lunes, 22 de febrero de 2010

EL DIVÁN DE RAFAEL

En la fotografía que ilustra mi currículum en este mismo blog, en la pestaña que lleva el título "Sobre mí", se ve que estoy sentado en un diván de color amarillo anaranjado. Ese diván tiene una historia que os voy a contar ahora.

Ese sofá está en mi despacho, en la calle Córcega con Enrique Granados. Se trata del típico diván de psicoanalista donde los pacientes se tumbaban para hablar de sí mismos mirando al techo, relajados, abstraídos en su mundo. Como sabéis, yo no hago psicoanálisis, pero ahí está el diván, como símbolo del pasado de todos los psicólogos.

A muchos de mis pacientes les explico, a lo largo de nuestro trabajo terapéutico, que un día yo me retiraré a ese diván. Quiero decir que lo dejaré todo: mi trabajo, mi pareja, etc. y me iré a vivir a ese diván. Me tumbaré ahí y ya no me moveré más. Haré que me traigan la comida allí y ya está. No trabajaré, no veré la tele, no leeré, no haré nada excepto estar allí tendido todo el día y toda la noche.

Y, ¿sabéis? Estaré muy bien. Bueno, quizás sea aburrido, lo admito, pero el aburrimiento todavía no ha matado a nadie. Además, creo que tendré muchos momentos de placidez: mirando a la pared, las diferentes tonalidades de blanco que se crean al entrar los rayos de sol por la ventana... También usaré mi imaginación para crear historias que me entretengan, que me emocionen, que me causen placer.

Asimismo, podré recordar cosas hermosas del pasado y regocijarme así. ¿Lo veis? Se puede estar bien así, sin hacer nada. ¡Qué guay!

Desde el punto de vista de la salud mental, es importante saber, comprender, ¡meterse en la mollera! que la simple existencia ya es placentera, confortable. No hay que correr a ningún lugar para llenar ningún vacío. ¡Relájate!

Hubo quien dijo en una ocasión (olvidé quién, pero era alguien listo, Isaac Newton, quizás) que "Todos los problemas de la humanidad proceden de la incapacidad del hombre para estarse quietecito en una habitación sentado y tranquilo". Claro, eso es un gran problema, porque "creer" (estúpidamente) que necesitas entretenerte para estar bien es el origen de la neurosis. Sí crees eso, es que ya has empezado a hacer cosas por temor (temor a aburrirte), mecánicamente, estresadamente, descuidadamente (sin cariño)...

Por eso, siempre digo que cualquier día me retiraré a mi diván y ya no me moveré más de allí. ¿Y sabes? Estaré bastante, bastante, bien.

Un abrazo,

Rafael

6 comentarios:

  1. Enhorabona, Rafa!
    Molt bona iniciativa i sort amb aquest nou blog.
    Abraçada,
    Joan Varela

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  2. Querida MP,
    Si te ha gustado el tema, puedes profundizar en él en los libros del monje budista vietnamita Thich Nhat Hanh o en el gran libro de Sogyal Rimpoché, el Libro tibetano de la vida y de la muerte o también en Walden de Henry David Thoreau. ¡Los tres autores hablan de lo poco que necesitamos para ser felices!
    Un abrazo,
    Rafael

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  3. Hola Rafael,

    Una salutació.
    Per fi he trobat el teu blog.
    Segueixo els teus comentaris i coneixements a través de les conferències que fas al Centre Cívic del barri. Per a mi ha estat una bona troballa (em salto altra activitat que em coincideix, però val la pena).

    Ara que ja sé com accedir al teu blog, miraré d'obrir-lo per llegir els teus comentaris, donar alguna opinió i també saber l'opinió d'altres persones.

    Salutacions a tots,

    Eva

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  4. Hola rafael!!!! Mi hermana me aconsejo el libro el arte d no smargarse la vida lo estoy leyendo i me encanta poco a poco pondremi mente apta para ser feliz.tengo un problema fuerte con mi hija d 15 años, al divrciarme he padado a ser d una madre maravillosa a una mala madre ,yo y toda mi familia su padre se encarga d entrenarla bien.gracias por el libro me levanta el animo

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  5. Eso no es nada: un poco de comportamiento infantil por parte de tu ex.
    Por otro lado, si fuese cierto que eres una mala pécora, nadie es perfecto!
    Un besazo y a disfrutar de la vida!
    Rafael

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