Hace unas semanas operaron a mi hija de amígadalas y vegetaciones, una operación hoy en día de lo más sencilla. La semana antes de la operación fue una semana de vértigo, lo cual en el fondo nos fue muy bien porque nos sirvió para no pensar mucho en la intervención...
Y llegó el día de la operación, estábamos todos de lo más tranquilos... pero el momento en que se la llevaron no se me olvidará, en ese momento fue como si contactara de repente con la pura realidad, ella sin saber bien bien a dónde iba, se fue tan feliz y contenta con la enfermera, y se cerró la puerta... pero a mí en ese momento se me amontonaron los pensamientos: ¿y si no la vuelvo a ver?, ¿y si surge algún problema?, ¿y si es alérgica a la anestesia...?, y si..., y si...
Total que ese ratito se hizo un poco eterno y algunos pensamientos irracionales vinieron a mi cabecita. Cuando nos llamaron que podíamos entrar a verla, después de la operación porque ya había despertado de la anestesia, la imagen también nos impresionó, ella de ladito, aún con la carita un poco manchada de sangre y sollozando bajito sin moverse. Al verme extendió su manita para que se la cogiera, dejó de llorar y se quedó dormida otra vez.
Bueno, todo esto entra dentro de la normalidad de la operación, pero estas circunstancias sirven para recordarnos que la vida es muy frágil y muy corta y que de un día para otro puede cambiar todo. ¿Y si mi hija hubiera muerto en la operación?, pues aunque parezca muy, muy duro, eso ocurre, ocurre que la gente, incluido niños se mueren en operaciones, se mueren de enfermedades, en accidentes de tráfico... y para esas familias la vida cambia. Es la realidad de la vida, son adversidades que se nos pueden presentar a nosotros o a nuestros seres queridos... y que están fuera de nuestro alcance... no las podemos evitar, con lo cual sólo queda aceptarlas de la mejor manera posible y, pensar que aún en esas circusntancias podríamos hacer cosas maravillosas en nuestra vida: ”Autoaceptación incondicional de la vida...” diría nuestro querido amigo Albert Ellis. Estas situaciones si las comparamos con las adversidades que se nos van presentando en nuestro día a día, nos sirven para dejar de calificar de terribles esos contratiempos cotidianos, en el fondo, tan poco importantes... No tenemos que olvidarnos de lo afortunados que somos por estar vivos!!!!
Constantemente se nos olvida que nuestros hijos, nuestros amigos, nosotros mismos... mañana puede que no estemos. No somos inmortales y es bueno que exista la muerte, es un estado natural, neutro, donde no hay sufrimiento. Es algo natural que tenemos que aceptar y pensar en ella a menudo para integrarla de la mejor manera en nuestras vidas, puesto que es algo que seguro algún día vamos a experimentar. Cuando se nos muere un ser querido pensamos que es horrible entre otras cosas porque nos pensamos que a nosotros nos queda mucho para morirnos y, sin embargo nos equivocamos, nuestra vida pasa volando y pronto nosotros también nos moriremos. Por eso hay que disfrutar cada segundo que nos regale la vida y no perder el tiempo terribilizando por cosas absurdas. Pero con frecuencia esta reflexión se nos olvida.
Somos muy afortunados de levantarnos cada día y estar vivos y además poder ver a nuestros familiares, amigos, hijos... vamos a intentar disfrutar de ese privilegio porque quizás mañana ya no tengamos esa suerte... disfrutar de estar vivo, de poder conversar, querer, amar, abrazar, besar... a las personas que nos acompañan en nuestra vida.
Estos días en los que es tradición ir al cementerio, son buenos días para reflexionar sobre la muerte. La muerte es algo natural y es bueno que esté presente en nuestras vidas, es bueno reflexionar sobre nuestra propia muerte e intentar perderle el miedo, no hay que tenerle miedo, como decía Steve Jobs en el discurso que colgamos en este blog: "Disfruta de cada día como si fuera el último de tu vida porque algún día te levantarás y esa afirmación será verdad".
Hoy hace un año os preguntábamos sobre ¿qué música pondríais a vuestra propia muerte?, yo dije “Think” de Aretha Frankiln, Rafael dijo “Superstition de Stevie Wonder”. No sé, yo creo que cambio de canción, si me muero durante este año quiero que en mi funeral pongan la banda sonora de “Toy Story”, sí, la de “Hay un amigo en mí”, me gusta mucho el mensaje de esa canción. Tampoco quiero que me exhiban para que me vean en el tanatorio, qué horror.... no quiero que me recuerden tan pálida... je, je... se pierde glamour... Bueno a ver si el año que viene puedo cambiar de canción, porque eso querrá decir que la vida me ha regalado otro año para disfrutar...
Y vosotros en este año ¿habéis cambiado de canción?
A este post le vamos a poner música, es “Ain’t no mountain high enough”, que también es la banda sonora de “Quédate a mi lado” que tiene como protagonistas a Susan Sarandon y Julia Roberts. Hay una escena de esa película que es tremenda, Susan Sarandon enferma de cáncer se despide de sus hijos porque ya no los verá más. Uff!!, lo que llego a llorar yo siempre con esa escena... pero es muy bonito ver la entereza con la que Susan Sarandon afronta su muerte. He preferido no poner esa escena y poner sólo la banda sonora de la película, hoy no es día de llorar sino de aprender a reírnos hasta de nuestra propia muerte.
Espero que os guste, un beso a todos.
Mónica
pues la musica que yo pondira la cancion de la pelicula" la vida es bella "
ResponderEliminarmaravillosa
Si, la muerte es un proceso más e inevitable de la vida. Por experiencias vividas ya sé que ahora estoy y dentro de 5 segundos ya no y por eso es importante vivir la vida con plenitud. También tengo muy claro que puedo sobrevivir a mis hijos que es de las peores situaciones en que te pueden suceder pero así son las cosas y no hay que dramatizar. Como muy bien describe Isabel Allende " La vida es puro ruido entre dos silencios abismales. Silencio antes de nacer, silencio despues de la muerte". Realmente somos muy poquita cosa.
ResponderEliminarSoy clasica en tema canciones yo me quedo con " Angels" de Robbie Williams y como no " My Way" interpretada como no por Frank Sinatra.