lunes, 11 de agosto de 2014

REFLEXIONES DE PILAR G.: LAS PRISAS


Cada tarde al regresar a casa del trabajo, paso por delante de un pequeño quiosco donde venden flores. Ayer una niña de unos cinco o seis años se paró a contemplar unos ramos preciosos y dijo: "Mamá, ¡¡¡mira qué flores más bonitas!!!". La madre sin ni siquiera mirar las flores, la cogió de la mano y empezó a tirar de ella: "Vamos, Alba, vamos".

Así andamos por la vida, corriendo, corriendo, siempre corriendo y sin tiempo para nada. Cuando llegamos al trabajo estamos deseando que llegue la hora de salir, los lunes con ganas de que sea viernes, cuando cobramos contando los días que faltan para la próxima paga, cuando terminan las vacaciones soñando con las siguientes, etc., etc.

Esta sociedad ensalza la productividad y la eficiencia, se premia al que más produce y al que más rápido lo hace, en detrimento del disfrute. Esto sucede sobre todo en el mundo laboral, pero también en otros ámbitos. Por ejemplo, siempre me han llamado la atención los concursos de pintura rápida. La pintura, como cualquier otra actividad artística, tiene como finalidad el disfrute. Pintar consiste en sumergirse en el lienzo y crear formas, mezclar colores, buscar la luminosidad adecuada, conseguir la perspectiva correcta..., todo esto resulta tan absorbente que el tiempo parece detenerse. Entonces, ¿qué sentido tiene pintar a contrarreloj? ¿De qué sirve ser el pintor más rápido si no se disfruta del proceso?

Ir siempre con prisas de un lado a otro hace que con frecuencia estemos a todo y no estamos a nada. Esto dificulta gozar de la vida porque la clave para vivir plenamente radica en detenerse en el momento presente y disfrutar de él, sin pensar en lo próximo que tenemos que hacer y en el poco tiempo del que disponemos para ello. Debemos procurar tener los cinco sentidos puestos en aquello que estemos haciendo en cada momento, ya sea algo placentero o algo que no nos resulte tan agradable de realizar.

Muchas veces elaboramos una larga lista de actividades para  llevar a cabo, pero el día solo dispone de 24 horas, por lo que o corremos como locos para intentar hacer todo lo que pretendemos o recortamos esa lista estableciendo prioridades. Seguro que podemos prescindir de muchas de las cosas que hacemos.

Estamos tan habituados a llevar un ritmo de vida frenético, que vivir exhaustos nos parece normal y no nos damos ni cuenta de lo perjudicial que esto resulta. La prisa es un factor, aunque no el único, desencadenante de estrés y de ansiedad. Por lo tanto, levantar el pie del acelerador nos ayudará a sentirnos emocionalmente mejor y a disfrutar más sosegadamente de la vida.

Un abrazo,

Pilar

11 comentarios:

  1. Tienes toda la razón Pilar!!!, aquí describes la modalidad de pintura rápida, yo hay una cosa que no entiendo como es los que corren por la montaña, ja,ja, dicen que da disfrute pero yo no acabo de entender qué sentido tiene el correr sin apreciar el paisaje, ja,ja y el otro día ya fue lo más!! uno de esos corredores que yo conozco me dijo que se había comprado una cámara hiperbárica para aumentar su rendimiento!!!, desde luego que ya no sabemos qué inventarnos ni qué hacer!!!, increíble!!!

    Pero vamos si la gente obtiene disfrute con la pintura rápida y con correr por la montaña pues adelante!!! yo estoy de acuerdo con Pilar!!!

    Genial el post!!!

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  2. Estoy de acuerdo contigo, Mónica. Ya no sabemos qué inventarnos ni qué hacer, andamos como locos con la absurda idea de que más siempre es mejor.
    Un beso.
    Pilar.

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  3. Sí Mónica. Yo soy uno de esos a los que le gusta correr por la montaña.
    Incluso cuando voy caminando suelo ir muchas veces por delante del grupo.
    La verdad es que la velocidad 'me pone'.
    En mi caso, el motivo principal es porque me aburro cuando voy respirando 'demasiado fácilmente'. Necesito sentir que me estoy esforzando.
    Eso es cuando voy por senderos de montña que ya conozco. Cuando son rutas nuevas sí que voy con más calma deleitándome con las vistas, haciendo fotografías, etc.

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  4. Hace días pude ver la entrevista que le hicieron a Rafael en TVE2.
    Hicieron una entradilla hablando y reflexionando sobre las prisas y que en los pueblos el ritmo es más lento.
    Me hizo mucha gracia y me vi completamente reflejado.
    Un día de hace pocos años, de pronto, empecé a preguntarme porqué iba tan rápido a todos los sitios, aunque no tuviera prisa.
    Además me percaté que esas prisas influían considerablemente en mi estado anímico, pues me ponía más nervioso y con cierta ansiedad. Sonreí pensando en cómo yo mismo podía influenciar en mi estado de ánimo actuando sobre mi 'velocidad'.
    Voy a tratar de ir más lento, al menos en el día a día, para disminuir mi ansiedad. Porque voy acelerado. :-)

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  5. Definitivamente Pilar, gran reflexión ;)

    A intentarlo pasito a pasito día a día

    besotes!

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  6. Hace unos cuàntos años atràs viajaba en el subte (metro) con un amigo (por cierto muy pìcaro èl) y vimos que en la hora pico todos corrìan a lo loco hasta el punto de atropellarnos .
    Mi amigo que no puede con su genio parò al azar a un hombre y le preguntò:
    - Se puede saber porque corre ?
    A lo que el hombre respondiò:
    _ Y... PORQUE ACÀ TODOS CORREN Y YO TAMBIEN TENGO QUE CORRER!!!!
    Como dice el dicho "donde va Vicente va la gente"

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  7. Hola Pilar:

    Muy bueno el post!!!

    Sí, es verdad, muchas veces vamos acelerados. Con lo que mola cuando hacemos las cosas paladeándolas (lo que no quita ponerles pasión), y disfrutar del entorno nos ayuda mucho a desacelerar. Los 4 puntos del cap. "bajarse de la ansiedad" me encantan: 1.priorizar. 2. ralentizar. 3. disfrutar de la belleza del entorno. 4. hacer las cosas con atención, cariño y disfrute (generar belleza).

    Y lo de pintar con tiempo la verdad es que es un poco raro, jaja. Lo que sí, lo de correr no tiene por qué ser ir acelerado. Cuando uno corre también puede disfrutar del paisaje y además mola centrarse en la respiración, en la musculatura, en las endorfinas que te está produciendo junto con el sudor, en el aire que te da en la cara, etc. Bueno, pero es verdad que habrá gente que se lo tome en plan acelerado.

    Por último, me resultó muy curioso la actitud de la niña frente a la de la madre. Muchas veces los niños nos enseñan cantidad de cosas.

    Un beso!!!

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  8. Estoy contigo!

    Es alucinante lo rápido que vamos. Sin mirar, sin disfrutar, sin ver...Queremos llegar a la luna y no somos capaces de saludar al vecino del quinto. Siempre esperando lo próximo, pero sin vivirlo ,ya estamos esperando lo siguiente y lo otro...
    Todo llega y todo pasa, mientras tanto VIVAMOS!

    BESITOS

    PILAR DG

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  9. Pues sí, es verdad.

    Y con respecto al trabajo mental también nos pasa esto: queremos que después de sólo un día de trabajo seamos ya buda, jaja, y así nos metemos una gran presión. Si vamos en plan tortuguitas tomándonos todo el tiempo del mundo para que lleguen los resultados e incluso renunciando al cambio mentalmente (aunque por otra parte trabajemos cada día 1/1,5 horas muy intensamente), podemos llegar muy lejos a medio largo plazo e incluso disfrutar del proceso de cambio, jaja.

    Y en general, respecto a la ansiedad generalizada y también con cualquier problema emocional, si combinamos los pensamientos (que son lo más importante) con las conductas (que también aportan y en el caso de la ansiedad generalizada aún más) nuestra ansiedad va a desaparecer (bueno, mejor dicho minizarse hasta el mínimo, pues somos falibles y terribilizaremos, además de que emociones negativas moderados es sano tener) para dejar paso al goce y la paz interior.

    Así que sí, para llegar a la Luna como dijiste, pasito a pasito, jajaja, y disfrutando del proceso y del presente y paladeando las cosas que hagamos.

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  10. Pasamos por la vida buscando ese tren, esa oportunidad, y cuando estamos en el, nos pasamos las estaciones. Todo por necesidades creadas y a veces impuestas, que no son esenciales.
    Slds

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  11. Que bueno lo de la niña y las flores. Luego dicen que los niños tienen hiperactividad ¿De quién lo habrán aprendido? jaja

    Abrazos!

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