domingo, 9 de noviembre de 2014

REFLEXIONES DE JULIO: LA PAROFOBIA


Una miembro de un movimiento político de cuyo nombre no quiero acordarme, dijo que todos los seres humanos debían tener derecho a una renta básica de subsistencia, ya sea en capital o en especie (para poder hacer efectivo el artículo 25 de la declaración universal de derechos humanos).

El economista que oyó aquella barbaridad apocalíptica se llevó las manos a la cabeza;

 -          ¡¡Es una locura!! Si la gente tiene lo básico dejará de trabajar, así solo se fomenta vagos y parados ¡¡Y no creceríamos!! La economía se estancaría.

El ADN de nuestra cultura es una idea o creencia fuertemente interiorizada en nuestra sociedad, y que nadie se ha planteado si es racional o irracional, lógica o absurda. Esta idea-creencia es que el objetivo último de la Humanidad es el crecimiento económico. Y como consecuencia, el objetivo y sentido último de nuestra vida es aportar a dicho crecimiento.

Pero no es un crecimiento hasta cubrir artículos de primera necesidad; (Casa, comida, suministro de agua…) No, es un crecimiento ¡¡hacía el INFINITO!! No hay tope, pues como me dijeron en clase de economía; las necesidades humanas pueden ser ¡¡¡INFINITAS!!!

Y lo más absurdo es que… ¡¡además es urgente cubrirlas!! Extremadamente urgente.

Así, en este manicomio que es el mundo, donde ya ni si quiera adoramos al becerro de oro, ¡¡sino al oro del becerro!! Estar parado se convierte en el peor de los pecados. Pues un parado no aporta nada al objetivo último de la Humanidad, y por lo tanto su existencia deja de tener sentido alguno. Y comienzan así los trastornos psicológicos (colectivos e individuales);

La parofobia; “¡¡Necesito hacer cosas, estar parado es horrible!!”

La aburrofobia; “¡¡Me estoy aburriendo, es terrible!!”

La vagofobia; “¡¡Mi hijo es un vago, será un desecho social!!”

La tiempofobia; “¡¡Tengo demasiado tiempo libre, es horrible!!”

Y así acabamos siendo arquitectos de nuestro propio infierno.






1 comentario:

  1. Yo creo que lo de estar parado no es horrible si tienes la despensa llena, pero si no, hasta que te haces a la idea es un tanto triste.

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