lunes, 16 de mayo de 2011

REFLEXIONES DE MÓNICA: ELS AIGUAMOLLS DE L’EMPORDÀ...

Hoy quiero hacer una reflexión que va muy en sintonía con el artículo que nos envió Damián hace unos días.

Durante muchos años he pasado los veranos en playas de la Costa Brava, Roses, Cadaqués, ... es una zona privilegiada de gran belleza. Siempre cuando pasaba con el coche camino de esas súper playas veía un letrero que ponía “Parque Natural  Els Aigüamolls de l’Empordà” y nunca le había dado más importancia a ese Parque, pensando en que debían haber cuatro pájaros y cuatro plantas y que seguramente visitarlo iba a ser bastante aburrido... total que nunca lo había visitado. 

Pues bien, el pasado sábado un buen amigo nos regaló una visita muy especial a este Parque y aunque parezca asombroso, os aseguro que esta excursión a mí me ha enseñado muchas cosas... Mi amigo está muy unido al Parque, forma parte de su historia y ha trabajado y sigue trabajando por su conservación. Cuando nos explicó la historia del Parque, me quedé muy asombrada. Resulta que el Parque existe por pura casualidad, pero paradójicamente hace algunos años toda esa zona de l’Empordà era como el Parque Natural de ahora!! Sin embargo la especulación inmobiliaria hizo que se fuera destruyendo poco a poco y se cambiaron las aves acuáticas por los apartamentos. Los humedales fueron destruidos y las aves se fueron quedando cada vez con un terreno más y más pequeño... 

Resulta que la idea era destruir todos los humedales puesto que éstos no daban dinero y en cambio los apartamentos sí. En lo que es ahora el Parque Natural estaba previsto construir una urbanización llamada Port Llevant igual que la de Ampuriabrava. Gracias al trabajo de unas personas se consiguió que ese proyecto no se llevara a cabo y que actualmente el Parque exista desde Sant Pere Pescador a Castelló d’Empuries. Aunque el Parque haya quedado muy reducido, somos afortunados de que como mínimo se haya respetado un trocito. 

En la visita respiramos paz y tranquilidad, pudimos observar muchas especies de pájaros que tranquilamente hacían su vida ignorando la presencia de los visitantes. El Parque con sus animales y su vegetación transmitía calma y serenidad y te remontabas a los orígenes de esa zona de l’Empordà, te imaginabas como debía ser todo aquello en un inicio, antes de que el hombre empezara a destruir... 

Cuando estás en el Parque te olvidas de todas las montañas que le rodean que están completamente edificadas, sabes que están al lado pero no las ves, es como un punto de racionalidad dentro de un entorno  irracional.  La buena noticia es que nosotros en la vida podemos ser como el Parque, ser racionales en un mundo irracional. 

Aunque estemos en una sociedad de consumo donde nos transmiten constantemente “necesititis”, nosotros podemos mantenernos ajenos a todo eso y descubrir que necesitamos muy poco para ser felices. Cuando tenemos esta reflexión muy trabajada es cuando empezamos a ver las aves dels Aiguamolls que nunca antes habíamos visto... y, descubrimos que observar una cigüeña en el Parque nos puede hacer más felices que tener un apartamento en Ampuriabrava. 

Gracias a todos aquellos que como mi amigo siguen trabajando con ilusión en proyectos basados en la recuperación de zonas naturales, porque gracias a ellos nosotros aún podemos seguir disfrutando de la belleza de la naturaleza. 

Un beso a todos, 

Mónica

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