domingo, 21 de septiembre de 2014

REFLEXIONES DE EUGENIO: DON QUIJOTE Y LA LOCURA


Hola chicos.


Me gustaría hablaros de este gran personaje no solo de la literatura española sino también de la literatura universal que es Don Quijote.


Mirad, hace unos años en los medios de comunicación entrevistaron a dos grandes eminencias de la psiquiatría y les preguntaron si don Quijote cubría el estereotipo de lo que debe ser considerado hoy en el siglo XXI un loco.


Ambos contestaron negativamente, ya que don Quijote, a pesar de tener alucinaciones y ver gigantes donde sólo había molinos de viento, no encajaba en el patrón de loco que establece el DSM-V, que es el manual actual de diagnóstico de enfermedades mentales. La razón era muy simple, ya que don Quijote, en la novela de Miguel de Cervantes, no muestra ningún tipo de psicosis o manía persecutoria por parte de nadie, muy propia de la locura según estas dos eminencias.


Ahora bien, lo que no puede pretender la vieja escuela de psiquiatría es que tratemos la locura sólo con medicación. Además de la medicación es muy importante el trabajo psicológico y yo, que he probado durante muchos años el buen y el mal hacer de estos señores profesionales de la psiquiatría, puedo decir que uno de sus principales males haceres es no recomendar trabajo psicológico a los pacientes importantes de salud mental.


Yo que soy psicótico, y que no me considero un loco, porque trato de ser un ciudadano lo más virtuoso posible y que trato de no hacer el mal a nadie, con mis aciertos y con mis errores, tampoco veo a don Quijote como un loco.


Algún colaborador de este blog ya ha dicho que más bien todos estamos un poco locos, sobre todo en determinados puestos de organización de esta sociedad irracional, dónde no se sabe en muchas ocasiones qué hacer y cómo actuar.


Y es ahí donde entra en juego don Quijote, surgido del aburrimiento en la cárcel de don Miguel de Cervantes. Antes que todos locos, creo que todos somos quijotes, ya que la vida es una aventura, llena de libros de caballerías, y a todos nos gustaría tener un fiel escudero bonachón que desde un burro nos acompañase en nuestras peripecias diarias de pasado, presente y futuro.


Cómo para mí la locura se cura en la cárcel (esto se indica en el arte de no amargarse la vida), considero que la vieja escuela de psiquiatría, con sus aciertos y sus errores, debe dejar paso a que también la psicología y don Quijote entre en nuestras vidas.


Lo más probable es que después de leer muchos libros de caballerías cambiemos el final de don Quijote de la Mancha, y atesoremos una buena colección de libros de aventuras que nos habrán permitido vivir un poco más felices.


He sido durante muchos años paciente de una de estas eminencias de la psiquiatría, y lo que puedo decir es que he dejado de verle, ahora que no soy paciente suyo, como Augusto ve a don Miguel de Unamuno en la nívola (perdón, novela), Niebla.


Creo que con la psicología, además de la psiquiatría, dejaremos de ver todos un poco de niebla en el camino. Por eso recomiendo la lectura de las gafas de la felicidad de Rafael Santandreu.


Abrazos para todos.

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