viernes, 16 de diciembre de 2011

CARTAS RACIONALES DESDE LA CONSULTA MÉDICA: LOS LAMENTOS DE LOS MORIBUNDOS.

Bonnie Ware ha trabajado durante años en una Unidad de Cuidados Paliativos para enfermos que van a morir en Australia. A través de la experiencia y la observación ha recopilado valiosas experiencias de las personas en el tramo final de sus vidas. Su mensaje honesto y positivo no deja de poner de manifiesto la vulnerabilidad de la naturaleza humana.


Ha constatado la capacidad de progreso de los seres humanos cuando nos encontramos cara a cara con nuestra propia muerte. Las emociones que se experimentan son excepcionales y no se debe infravalorar la capacidad de cambio y crecimiento personal incluso en esos instantes. No hay duda de que en esos momentos ya no nos engañamos, por fin somos totalmente sinceros con nosotros mismos, se disuelve el “ego”. Todos buscamos la paz antes de partir.


 En su libro ‘Regrets of the Dying’ (El Lamento de los Moribundos) describe los cinco pensamientos y remordimientos que más frecuentemente nos afectan ante la muerte.


 Los arrepentimientos más frecuentes son:




  1.  “Me gustaría haber tenido el valor de vivir una vida fiel a mís conceptos y no la vida que otros esperaban de mí”. Ésta es la queja más frecuente. Se trata de personas que no lucharon por cumplir sus sueños porque optaron por hacer lo que los demás le decían. Eligieron lo que creían que “debían hacer” en lugar de lo que querían hacer.

  2. “Me hubiese gustado no haber trabajado tan duro” Afecta más a los varones el no haber disfrutado de más tiempo con la familia y lamentan no haber estado cerca de sus hijos.

  3. “Me hubiera gustado tener el valor suficiente para manifestar mis sentimientos”. Reprimirnos los sentimientos nos puede hacer una existencia mediocre, instalada en el conformismo que impide que nos identifiquemos con nosotros mismos.

  4. “Me hubiese gustado mantenerme en más contacto con mis amigos”. Es el reproche por no haber cuidado las relaciones importantes y la incapacidad de no poder recuperar el tiempo perdido.

  5. “Me gustaría haber sido más feliz” Personas que prefirieron engañarse a sí mismas en lugar de cambiar luchando contra todos los miedos y resistencias. De todos, es el lamento que se expresa con más tristeza.


 Siempre existe la oportunidad de aprender. Las personas que ya no están son una gran fuente de sabiduría. El planeta Tierra está más lleno de personas muertas que vivas. Sería bueno que pudiéramos llegar al final de nuestros días sin la sensación de haber llegado tarde a conclusiones tan importantes. Una vez más el cambio psicológico nos puede llevar a experimentar una vida, y una muerte, más plenas y satisfactorias. 


¿Podemos mejorar nuestras vidas sin esperar a que estemos a punto de fallecer?


Un abrazo,


Gabriel.

4 comentarios:

  1. Sufrí un TCE con dos fracturas al lóbulo temporal izquierdo y con una hemorragia cerebral que duró días! La suerte quiso que la sangre se escapara por el tímpano roto y que sobreviviera. Aún así, en los momentos que recuperaba la consciencia sabía que aquello era el fin aunque nadie me lo dijera. Pensaba que tenía solo 26 años y me arrepentí de no haber viajado más y de preocuparme tanto por el trabajo. Mi di cuenta que nada de lo material que siempre había deseado tenía importancia. Pensé lo absurdo que era el dinero, en mi caso, no había dinero que valiera para sacarme de la UVI o para solventar los posibles daños cerebrales que derivarían del traumatismo. Cuando todo termina piensas en tus vivencias, no en lo que tienes.
    De eso hace 5 años, algo en mí cambió pero volví a preocuparme por el trabajo, por tener un coche mejor y a planear económicamente mi vida que planteo muy larga.
    Sé que existe un momento en que valoras otras cosas y sé que no hay que hacer muchos planes para le futuro porque la vida te puede cambiar o irse en cuestión de segundos y sin aviso previo, pero cuesta mucho!! aún así, cuando analice mi vida desde la retrospectiva en el viaje final ¡por segunda vez! espero tener la sensación de haber hecho algo para mejorar.
    Dos años después de mi accidente empecé a estudiar psicología y tres años después dejé el trabajo. Si algo tengo claro, es que trabajaré para vivir, no al revés, y que será haciendo lo que me gusta.
    Quizá mi experiencia tuvo algo que ver en esta decisión, en este cambio. Quizá el miedo, el dolor y el largo tiempo de recuperación valieron la pena. Quizá aquél accidente fue una bendición.

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  2. Muchas gracias Sylvia por tu testimonio.
    Nos demuestra que las experiencias adversas representan una oportunidad para aprender, si estamos dispuestos a ello.
    Un fuerte abrazo, Manuel.

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  3. Gracias Sylvia por este comentario tan bonito, lo que cuentas es un aprendizaje para todos. Es increíble cómo perdemos de vista muchas veces que la vida es muy corta, nos creemos inmortales!!

    Un beso muy fuerte y felicidades porque eres un gran ejemplo de superación.

    Mónica

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  4. Pedro Alberto De Los Santos Pineda3 de agosto de 2012, 21:49

    Es sumamente importante, este analisis sobre los momentos finales de nuestra vida. Ocurre, en naciemos, crecemos y vivimos en una cultura "necrofila", que importantiza la muerte y le otorga un valor superior a la vida.
    Las personas, rara vez, piden un permiso para desplazarse de viaje en funcion de cumplir con un amigo el dia de su cumpleaños, en cambio, lo hacen, para asistir a su funeral.

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