La superación de los obstáculos
En el Ecuador de nuestros viajes
al sur solemos parar en un restaurante familiar y campechano de comida muy
casera y con un servicio muy agradable y cercano.
En esta ocasión nos vino a servir
un chico joven al que no habíamos visto antes, pero con la misma amabilidad y
diligencia de sus compañeros. Y mientras nos preparaba la mesa y nos tomaba
nota de la comanda advertí que le faltaban los dedos de sus manos. En algunos
de ellos conservaba la falange proximal a modo de muñón de tal manera que se
valía con ellos para manejarse perfectamente en un oficio tan complejo como la
hostelería y que tanta destreza requiere.
Al percatarse mis hijos pequeños
de esa deficiencia mostraron extrañeza y asombro. Y noté alguna muesca de
aversión en sus rostros.
Entonces comenté abiertamente mi
opinión sobre estas personas que no se esconden tras sus deformidades o
discapacidades para justificar un “no puedo”. Más bien les sirven de trampolín
desde el que saltar para superar las dificultades que se puedan encontrar en la
vida, ellos incluso más que otras personas sin esas limitaciones.
Para mí son personas valiosísimas
y mi respeto y admiración hacia ellos es total por la capacidad de
superación que muestran. Yo creo que más
que discapacitados son supercapacitados y superan limitaciones que muchas veces
son más mentales que las propiamente físicas.
En ellos se personaliza el dicho
de “más hace el que quiere que el que puede”
El deseo de superación y ganas de ser útil, salir adelante es lo principal en estas personas, son seres maravillosos.
ResponderEliminarEl deseo de superación y ganas de ser útil, salir adelante es lo principal en estas personas, son seres maravillosos.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo Gema. Yo creo que los verdaderos discapacitados somos nosotros, que ante esas adversidades quizás no seríamos así de valientes.
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