sábado, 2 de enero de 2016

REFLEXIONES DE MIGUEL SOLER: EN EL NUEVO AÑO ¿PRODUCTIVIDAD O FELICIDAD?


 


Aunque en un principio este debate puede parecer sencillo, de esos en los que te decides rápido por una u otra opción, al basarnos en las experiencias de cada uno y lo aprendido y asumido como “correcto” a lo largo de nuestra vida, los resultados pueden ser muy diferentes. ¿Lo veis?, hablo de resultados (productividad), sale solo, y es que el ritmo de vida que tenemos y las condiciones de nuestro mundo competitivo nos llevan por este camino en cuanto nos descuidamos…
Decir “felicidad” es mucho, y hablar de “productividad” es hacerlo “de mucho”, esta es una primera diferencia que podemos considerar; la felicidad se relaciona directamente con las percepciones y expectativas de cada uno de nosotros, pero la productividad viene marcada más por las exigencias del entorno, por lo que los demás o lo demás nos propone, requiere, impulsa u obliga, y por supuesto, por lo que nosotros necesitamos (o nos decimos necesitar) y exigimos.
Estamos habituados a escuchar una expresión que en realidad encierra bastante de superficialidad y a la par muchísimo de sinceridad casi absoluta con el tema de la felicidad, con lo que es, supone o significa para cada uno de nosotros, de lo que la palabra “felicidad” implica, algo que nos puede motivar o nos hunde directamente según entendamos que podemos ser felices (aunque sea a ratos, a momentos, dormidos o despiertos…) o no: “la felicidad está en los pequeños momentos, en las pequeñas cosas del día a día”.
Muchos expresamos a menudo que esta es la idea, el secreto, creemos que es así y no hay que darle ni una vuelta más. La cosa comienza a complicarse cuando es la productividad la que entra en escena; por productividad entendemos coloquialmente “hacer más”, “hacer aún más”, “hacer más todavía”.

Hacer, siempre hacer más y más, pero nos olvidamos de que esto hay que reconvertirlo en “mejor” para formalizar un constructo que sí puede ser más racional: productividad positiva, es decir, hacer las cosas en la medida que estimemos deseable, pero haciéndolo bien y cada vez mejor, mejor para el medio en el que actuamos (mundo, trabajo, estudios, etc.), pero sobre todo, mejor para nosotros mismos, y por extensión, para los demás.

La felicidad, algo que todos buscamos y muy difícil de encontrar (o no), ¿dónde está la felicidad para cada uno?;hay quien la busca y encuentra en las personas, en la familia, en los amigos, en sus sueños y proyectos, en las cosas que desea hacer, incluso hay quien dice encontrar la felicidad en la soledad, en el pasado…

La productividad, cumplir con lo esperado por los demás o por ti mismo, también conlleva felicidad, felicidad de haber hecho algo bueno, de satisfacer al resto de personas que esperan algo de ti o a ti mismo viéndote capaz de realizar cualquier cosa con un poco de perseverancia. Está bien, pero puede estar aún mejor si desvestimos la productividad de obligación permanente para otorgarle su verdadero protagonismo, el de ser importante hasta cierto punto, porque mucho más importante que lo producido es cómo lo producimos, qué cantidad de amor, de pasión, ponemos en ello. Ese es el misterio, así construyas edificios, moldees vasijas de barro, o teclees un ordenador. 

Todos actuamos por inercia, dejándonos llevar por lo que esperan de nosotros y por el tiempo, siempre contra reloj en nuestro día a día; ¿dónde está entonces la felicidad?, ¿alguien la tiene, la siente al menos? La felicidad está, la cuestión es que casi nunca nos damos cuenta de que la tenemos muy cerca, a nuestro alcance, tan sólo dependiendo de una decisión: querer o no querer verla, sentirla o no, en función de nuestros deseos.

¿Podemos ser felices en cualquier circunstancia? Puede ser, pero creo que eso no es del todo decisivo, no hay que estar deseando desesperadamente la felicidad de forma permanente, la vida nos pone en situaciones ante las que la felicidad queda desarbolada por numerosas cuestiones, tragedias, muerte… Y ante eso no podemos pretender ser felices, pero sí es cierto que si somos “felices de fondo”, superaremos mejor estos contratiempos de la vida.

La felicidad está y ya está, no hay que empeñarse en buscarla porque ya la tienes “de serie”, sólo es necesario relajarse en tu vida y sentir para percibir que “ese algo” que cada uno interpretamos (o no) como felicidad te acompaña siempre, y que cuando dices no tenerla, en realidad es que no llegas a verla, a sentirla, pero está a tu lado, a tu alrededor, en ti y en los demás, ¡ya lo creo!.

Dejé de buscar la felicidad hace mucho tiempo, tanto que casi ni me acuerdo. Y dejé de hacerlo porque llegué a la conclusión de que con lo básico ya era muy feliz, y lo básico para mí es despertar cada día, nada más; no hablo de tener cosas o de “disfrutar” de casas, coches, viajes…, sino de sentirte vivo, disfrutar con las personas de tu vida, y sentirte muy bien con todo lo que haces. Y si a cada cosa que haces o dices le pones una pizquita de amor (o mucho, todo el que puedas), mejor que mejor. Y si dejas poco a poco de quejarte y aceptas cada vez de forma más natural, entonces esto apunta realmente bien…

Yo no soy ningún gurú de la felicidad ni nada de eso, pero es que esto en realidad es muy sencillo: siente y serás feliz; busca la felicidad y puede que no la encuentres; sueña con lo sencillo y lo sencillo te hará feliz; cambia necesidades y exigencias por deseos verdaderos y deja que la vida te muestre oportunidades.

Y poco más, la felicidad crecerá a tu alrededor así te duela una muela (¡es normal, estás vivo!), te vayas a la playa (¿qué hay más simple y con menos necesidades que ir un rato a la playa?), o hagas lo que hagas. Y si no crece a tu alrededor no es que no esté, es que no la estás viendo…

En los últimos años existe un movimiento que promueve que la productividad se puede mejorar si los trabajadores se sienten más felices; por ello algunas empresas ponen en marcha acciones motivadoras, facilitan un horario flexible, permiten más iniciativa, proponen trabajar desde casa incluso. Por suerte hay empresas que van siendo conscientes de que lo que importa para la productividad no es tener empleados eficaces, sino personas que se sientan bien realizando ese trabajo. Eso es eficiencia. La productividad cuantificable ya llegará, y si no, no pasará nada, mientras las personas estén bien en ese trabajo, esa empresa seguirá adelante, con más o menos beneficios.

Quien se mueve más por la productividad –lo que le exige el trabajo, los estudios, su familia, su entorno- que por la felicidad, es porque en muchos casos está actuando de forma pasiva o poco capaz de reaccionar en su vida y “tomar las riendas” para poco a poco, o rápido, sentirse mejor, más feliz, y abordar entonces esas mismas cuestiones, entonces se dará cuenta de que los resultados son muy diferentes, habrá productividad, pero rodeada de muy “buen rollo”.

¿Eres un irresponsable si prefieres ser feliz a ser buen profesional o estudiante, productivo…?, ¿si produces más, según lo esperado, eres más responsable…?, creo que no. ¿Eres de los que “todo le importa muy poco” porque prefiere ser feliz…?, ¿te pondrán la etiqueta de “vago” por esforzarte más por tu felicidad que por tu rendimiento…?

Atrévete. Haz la prueba, tienes un maravilloso año por delante…

¡Feliz 2016



9 comentarios:

  1. Gran reflexió. "La felicidad no depende de lo que tengas, sino de lo que piensas" .... Buda
    Buen año de todo corazón. Elracodeldetall.blogspot.com

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  2. Cómo me gustaría poder dejar la ansiedad a un lado y poder simplemente sentirla en la tranquilidad... pero no soy capaz de verla, de despojarme de los sentimientos negativos...
    me encanta la reflexión pero no llego a profundizar...

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    1. Empieza por dejar de luchar contra la ansiedad y acéptala como tal, cuando dejamos de luchar todo mejora, no nos gusta la ansiedad pero la ansiedad la podemos soportar y será una oportunidad para ir cambiando cosas en nosotros mismos que nos darán paso a estar mucho mejor.
      Te recomiendo los posts que tenemos en este blog relacionados con la ansiedad y también el blog desansiedad de Fabiola Cuevas.
      Un abrazo muy fuerte y venga a trabajar con fuerza!!

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  3. Muy interesante tu reflexión. Me ha resultado de gran utilidad. Tu afirmación de que llegaste a la conclusión que con lo básico ya podías ser feliz es una sabia consideración.

    Gracias por transmitir.


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