Las personas emocionalmente débiles o inmaduras se quejan cuando
ellos mismos, los demás o el mundo en general no se ajustan a sus
exigencias, es una actitud que
se asemeja bastante a los berrinches de los niños cuando no consiguen lo que
quieren.
Para estas personas, la queja continuada forma parte de su
diálogo interno (y en muchos casos externo), y hace que la parte
maravillosa de la vida y de las personas (incluidos ellos mismos) se
convierta en invisible y que solo vean los defectos, los errores y
aquello que en la vida no va como a ellos les gustaría (por supuesto exagerando el aspecto
negativo de todo). Inconscientemente, buscan siempre algo por lo que quejarse,
ignorando todo lo bueno que tienen ante sus ojos.
La
queja es peligrosa para nuestra salud mental porque alimenta las creencias irracionales
causantes de emociones negativas inadecuadas (estrés, ansiedad, depresión,
obsesiones...), cuanto más nos quejemos, más fuertes se harán y, por lo tanto,
más sufriremos. Las creencias
irracionales no son más que ideas rígidas, ilógicas e irracionales sobre nosotros mismos, sobre los demás
y sobre el mundo en general:
-"No debería
fallar ni cometer errores nunca porque si lo hago soy un auténtico inútil que
carece de valor", "No tendría que hacer jamás nada que perjudicara
seriamente a otra persona, si lo hago seré alguien horrible e indigno de ser
amado". Estos pensamientos generan culpabilidad,
ansiedad, depresión y desprecio hacia uno mismo.
-"Las personas
son seres detestables porque no me tratan siempre con la consideración y el
respeto que me merezco". Es una creencia que provoca resentimiento e ira hacia los
demás.
-"Mi vida
tendría que ser fácil y, sin embargo, está llena de obstáculos, por lo tanto,
es una porquería y yo soy un desgraciado al que todo le sale mal". Esta
clase de pensamientos sobre el mundo hace que experimentemos autocompasión, ansiedad y
depresión.
Si la persona quejumbrosa se considera un ser
detestable porque a veces falla, piensa que los demás son malvados puesto
que no le tratan siempre como deberían, y cree que el mundo es un asco porque
está repleto de situaciones injustas, difíciles e incómodas, será imposible que, albergando estos pensamientos, encuentre algo
que agradecer en su vida.
El que se encuentra
instalado en la queja debería darse cuenta de que todo el mundo, con bastante
frecuencia, falla o actúa de forma equivocada, pero eso no convierte a
nadie en una mala persona. De la misma manera, sería conveniente que
tomara conciencia de que, aunque en ocasiones debemos hacer frente a
situaciones injustas, molestas o complicadas, no podemos
afirmar por eso que el mundo sea un lugar horrible.
La queja genera sensación de escasez (lo que tenemos no es suficiente) y,
en consecuencia, tacañería de
corazón (no daremos nada a
nadie, ni siquiera a nosotros mismos). Si, en
lugar de la queja y de la crítica, optamos
por cultivar la gratitud, experimentaremos una sensación de abundancia que
nos empujará a ser generosos.
Veamos cómo poner en práctica el agradecimiento
y la generosidad:
-Con nosotros
mismos: evitar utilizar un lenguaje severo y agresivo para
castigarnos cuando hacemos algo mal o cuando no conseguimos algún
objetivo y dirigirnos
elogios, halagos y felicitaciones cuando logremos algo con éxito. Si hablásemos a los demás con la misma dureza con la que muchas
veces nos hablamos a nosotros mismos, estoy segura de que no
solo no tendríamos ni un amigo, sino que además nadie nos dirigiría la palabra. Hay cuidar el
contenido de las autoverbalizaciones y no tratarnos con desconsideración, para
eso debemos tener
clara la diferencia entre conducta y persona, es
decir, podemos reprobar un acto despreciable que hayamos cometido,
pero no por eso considerarnos seres indignos.
-Con los demás:
es conveniente agradecer a
todos los que nos rodean cada cosa que hacen por nosotros (al camarero la amabilidad con que nos
sirve cada día la comida, al amigo sus palabras de ánimo cuando atravesamos un
mal momento, al médico los cuidados y atención que necesitamos cuando
enfermamos, al familiar la llamada que nos hace para felicitarnos por nuestro
cumpleaños, al portero de nuestro edificio la sonrisa que cada mañana nos
regala, al transeúnte las indicaciones que nos da para encontrar una
calle... ). Hasta los más
mínimos detalles poseen un valor inmenso. Si nos habituamos a fijarnos
en ellos y a apreciarlos, se despertará en nosotros el deseo de colaborar con los demás, de compartir lo
que poseemos y de ofrecer amor, amabilidad, cuidado, afecto...
-Con el mundo:
tenemos la triste costumbre de dar
por supuestas las cosas, eso explica que no valoremos nada de lo que tenemos,
por ejemplo, abrir el grifo y que salga agua, pulsar un interruptor y que se
encienda una bombilla, que nuestros órganos funcionen, que nuestros hijos
puedan asistir a un colegio, vivir en un país que no esté en guerra, poder
acudir al médico si estamos enfermos, dormir bajo un techo, tener gente
dispuesta a echarnos una mano cuando lo necesitemos, contemplar un precioso
amanecer, pasear bajo un sol primaveral, saborear una deliciosa comida... Hay
que hacer un esfuerzo por apreciar todo cuanto poseemos y dejar de quejarnos
por lo que no tenemos o por lo hemos perdido.
https://tuespacioemocional.wordpress.com/
Y cuando estas con buenas vibraciones, te valoras, e intentas quitar importancia a errores pero las personas, ya sea en el trabajo, (sobre todo), te insisten y repiten una y otra vez donde has fallado o te vas cargando con feos y desprecios de gente que además no valora las cosas que tienes buenas, o comportamientos éticos y morales, que ellos no lo hacen porque hoy en día mucha gente te valora por lo que consigues etc.
ResponderEliminarQuiero decir, nos gusta compartir lo bueno, si los demás hay ciertas cualidades que ni las valoran o hacen de menos?.
Por mucho que tu estés orgulloso o aceptes ciertos aspectos: "Ser despistado, buena persona y tímido".
En depende que ámbitos pueden si cabe remarcartelo más, o exigirte mucho aunque tu intentes no hace lo.
No se si me explicado jje.
Saludoss
Hermoso artículo, gracias por compartirlo :) BENDICIONES desde Venezuela.
ResponderEliminarMuchas gracias Sam por seguirnos!!
EliminarUn fuerte abrazo