miércoles, 2 de noviembre de 2011

CARTAS RACIONALES DESDE LA CONSULTA MÉDICA

En los últimos años los indicadores epidemiológicos de salud y la esperanza de vida han mejorado. Paradójicamente también ha aumentado el grado de insatisfacción vital de la población y la prevalencia de personas diagnosticadas de trastorno mental.


Recientemente se ha observado la tendencia a medicalizar muchas de las situaciones cotidianas adversas y que forman parte de vida. El médico tiene que prestar especial atención al motivo de consulta para discernir entre las necesidades reales y las quejas y peticiones de atención relacionadas con el malestar que generan las creencias irracionales. Existe una demanda creciente para tratar médicamente problemas relacionados con las desavenencias de pareja, conflictos laborales, tristeza, soledad, necesidades superfluas, exceso de autoexigencia, necesidad de reconocimiento, tendencia a percibir como negativas las experiencias habituales, etc...


En ocasiones se han revelado conflictos de intereses para la promoción de nuevas enfermedades y para transmitir preocupación a personas sanas por la enfermedad mental “más reciente” que requerirán, cómo no, un determinado tratamiento farmacológico. Han aparecido nuevos diagnósticos, a veces controvertidos, cuyo resultado ha sido la catalogación de un gran número de personas normales como enfermos: síndrome postvacacional, déficit de atención en el adulto, hiperactividad, disfunción sexual femenina, confusión entre fobia social y timidez, etc…


Establecer un diagnóstico legitima la solicitud de actuación médica y aparece la expectativa de que una pastilla resolverá nuestros conflictos sin que sea necesario hacer ningún cambio a nivel psicológico. Los fármacos son eficaces para el tratar enfermedades mentales cuando están bien indicados, es decir, si el diagnóstico es correcto y la selección del medicamento es adecuada así como la dosis y la duración del tratamiento.


Si no se atiende la situación global del individuo, a su entorno, sus creencias, percepción de las emociones y actuaciones es probable que pasada la crisis se produzcan recaídas. Ya sea con medicamentos o sin ellos es imprescindible considerar que la atención psicológica es fundamental para superar las enfermedades mentales o el malestar producido por la mala adaptación a nuestro entorno.


Un abrazo,
Gabriel

2 comentarios:

  1. totalmente de acuerdo, el hecho de tomar una pastilla no cambia la realidad de cada uno, solo hace que no te sea tan dificil vivir cada día

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  2. Este tema que propone Gabriel me parece muy interesante y clave. Actualmente si se presenta algún problema emocional y decides ir a un profesional dependiendo de dónde decidas ir vas a salir con uno u otro tratamiento. Si decides ir directamente al psiquiatra lo que vas a tener como tratamiento son pastillas, si decides ir al médico de cabecera también tienes muchos números de que salgas de la consulta con unas cuantas pastillas y si por el contrario decides ir al psicólogo, pues también, según al psicólogo que escojas vas a acabar hablando de física cuántica, o bien de tu infancia, o bien de creencias irracionales...

    Seguramente esto se deba a que no está todo descubierto y que la psicología es una ciencia de la que queda mucho, mucho por descubrir, pero todo esto si que nos crea un poco de confusión a la población. Creo que es fundamental que tanto los médicos de cabecera, como los psiquiatras, como los psicólogos transmitan el mensaje que no existe la pastilla milagrosa de la felicidad. Con la vida de prisas que llevamos, buscamos y pedimos a los profesionales esa pastilla, pero en realidad no existe.

    Creo que en nuestro sistema sanitario se le debería dar mucha más importancia a la psicología, es paradójico pero creo que aquí está la clave de que se reduzcan gastos en Sanidad. Me gustaría que los médicos de cabecera tuvieran más formación en psicología, creo que es fundamental. Es verdad que tal como está nuestro sistema sanitario es difícil dedicarle mucho tiempo a cada paciente, pero con un poco más de formación creo que se recetarían menos antidepresivos y ansiolíticos. Porque al final como insinúa Gabriel en su post ya empiezas a sospechar de intereses extraños: ¿Realmente tanta gente necesita tomar este tipo de pastillas?

    Las pastillas pueden ser necesarias en algunos casos y eso sólo lo puede valorar un profesional, pero si queremos que se produzca un cambio a nivel emocional, somos nosotros los que tenemos que hacer un esfuerzo para modificar nuestros pensamientos, porque la pastilla de la felicidad aún no está inventada.

    Me gustaría también que los profesionales de la salud se pusieran un poco de acuerdo en su manera de actuar puesto que la actitud actual confunde a la población. No es suficiente sólo con extender una receta de un ansiolítico o antidepresivo, porque incluso en según que transtornos el prescribir medicación es perjudicial. Si esos diez minutos que dura la visita se utilizaran para quitar importancia de manera racional al problema emocional y para transmitir cariño extendiendo una mano amiga, seguro que habría muchos más pacientes que no necesitarían medicación.

    Coincido con Gabriel en la importancia que se le debería de dar a la atención psicológica en nuestro sistema sanitario.

    Muchas gracias Gabriel por este post tan interesante, tan argumentado y tan bien escrito, espectacular!

    Un beso,

    Mónica

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