener más resumido y entender mejor nuestro trabajo mental; hacer lecturas de repaso de los libros de Rafael; ver su vídeos y escuchar los audios de sus entrevistas y conferencias; leer libros complementarios a los de Rafael, como los de Albert Ellis, Gandhi, Thomas Buergenthal, Dalai Lama…, etc. Pero que quede claro que el trabajo fundamental está formado tan sólo por la rutina del debate y las visualizaciones racionales y complementado con los ejercicios conductuales tales como poner amor a todo lo que hacemos, dar paseos apreciando la naturaleza, evitar evitar o practicar la sugerencia y la seducción y el amor, humor y el surrealismo.

-PERSEVERANCIA E INCOMODIDAD: El que nos cansemos es buena señal aunque por otro lado sea incómodo. Es como ir al gimnasio, si no nos cansamos no estamos realmente trabajando. Además, si estamos mal y queremos estar bien, tendremos que trabajar para cambiar nuestras creencias irracionales, por lo que, ¿qué preferimos: estar mal y cómodos o ser muy felices aunque un poco incómodos? Por otro lado, muchas veces los pacientes empiezan durante las primeras semanas muy fuertes el trabajo mental diario, pero se relajan al poco tiempo. No, aún queda mucho trabajo por hacer, cambiar requiere al menos unos poquitos meses. A perseverar.

-UNA RECAIDA NO NOS HACE PERDER TODO EL TRABAJO, AL CONTRARÍO, ES SÍNTOMA DE QUE ESTAMOS MEJORANDO Cuando tenemos una recaída (que tendremos durante toda nuestra vida), frecuentemente pensamos que hemos perdido todo el trabajo hecho hasta ahora, pero la realidad es justo al contrario: tan sólo estamos creciendo de manera irregular, con subidas y bajadas, y si seguimos trabajando, sin tirar las toalla, veremos que nuestras recaídas son cada vez más alejadas en el tiempo y más cortas, además de que los avances más significativos vienes después de ellas: sólo después de una noche oscura del alma pueden venir los amaneceres más bellos.

-RENUNCIAR MENTALMENTE A ESTAR BIEN INCLUSO PARA SIEMPRE Si no consiguiéramos cambiar nunca (aunque hay muchas evidencias de que todo el mundo puede) tampoco sería el fin del mundo. Podríamos tener una vida genial, aún con nuestra depresión. Es bueno quitarnos la presión excesiva por cambiar, para que paradógicamente nos cueste menos el cambio, y para tomarnos mejor esos día malos.
http://tertulias-escuela-felicidad.blogspot.com.es/2014/07/reflexiones-de-david-m-argumentos-para.html

-SÍ SE PUEDE CAMBIAR. Muchas personas no se ponen a cambiar para ser más felices argumentando que es imposible mejorar en sus circunstancias. Pero, si sabemos que SÍ que podemos TODOS, ya no habrá ninguna excusa para ponernos a ello. Vamos a ver un ejemplo extremo para darnos cuenta de que TODOS podemos: María Luisa Merlo había llegado a tomar 15 pastillas diarias y casi no se podía levantar de la cama, pero hizo una buena terapia psicológica cognitiva y ahora es súper feliz. Y lo hizo siendo anciana!!! Y habiendo estamos mal alrededor de 40-50 años!!! Por lo tanto, todos podemos cambiar!!!

-APERTURA MENTAL: si estamos mal y queremos estar muy bien, el psicólogo lógicamente nos dirá puntos de vista de la vida totalmente opuestos a los que mantenemos irracionalmente ahora. Si nos diera la razón en todo, significaría que él estaría igual de mal o peor que nosotros, jaja. Eso no significa sectarismo (pues habrá otras ideas sobre la vida que incluso serán aún más locas que las nuestras), sino intentar comprender los nuevos argumentos en profundidad, ver que son realistas y racionales e incluso ponerlos en práctica durante unas semanas para ver si mejoramos: ¿Qué prefieres: tener razón o curarte?

-NIVELES DE PROFUNDIDAD: muchas personas defienden airada y abiertamente creencias muy racionales en público pero por dentro se sienten deprimidos. Otras personas expresan orgullosas que nos tienen ningún complejo pero por otro lado sufren y tratan de esconder sus fallos continuamente. Esto es porque a un nivel muy superficial tienen creencias racionales pero a un nivel mucho más profundo, se siguen machacando ferozmente. Pues sí, hasta que no nos convenzamos hasta los niveles más profundos de nuestra nueva filosofía mucho más armónica, realista y funcional, no sentiremos las emociones correspondientes y no actuaremos en consecuencia.

-VENTAJAS DE PENSAR RACIONALMENTE: muchas personas, al conocer este tipo de psicología, que en gran medida consiste en quitarle a todo importancia, piensan que se pueden convertir en pasotas (o en otras cosas negativas); nada más lejos de las realidad, pues entre otras muchas razones (que se pueden ver en el post adjunto a continuación), cuanto más a gusto estamos, mejor nos ocupamos de los problemas: no poder casi levantarnos de la cama o el suicidio, distan enormemente de ser buenas estrategias para ocuparnos de los inconvenientes.
https://tertulias-escuela-felicidad.blogspot.com.es/2014/12/reflexiones-de-david-m-me-estare.html

-NADIE CONSIGUE ESTAR GENIAL EN UN DÍA, CALMA, DIA A DIA Calma, el trabajo mental necesita tiempo, unos poquitos meses al menos. Es así para todo el mundo. Se consigue día a día. Un grano de arena puede parecer insignificante; sin embargo, si vemos un desierto por primera vez (y siempre) quedaremos sobrecogidos por su enorme belleza. No olvidemos que un desierto está formado por miles de pequeños pero maravillosos granos de arena. Día a día. Grano a grano.

Un fuerte abrazo!!!



domingo, 11 de diciembre de 2016

REFLEXIONES DE PILAR G. VADO: BUSCA DENTRO DE TI...



Busca dentro de ti la solución de todos los problemas,
hasta de aquellos que creas más exteriores y materiales.
Dentro de ti está siempre el secreto,
dentro de ti están todos los secretos.
Aun para abrirte camino en la selva virgen,
aun para levantar un muro,
aun para tender un puente,
has de buscar antes, en ti, el secreto.
Dentro de ti hay tendidos ya todos los puentes,
Están cortadas dentro de ti las malezas
y lianas que cierran los caminos.
Todas las arquitecturas están ya levantadas dentro de ti.
Pregunta al arquitecto escondido.
Él te dará sus fórmulas.
Antes de ir a buscar el hacha de más filo,
la piqueta más dura,
la pala más resistente…
entra en tu interior y pregunta…
Y sabrás lo esencial de todos los problemas,
y se te enseñará la mejor de todas las fórmulas,
y se te dará la más sólida de todas las herramientas.
Y acertarás constantemente, puesto que dentro de ti
llevas la luz misteriosa de todos los secretos.
Amado Nervo (Poeta Mexicano 1870-1919)



https://tuespacioemocional.wordpress.com/

domingo, 27 de noviembre de 2016

REFLEXIONES DE MÓNICA SIMÓN: UN ARTÍCULO DE FABIOLA CUEVAS SOBRE EL PERFECCIONISMO MUY INTERESANTE!!


Hola a todos, os paso un artículo de Fabiola Cuevas sobre el perfeccionismo que me ha parecido genial. Os animo a que entréis en la página desansiedad porque hay artículos muy muy interesantes.
Un fuerte abrazo,
Mónica
Ser perfeccionista no funciona porque cuando tienes como objetivo serlo, dejas de ser quien realmente eres, dejas de ver las cosas como son, y emprendes una batalla campal, cansada y agotadora, hacia una realidad difícil de alcanzar.
La perfección te puede alejar de la realidad
Cuando tu objetivo es que las cosas, tú, los demás o la vida sea perfecta, básicamente te perderás de ver y disfrutar de la realidad.
Por ejemplo:
  • Si deseas que tu familia sea perfecta, dejarás de ver lo maravillosa que es.
  • Si deseas que tu cuerpo sea perfecto, dejarás de ver lo hermoso que es.
  • Si deseas que tu trabajo sea perfecto, dejarás de disfrutarlo.
  • Si deseas que tu vida sea perfecta, dejarás de encontrarle sentido.
  • Si deseas que tu futuro sea perfecto, dejarás de vivir tu presente y por consecuencia, tu futuro.
  • Si deseas que tu pasado hubiera sido perfecto, dejarás de ver lo que sí recibiste en tu vida.
La mayoría de las veces, la realidad es mucho mejor que la realidad que estás aspirando, lo que pasa es que no te das cuenta porque no te fijas en la realidad, tu mente está en lo que no fué, no tienes o no eres, en lugar de lo que sí hay, y es entonces que no disfrutas tu realidad, y entras en ese círculo vicioso.
Ser perfeccionista limita tu creatividad
Supongamos que por fin ya te inspiraste, que salió esa chispa divina de tu interior y te dieron ganas de hacer algo, e inmediatamente, tu mente empieza a decirte las múltiples razones por las cuales eso no podría ser posible, o que no tienes tiempo, o que no te va a salir bien, o que no eres capaz.
Entonces, tu creatividad, esa energía divina que habita en tu interior, dice… “mmm.. mejor me callo”.  Y luego, te fuerzas a hacer cosas que tienes que hacer, y terminas por hacer a un lado a tu creatividad.
Por eso déjate fluir con tu creatividad, encuentra lo que te apasiona siguiendo tu inspiración, y poco a poco, verás que lo que haces es mucho mejor que lo que “tendrías que haber hecho”.
Ser perfeccionista te hace sentir que no eres capaz
Claro, ¿quién va a ser capaz de hacerlo como tu mente dice que tiene que ser? pocas personas…
Pocas personas cubren esas expectativas tan altas que en tu mente has puesto, y es por eso, que te sientes incapaz.  Pero no es porque no puedas, es porque te pones parámetros demasiados altos difíciles de alcanzar.
Así es que confía en tus habilidades y capacidades, y demuéstrate cómo si puedes hacer lo que te propongas, paso a paso.
Ser perfeccionista te hace sentir que nada es suficiente
Ya hablé sobre esto, pero quisiera reforzarlo.  El que quieras que todo salga perfecto, a la primera y rápido, te va a hacer sentir, invariablemente, que lo que haces no es suficiente, porque… ¿qué sí lo sería?
Entonces, bájale a esa exigencia y disfruta de lo que sí haces, de quien sí eres, de lo que sí hay.
Cuida la línea delgada entre perfeccionismo y exigencia
Existe una línea muy delgada entre ser perfecto y ser exigente, es muy fácil que te pases al bando de las exigencias, sobre todo a ti mismo, cuando tienes por meta ser perfeccionista, y cuando empiezas a exigirte a ti mismo, es como si fueras al clóset por tu látigo y te empezaras a corretear, dándote de latigazos cuando algo no sale como “debería de salir”.
Ser exigente no funciona, porque partes del miedo, del enojo y de la tensión para el logro de tus objetivos y de lo que sea que te propongas, y entonces, te será muy difícil disfrutar de eso que estás haciendo y del resultado que obtengas, pues seguramente evaluarás lo que le faltó, lo que no fue suficiente, lo que pudo haber sido mejor.
La mejora de ti mismo se da a partir de quien eres
Este es un cambio de paradigma que te quiero compartir.
Tu mismo, tu vida, tus relaciones y lo que haces, se mejora a partir de lo que ya te sale bien, esto es, de quien eres por naturaleza. Cuando te enfocas en quitar lo que sale mal o eliminarlo, tu atención sigue puesta ahí, y hacia ahí te seguirás dirigiendo (quieras o no, tú te mueves hacia dónde pones tu atención).
Pero si tu atención está puesta en lo que te sale bien, en lo que sí eres, en lo que sí es, entonces el único camino es hacia arriba, hacia la expansión de lo positivo, y esto es hasta una fórmula matemática, ya que empezarás a sumar y multiplicar, en lugar de restar y dividir.
Entonces, si te enfocas en quien sí eres, en lo que te sale bien, en lo que sí hay, solamente podrás aumentarlo y seguir disfrutando de eso, pero si te exiges, reclamas, culpas o victimizas por lo que sale mal… no estás haciendo nada por mejorar lo positivo, solamente agregas lo negativo.
¿La solución?
  • Hagas lo que hagas, disfruta del proceso de hacerlo.
  • Descubre lo bien que te sale, dejándote guiar por tu intuición y sentimiento al hacerlo
  • Valora la realidad que sí tienes
  • Agradece los momentos como son, pues son perfectos
  • Pasa de la exigencia, al “hago mi mejor esfuerzo”
  • Ten un día libre de planes y tareas
Observa la naturaleza
Haz esto por un momento, dime si en la naturaleza hay algo que sea exactamente igual a algo más, una hoja igual a la otra, un animal igual al otro… es realmente muy poco probable que así sea, serán idénticos, más no lo mismo.
Imagínate si la naturaleza se pusiera la expectativa de crear todo lo que crea de manera perfecta, realmente creo que pocas cosas pasarían.  Pero la naturaleza está en movimiento, está en constante creación, se expande, evoluciona, se mueve… y eso es lo que te recomiendo que hagas.
Muévete
Evita el parálisis por análisis, y empieza a dar el primer paso, expándete como la naturaleza, y maravíllate de lo que vas encontrando.
Y cuando algo te apasione, enfócate en eso, y entonces sí… organízate para llevarlo a cabo, más no con perfección, sino con orden y secuencia y a la vez flexibilidad.
En conclusión
Realmente te invito a que te cuestiones si te ha funcionado el querer ser perfecto, y que por un momento intentes abandonar esa necesidad, y que veas que detrás de eso, está el ser bien visto, para ser querido, para sentirte bien contigo mismo.
Siéntete bien contigo mismo como eres, sé quien eres, y estarás satisfecho con lo que hagas, sea perfecto… o no.

viernes, 4 de noviembre de 2016

REFLEXIONES DE PILAR G. VADO: CARTA A MI DEBILIDAD


Paolo Badano es un italiano que tras sufrir un accidente de tráfico quedó en silla de ruedas. Durante algún tiempo utilizó una silla convencional hasta que, basándose en la tecnología del segway, se le ocurrió inventar una mucho más moderna que permite mayor movilidad a los discapacitados.

Paolo ha sabido sacar provecho de su adversidad y se ha convertido en una persona emocionalmente mucho más fuerte. En su página web Paolo se dirige a su discapacidad a través de una carta y esto es lo que le dice:

Hace mucho tiempo que pienso en escribirte, pero nunca encuentro o quiero encontrar la ocasión para hacerlo.

Te conozco desde hace tanto tiempo que los recuerdos anteriores a ti casi se han quedado en blanco, pero es justo que sepas que siempre te he odiado.

Sí, odiado como nunca antes había odiado.

Te he detestado porque me has quitado todo lo que para mí era importante, has hecho que conozca el miedo, la resignación, la desesperación y el dolor.

Durante mucho tiempo he buscado al "culpable", aquello que te había traído hasta mí. He hecho de todo por ocultarte, por alejarte de mí. Porque tú lo sabes... sabes ser cruel, no tienes piedad con los que te desprecian.
Pero han pasado 20 años desde aquel día en que nos conocimos. Y hoy sé que te conozco. Hoy puedo decir que tú no eres sólo oscuridad.

Gracias a ti sé que el tiempo es lo más valioso que tenemos. Siempre me recuerdas el valor justo que hay que dar al dinero, ya que tú nunca me dejarías... ni aunque tuviera una montaña para darte.

A menudo me recuerdas que has sido buena conmigo, tengo que mirar a quien está peor y no solo a quién está mejor.

Pero no te engañes, ¡entre nosotros no podrá haber nunca amor! Haré siempre todo y más para dejarte.

Lo sé, ahora te estarás riendo porque sabes que probablemente estaremos juntos para siempre.

Pero pase lo que pase,

sólo quería decirte que me gusta el hombre en que me has convertido.

Paolo



domingo, 30 de octubre de 2016

REFLEXIONES DE MÓNICA SIMÓN: UN ARTÍCULO DE IRENE ORCE SOBRE LA ENFERMEDAD DE ESTAR OCUPADOS...


Hola amigos!!! hoy os dejo con un artículo de Irene Orce que me parece genial puesto que nos conecta con lo que nos pasa muchas veces, ese afán que tenemos de tener todo nuestro tiempo ocupado... ahí van las reflexiones que nos hace Irene os animo a leerlas!!

Un fuerte abrazo a todos!!

Mónica

"La enfermedad de estar ocupado" de Irene Orce:

“Nadie está tan ocupado como para no encontrar tiempo para contarle a todo el mundo lo ocupado que está”, Robert Lemke

En el mundo veloz y exigente en el que habitamos, estar ocupados se ha convertido en un estilo de vida que suma cada vez más adeptos. El día a día divide nuestra atención en decenas de esferas distintas. Un universo formado por pequeñas acciones, decenas de recados y trabajo a destajo, sin olvidar la constelación de la familia, el planeta de los hijos, el de la pareja y los amigos, entre muchos otros. Cada una de estas singulares esferas requiere un determinado y particular mantenimiento. Es necesario cuidarlas, mimarlas y preservarlas. Pero a menudo, las horas no nos alcanzan para atenderlas a todas como nos gustaría. Inevitablemente –y a menudo inconscientemente- priorizamos

Pero aún así, como buenos adictos a los estímulos perennes, solemos llenar nuestra agenda más allá de lo saludable y lo razonable. El resultado es tan ineludible como nuestro nivel de desgaste, que se traslada a todos y cada uno de los ámbitos de nuestra vida.

Lo cierto es que, aunque nos cueste reconocerlo, no siempre podemos llegar a todo. Pero seguimos intentándolo, haciendo de la ceguera y la terquedad nuestra particular bandera. A menudo terminamos corriendo de un lado para otro, watsappeando con el smartphone mientras nuestra mirada se pierde en la pantalla del ordenador, sin olvidar el constante murmullo de la televisión como telón de fondo. Vivimos en la era de las pantallas. Nos hemos acostumbrado tanto a fragmentar nuestra atención que un solo estímulo ya no resulta satisfactorio. Necesitamos varios a la vez. Esta realidad es un síntoma claro de que no estamos mentalmente donde estamos físicamente. Vivimos en la ilusión del futuro o el recuerdo del pasado, buscando siempre una intensidad que parece no existir en el presente.

Según el diccionario, ‘estar ocupado’ y ‘ocupar’ se definen como “llenar un espacio o tiempo”, y también “tomar posesión, apoderarse de algo, especialmente si se hace de forma violenta”. Así, podríamos decir que conquistamos nuestra vida a golpe de multitarea. No tomamos prisioneros, nosotros asumimos ese título como si de una honrosa corona se tratase. Tenemos demasiado que hacer, demasiados lugares a los que ir, demasiadas personas a las que atender. Tratamos de ganar tiempo restando atención. Y eso nos lleva a pasar de puntillas por casi todo lo que nos sucede, a rozar la superficie sin jamás llegar a la profundidad. En este proceso, nos olvidamos de la única persona con la que convivimos el cien por cien de nuestro tiempo: nuestro hogar, la estrella original de nuestro particular universo. Estamos demasiado ocupados con lo que sucede en el exterior para prestar tiempo a lo que pasa adentro.

Conducir sin rumbo

“El papel natural del hombre del siglo XX es la ansiedad”, Norman Mailer


Somos como taxis, conduciendo afanosos en una gran ciudad. Nunca viajamos solos, siempre nos acompañan nuestros pensamientos. Y no siempre resultan pasajeros agradables. Mientras tratamos de llegar a nuestros múltiples destinos somos esclavos del ruido, la acción, los obstáculos y los atascos. Eso sí, encontramos tiempo para colgar en Twitter o en Facebook todo aquello que pasa tras la ventanilla. Maquillamos nuestra vida a click de red social, y nuestra verdadera cara queda enmascarada y alienada en el proceso. En nuestro interior habita esa vocecita, siempre impaciente y glotona, que nos susurra: “¡Hay tanto por hacer, tanto que ver…sólo un poco más!”

Pero para lanzarnos de cabeza a la aventura primero es importante saber qué nos mueve a emprenderla, qué necesitamos y esperamos obtener de ella. Y es que la serenidad, la estabilidad y la profundidad rara vez van de la mano del exceso, bien sea de estímulos o de tareas. Todos tenemos obligaciones y responsabilidades con las que cumplir, pero eso no tiene por qué ser incompatible con dejar espacio al silencio. El disfrute –propio y ajeno- no sólo está en la imagen perfecta, estática y retocada de instagram. Eso es sólo una ficción efímera que denota que a menudo, nuestra atención está más enfocada a los demás que en nosotros mismos. Nos construimos en la comparación. Y eso, tarde o temprano, termina por pasarnos factura.

Nos agarramos a cualquier cosa que enmascare el dolor, el miedo, nuestra propia verdad. Muchos de nosotros vivimos vidas que poco o nada tienen que ver con quiénes somos en realidad. Y si no paramos, seguiremos tratando de difuminar el miedo a enfrentarnos a aquello que tememos llenando nuestros días de planes y nuestras noches de falta de sueño. Tapando la ansiedad a golpe de farmacología. Taxis siempre ocupados, revoloteando por la ciudad como mariposas, inconstantes y preocupadas por el brillo de nuestras alas. Sin preguntarnos con quién queremos conducir a nuestro lado, qué nos gustaría aportar al mundo, o qué necesitamos priorizar para llevar una vida que nos llene de verdad.

Transgénicos emocionales

“Si no tienes libertad interior, ¿qué otra libertad esperas poder tener?”, Arturo Graf


Lo cierto es que cuando estamos ocupados, los pensamientos nos dan tregua. Nos sentimos útiles. No en vano, estamos haciendo cosas. La oscura verdad es que, a menudo, preferimos estar ocupados a ser libres. Pero, ¿Desde cuándo estar ocupado es un sinónimo de éxito? Tal vez debamos redefinir la línea de meta. Si salimos de la vorágine, aunque sea solo por un momento, posiblemente nos demos cuenta de que estamos en la carrera equivocada. Eso no significa dejar de lado nuestras obligaciones, simplemente comprender que nuestra mayor responsabilidad es aprender a estar a gusto con nosotros mismos, sin estímulos que nos distraigan de nuestra realidad interior. Cultivar relaciones auténticas y satisfactorias no se logra a través de una pantalla. ¿Si no sembramos, qué esperamos recolectar?

Vivimos en la era de los transgénicos emocionales. Palabras bonitas, imágenes jugosas, promesas de eternidad. Pero semillas yermas. Es muy poco probable que una conversación que establecemos prestando un 10% de nuestra atención –siendo generosos- sea duradera, y menos aún  que resulte sustancial y sustanciosa. Menos es más…pero menos atención no da como resultado más satisfacción. Ni más amor. Ni más comprensión. Ni más aprendizaje. El nivel de desgaste que llegamos a alcanzar en nombre del estar ocupado acaba repercutiendo en todos los ámbitos de nuestra vida. “Hoy no puedo”. “Estoy muy liado”. “Voy a tope”. En estos momentos, tal vez valga la pena recuperar la sabiduría del refranero: “Quien mucho abarca, poco aprieta”. Estamos sobreexpuestos, y al igual que los negativos de una fotografía, corremos el peligro de quemarnos. Tratemos de recordarnos, de vez en cuando, que  lo contrario de estar ocupados es ser libres. Tal vez sea el momento de aparcar el taxi, dejar las pantallas dentro… y simplemente, salir a pasear.


miércoles, 12 de octubre de 2016

REFLEXIONES DE PILAR G. VADO: EL ESTRÉS


Hace unas semanas asistí a una conferencia sobre el estrés. Cuando llegó el momento de las preguntas, una chica comentó que ella vivía permanentemente estresada, no porque tuviera demasiadas obligaciones en su vida, sino porque quería aprovechar tanto su tiempo libre que cargaba su agenda con un sinfín de actividades de ocio, eso la obligaba a salir a toda prisa de una para llegar a tiempo a la siguiente (de hecho llegó tarde y corriendo a la conferencia).

El ponente le respondió que no debía preocuparse por ello, porque en su caso el estrés lo originaba el deseo de hacer muchas actividades que ella misma había elegido y que además disfrutaba haciendo, y que por lo tanto, eso no suponía ningún problema.

Yo discrepo: el estrés continuado, independientemente de que lo cause el ocio o la obligación, es perjudicial para la salud y a la larga siempre pasa factura. Esta chica, al igual que le sucede a muchísimas personas, pretendía "aprovechar" al máximo su tiempo intentando hacer muchas más cosas de las que podía. A menudo realizamos nuestros quehaceres apresuradamente, con el único propósito de quitárnoslos de encima, conseguir el resultado lo antes posible y así poder pasar a otra cosa. Si revisamos nuestra lista de actividades, comprobaremos que hay muchas que podemos suprimir. Es conveniente establecer prioridades y hacer menos cosas pero hacerlas relajadamente, con entusiasmo y, sobre todo, disfrutando.

Con frecuencia buscamos tener ocupadas todas y cada una de las horas del día, para así evitar el tan temido aburrimiento. Hay muchas personas que si pasan un rato sin hacer nada, se sienten culpables porque consideran que pierden el tiempo, pero disfrutar de nuestra propia compañía en silencio, lejos de ser algo malo y aburrido, es muy saludable porque nos ayuda a descansar, a relajarnos, a comprender el pasado, a proyectar el futuro, y a desarrollar la imaginación y la creatividad. Si no estamos acostumbrados a experimentar la sensación de no hacer nada, quizá al principio nos resulte un poco incómodo y aburrido, pero en cualquier caso, el aburrimiento nunca ha matado a nadie.

Hay muy pocas situaciones realmente estresantes, en la mayoría de los casos, el estrés nos lo provocamos nosotros mismos porque nos sentimos incapaces de estar a la altura de las exigencias que nos imponemos: ser padres perfectos, excelentes profesionales, buenos amigos, hijos ejemplares, saber muchos idiomas, ganar más dinero, tener una vida interesante, alcanzar un determinado estatus social, tener la casa impecable... Para lograr todo esto nos faltan horas en el día y energía.

Vivimos en una sociedad que fomenta la competitividad y la eficacia, y eso nos empuja a aumentar el nivel de autoexigencia. Creer, equivocadamente, que más es mejor, hará que entremos de lleno en la espiral de la hiperexigencia. Para llegar a ser súperhombres o súpermujeres, tendremos que marcarnos expectativas cada vez más altas e imposibles de conseguir, lo que nos generará más estrés e insatisfacción.

Hay que salir de ese círculo vicioso cambiando las exigencias por preferencias y aceptándonos a nosotros mismos como seres imperfectos y falibles. Tal vez no seamos, por ejemplo, los mejores padres del mundo ni tampoco unos trabajadores modélicos, pero no necesitamos ser perfectos en todo lo que hagamos para llevar una vida tranquila y plena, basta con hacerlo honestamente y lo mejor que podamos.

Si nos liberamos de la prisa y de la hiperexigencia, conseguiremos disfrutar de todo aquello que hagamos y desterraremos para siempre el estrés de nuestras vidas.