domingo, 24 de noviembre de 2013

REFLEXIONES DE JULIO: EL DRAGÓN

Jake y yo comenzamos a enseñarnos nuestros tatuajes, él me enseñó un diablo en su espalda.

-          Es Lucifer – me dijo

-          ¿Y qué significa para ti?

Me miró y contestó;

-          Lucifer fue un ángel caído

Me lo estaba diciendo muy claro; “Julio, yo también soy un ángel caído”. Es decir, de niño fue un ángel (un niño inocente), pero algo pasó en la infancia y todo se torció. Me acordé de lo que siempre nos decía Enrique Martínez Reguera; “los niños vienen con la mejor disposición a este mundo”. O cuando en aquel documental Myke Tyson rompió a llorar y llorar y dijo; “la gente no entiende a las personas como yo, no se dan cuenta que nos comportamos así porque tenemos miedo de que vuelvan a abusar de nosotros”.

Me enseñó otro a la altura del cuello que ponía; “Solo Dios puede juzgarme”. Y otro en el brazo entero, donde una mujer preciosa estaba rodeada por brazos musculosos de un guerrero con una espada en la mano, (una metafora de la protección hacia su novia).

Yo le enseñé mi dragón y él me preguntó lo mismo;

-          ¿Y que significa para ti?

-          ¿Quieres que te cuente la historia?

-          Claro

Y como Jake es miembro de una pandilla muy violenta, y odia con toda su alma a la pandilla contraria, le conté el significado de mi dragón;

“Érase una vez un hombre llamado Lee. Él sabía que todos sus males los había provocado un dragón, sabía que sólo podría ser libre y vivir en paz cuando matase a aquel dragón. Así que comenzó a buscarlo, casa por casa, pueblo por pueblo, reino por reino… recorrió miles de kilómetros en su búsqueda, pero nunca lo encontraba, y al no encontrarlo Lee se enfurecía más ¡ese maldito dragón se está riendo de mi! Dedicaría su vida a buscar al dragón si hacía falta.

            Afiló su espada soñando que algún día se la clavaría ¡igual que hacía el capitán Ahab con su arpón para clavárselo a Moby Dick! Pero Lee nunca encontraba al dragón -¡soy un guerrero! ¡Lucharé y le buscaré hasta la muerte! ¡Jamás me rendiré!– se decía Lee.” 

Y como se que Jake tiene una novia majísima añadí;

“La novia de Lee le suplicaba; - por favor deja de buscar a ese maldito dragón, y quédate conmigo – Igual que aquel marinero decía al capitán Ahab; - dejemos de buscar a Moby Dick, demos media vuelta y volvamos a casa con nuestras familias-. Pero no hubo manera, el odio hacia aquel dragón le cegaba, y no escuchó a su novia, al igual que el capitán Ahab no escuchaba a nadie más que a su propio odio.

            Y así pasaron los años. Pasó el tiempo. Lee vio como se le iba la vida buscando y buscando. No hizo nada más en su vida que buscar al dragón. Y se hizo mayor. Comenzó a enfermarse, se dio cuenta que le estaba llegando su hora. Ya postrado en la cama, agonizando ante la muerte, unos minutos antes de morir ¡¡en ese momento donde siempre aparece la lucidez!! Se dio cuenta, que el dragón que buscaba era el que estaba dentro de él.” 

Le miré a los ojos, y por si quedaba alguna duda le dije;

-          El odio


Abrazos

Julio

2 comentarios:

  1. Qué chula la historia de Lee y el vídeo que nos adjuntas Julio súper!!!!

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  2. Sublime Julio!!!

    Yo cuando era pequeñito me pegaba (y me pegaban, jajaj) de ostias con todo el mundo por tonterias, cuando lo bonito es amar y aceptar interiormente a todo el mundo, estar en paz con la gente (por lo que también con uno mismo) como estoy ahora. Cuando nos insultan, ya ves tu, tan sólo son palabras, siempre son características de gente valiosa (tan solo por nuestra cap.de amar) como en la historia del samurai, jaja y con las que podemos ser muy felices. Qué gusto aceptarse uno con sus fallos con orgullo y amar y pasarlo bien en paz.

    Y estamos hablando de minucias como insultos, malos gestos, etc, cuanto ni más si estuviéramos en una situación parecida a la de Mandela. El hombre amando incluso a los blancos que mataban a su gente hay que ver lo que consiguió. Por cierto, que descanse en paz Mandela. Además, Gandhi también nos enseñó mucho al respecto.

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