viernes, 13 de septiembre de 2013

REFLEXIONES DE JULIO: PERDER A UN HIJO

Hablando sobre la teoría de la “terribilitis” con unas amigas, una de ellas me dijo;



  • Bueno Julio, pero tendrás que reconocer que sí hay algo terrible, algo casi insuperable… y es perder a un hijo.

Y aquí empieza la historia que os voy a contar: en los años 80 comenzó a introducirse en los barrios un polvo blanco que se disolvía en agua sobre una cuchara sopera, se quemaba por abajo con un mechero, se introducía en una jeringuilla y al inyectártelo por la vena te daba el viaje más alucinante de tu vida, y a los cinco de esos viajes… comenzaba el infierno. Yo por aquella época era un niño, pero recuerdo el parque lleno de jeringuillas, el palomar donde se metían los chavales mayores a pincharse, el vecino del 2º, el hijo de la Charito, el vecino de mi abuela, los amigos de mi tío que tenía en aquella época 20 años… Enrique Martínez Reguera (psicólogo, escritor… que lleva más de 50 años con chavales) recuerda aquella época como una de las peores, en un mes de enero de esos años 80 llegó a ir ¡5 veces al cementerio! a enterrar chavales.

La heroína arrasó  con toda una generación, pero sobre todo arrasó en los barrios más pobres. Los muchachos en un estado de mono insoportable, enajenados por la droga, comenzaron a delinquir para consumir heroína, y así los años 80 marcaron un antes y un después en la concepción de la pobreza, antes vista como sinónimo de humildad, ahora sería sinónimo de delincuencia, lo que se llamó “la criminalización de la pobreza”.

Pero siguiendo con nuestra historia… ¿Qué pasó con las madres de aquellos chicos/as? Aquellas madres que no sabían ni lo que era la droga, ni el SIDA, que muchas no sabían ni leer ni escribir, comenzaron a verse completamente desbordadas, de comisaría en comisaría, de cárcel en cárcel, de tanatorio en tanatorio… Seguramente pidieron ayuda ¿Pero qué institución iba a ayudar a unas pobres madres medio ignorantes, medio analfabetas, venidas de los barrios más pobres? Las instituciones solo daban una respuesta al problema; cárcel, cárcel y más cárcel (y el antiguo código penal permitía la entrada en prisión a chavales de ¡16 años!). Hoy se recuerdan a las victimas del terrorismo, a las del franquismo… ¿Pero quién se acuerda de las victimas de la heroína? No hay estadísticas ni datos oficiales de sus muertes…

Aquellas madres, destinadas a ser amas de casa bajo las custodias de sus maridos, destinadas a ser desdichadas de por vida por las muertes de sus hijos e hijas… decidieron no seguir siendo esclavas de su pasado, sino ingenieras de su futuro, como dijo textualmente una de ellas; -decidimos que no podíamos seguir llorando y que había que buscar soluciones- Y se conocieron entre ellas, y se reunieron, y se apoyaron, y se animaron, y se organizaron, y enterraron a sus muertos, y se asesoraron legalmente, y empezaron a dejar notas a sus maridos como; -estoy en una manifestación, la cena está en el frigo, caliéntatela-, crearon la “Asociación Madres Unidas contra la Droga” y con megáfono en mano se fueron a las cárceles a denunciar la tortura, a las comisarías, a los juzgados, al congreso, delante de los antidisturbios, muchas se llevaron porrazos en las cargas policiales, otras acabaron detenidas…

Así  lo recuerda Xosé Tarrio en su libro “Huye hombre huye” que mientras llevaba más de 24 horas desnudo, esposado a la cama, con los brazos dormidos y muerto de frío comenzó a escuchar por la ventana de su celda un megáfono que decía:

- ¡¡Dejen de torturar a los críos!! - ¡eran las madres! que venían desde Madrid a la cárcel de Zamora… y en unas horas la dirección de centros penitenciarios dio la orden de desatar a los chavales de sus camas y de devolverles la ropa (antes de que llegase la prensa)

Los Poderes ante esta presión comenzaron a dar otras soluciones como la metadona, las granjas de desintoxicación… y en todo este proceso aquellas madres comenzaron a aprender a leer, a escribir, a leer el periódico, a informarse… y se dieron cuenta que las cárceles estaban llenas de pobres, y que sus hijos no eran victimas solo de la droga, sino de un sistema injusto y desigual, y comenzaron a entender de política, de economía ¡descubrieron lo que era el FMI, el Banco Mundial, la globalización! ¡Y partieron en autobuses hasta Bruselas! Ellas… que no habían salido del barrio, que creían que Maastrich era una crema de manos… habían llegado hasta Bruselas.

Pero la maravilla de esta historia no es esto. La maravilla de esta historia es que en esos autobuses ¡iban mujeres alegres! ¡Y cantaban, y recitaban sus poesías, y conocían nuevas amigas, y reían, y bromeaban!... y eran mucho más que “heroínas” de la lucha contra la injusticia… eran felices.

Abrazos

Julio

15 comentarios:

  1. joder, se nota que no lo has pasado. mi hija murio de un linfoma el año pasado. me cago en dios y ojala reviente todo. MIERDAAAAA

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  2. Hola, Marta
    Entiendo tu rabia y tu dolor. Somos humanos y lo pasamos mal a veces. No sé si te servirá, pero tu hijo ha tenido una vida fulgurante y buena. Brindo por ella. Yo también moriré pronto; todos lo haremos. Hagamos algo bueno en honor de la vida y de los que ya no están. Ellos querrían que hiciéramos así, no?
    Si tú murieses mañana, ¿no querrías que tus seres queridos aprovechasen sus vidas? Tu hijo, si te ve desde algún lugar, querrá que tu aproveches también la tuya.
    Te doy un abrazo fuerte!!!
    Rafael

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  3. Marta,todo mi apoyo y cariño,aunque no te conozca..sé q hay q tirar para adelante y ser fuerte y todo eso..pero hay q pasarlo y no todo el mundo es igual para luchar,superar pérdidas...yo no he perdido un hijo,pero te entiendo mucho,pq frecuento hospitales..yo hay veces q no entiendo la psicología...hay cosas q hay pasarlas y no todos lo superan..
    yo no entro en si es "terrible"o no..me callo mi opinión,pq se me van tirar a la yugular,sólo digo q sé de gente q sigue "viviendo"tras morir hijos..pq no les queda más remedio...tiene q ser algo horrible(q sí q sí q para algunso no es tan tremendo)..ver si les pasaba a ellos si eran fuertes y reían...
    hay alguien q me dijo uan vez,todos en la misma situación,ver q se hacia..ole por el q lo lleve de puta madre..pero si todos fueramos iguales y superaramos las cosas igual,no habria tanta desgracias,enfermedades mentales..

    Lo dicho Marta...mucho ánimo y sobre todo mucha fuerza para sobrellevarlo,pq sé q es muy duro...

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  4. Mi más sincero apoyo y comprensión para Marta. También para aquellas madres que perdieron a sus hijos a causa de la heroína. Tengo 41 años y me tocó vivir aquella época muy de cerca. Uno de los chicos de mi pandilla murió joven (o eso creemos) como consecuencia de aquella droga. Es a día de hoy y todavía veo gente en mi barrio afectada por este tema.

    No podemos echar toda la culpa de lo que nos pasa a nuestro entorno, pero la TREC viene a decir que el entorno también influye en los hechos que nos acaecen, en nuestro sistema de creencias y por consiguiente en como nos sentimos. Me sorprendió muchísimo leer que la cultura anglosajona, de la que estamos notoriamente influidos, ve de una manera diferente la pérdida de un hijo a como lo considera la cultura latina. Que conste que yo como latino veo las cosas según mi cultura, es decir, que la pérdida de un hijo es lo peor que te puede suceder. Pues bien, en el entorno anglosajón no es así, se considera que lo peor que puede suceder a una persona es la pérdida de su pareja, con el argumento de que si pierdes a un hijo queda tu pareja para apoyarte, mientras que ante la perdida de la pareja no queda nadie en quién apoyarte.

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  5. La muerte de un hijo hay que pasarla para saber lo que es, sin pasarla no puedes saber como los vas a pasar o como vas a reaccionar. Te lo puedes imaginar, pero no lo sabes...
    La teoria es eso, teoria. Y aunque pienso que se supera, porque de hecho mucha gente lo hace, hay un tiempo de dolor, que yo creo que hay que pasar, y cada persona necesita el suyo, y ese sentimiento en el que echas de menos a esa persona y sabes que no podras estar con ella nunca mas, escuece, es un dolor fisico..
    Hay periodos de la vida en la que si se te ha muerto un hijo, un hermano, tu pareja, una madre... pues son periodos que son una mierda... La vida puede ser maravillosa y hay que intentar vivirla al maximo, pero es normal estar deprimido en estos casos durante un tiempo.

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  6. Todos las experiencias que a compartido Rafael me han servido en mi vida. Muchas gracias

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  7. nada de lo que te digamos por aqui marta, creo que te servira de mucho, eso si,si hay algo en comun en que te decimos todos, es que fuerza y animo para salir adelante pero te dire una cosita antes. yo no he pasado por la muerte de un hijo, pero si por un ser muy querido y ademas muy reciente. creeme cuando te digo que no pasa un dia que no me acuerde de el,pero vivo con el pensamiento de que esta experiencia, les ha pasado y les pasaran a todos lo humanos y te aseguro que con el paso del tiempo, esas personas son de nuevo felices y tu no vas a ser menos y espero que yo tampoco. yo desde que me levanto, pienso que me encantaria que mis seres queridos duraran muuuuucho tiempo, pero acepto que la naturaleza de las personas sea asi con cada uno de nosotros y no hay mas remedio que aceptarlo. me encantaria haberte podido ayudar como han hecho el resto, ojala sea asi

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  8. bueno, ni que decir tiene de que tienes mi total apoyo .te entiendo tanto que seria un placer poderte ayudar, hablar, en fin, desahogarte. pero no olvides una cosa, entiendo que tu dolor no te deja pensar bien, pero aunque parezca que en estos casos no funciona, pensar de manera racional, llegaras a sentir de manera racional tambien y eso es mucho mas soportable creeme. un abrazo marta

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  9. Hola Marta un gran abrazo antes de nada, te diría que te quedaras con las palabras de Rafael creo que son muy buenas y recuerda que no te afecta lo sucedido sino lo que te estas diciendo de lo sucedido que la vida no te da nada que no puedas soportar si piensas bien. Un beso y un abrazo fuerte

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  10. Creo que no hay otro dolor que al cabo de 20, 30 o 60 años siga pinchando el corazón con la misma agudeza que el primer dia. Por mucho que el mundo crezca, cambie, sufra o ría a tu alrededor, el dolor seguirá con la misma fuerza que entró y, personalmente, creo que no se tiene que intentar suavizar ese dolor o ignorarlo. Solo se puede o se tiene que intentar encontrar la manera de vivir con el dolor lo más plácida y tranquilamente posible y cada uno ha de buscar como hacerlo.

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  11. Hola, Shasha
    Esto que dices es tu opción y tu visión y la respeto, pero para mucha gente no es así; no ha sido así.
    La muerte de un hijo no pincha con la agudeza del primer día, para nada. Y por supuesto se puede suavizar ese dolor hasta el punto de no sentir dolor, sino un recuerdo hermoso, un pelín agridulce, pero no mucho.
    Lo que sucede es que si nos decimos esto que te estás diciendo tú, entonces, nuestras emociones serán las correspondientes.
    Desde mi punto de vista lo que dices es respetable, pero ilógico, porque:

    a) ¿el hijo desearía ese dolor o desearía que aprovechásemos la vida?
    b) ¿viviremos mucho nosotros o la vida pasa como un suspiro y dentro de nosotros estaremos bajo tierra?
    c) ¿existen personas a las que amar/ayudar?

    Si nos abrimos a estos argumentos, la cosa cambia sustancialmente.
    Un abrazo!!!!
    Rafael

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  12. Shasha yo no he perdido a un hijo,pero estoy de acuerdo contigo aunque mucha gente no lo esté..com tú dices hay conseguir llevarlo como se pueda cada uno..yo he visto gente perder un hijo y seguir viviendo,como pueden y tirando más o menos bien o eso aparentan y gente q tras mil años,la cara,la expresión,la mirada..cada día denota esa pérdida ni superada(pq eso es imposible superar por mucho q se diga,sino q vean el dicho de q nadie debería enterrar a sus hijos,los abuelos eran muy sabios ) ni bien llevada..pero es q cada uno es como es..y no todo el mundo es igual,pq sino la gente sería toda feliz y llevaría todo bien,la muerte d eun hijo,la separación de la pareja,la muerte de un padre o pareja..etc etc...
    stá claro q cada uno somos como somos y llevamos las cosas lo mejor q podemos...yo no juzgo a nadie,pq entiendo el q sigue viviendo tras la perdida de un hijo bien y el q vive enterrado en vida..
    como alguien dijo,creo en este foro,eso hay q vivirlo..y psarlo..

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  13. de acuerdo rafael q hay mucha gente a la q amar y ayudar y de acuerdo q el hijo noquerría verte asi..pero hay q estar en cada uno..como he dicho..y si todos lo vivieramos de puta madre..no habría depresiones,ni tristezas ni nada..en definitiva,si el dolor q dices se llevara muy bien..PARA Q STARÍAIS LOS PSICOLOGOS?pq cada vez ma´s más gente,para que stárían los psiquiatras?pq están las plantas de psiquiatría llenas?
    sí ,tb es respetable tu postura como psicólogo,pero como digo,si no hubiera penas y la gente estuviera añso y años con depresiones y etc....vuestro trabajo no tendría ningún sentido..ya sé q sí q hay llevarlo lo mejor posible..pero lo digo por gente q he visto perder hijos..y cómo lo llevan..y entre ellso gente superoptimista y alegre q han dejado de sonreir o si sonríen,bueno..de aquella manera..no con el corazón..como digo dice el dicho ese de los abuelos q nadie debería enterrar a sus hijos,pro algo será...digo yo..

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  14. nicolas barber caules22 de septiembre de 2013, 19:09

    Sinceramente la perdida reciente de un ser querido nos llega a originar unos sentimientos de rabia, tristeza, frustración, desesperanza... muy desagradables. Es toda una realidad, como he destacado en otro foro, la muerte la hemos de aceptar como el hecho de nacer, aunque deberíamos matizar el tipo de muerte.

    Una muerte cruel, inesperada, accidental es siempre muy traumática, lo digo por experiencia, comprendo el rencor y rabia que muestra nuestra amiga Marta. Y los primeros meses de esa perdida suelen ser difíciles de soportar.

    A medida que transcurre el tiempo, vamos asimilando esa perdida, o al menos intentamos asimilarla, ya que al principio no lo aceptamos, el tiempo va pasando y mejor si nos sentimos arropados por la gente de nuestro alrededor. Son acontecimientos nada agradables que se ven reflejados en nuestro estado emocional.

    Nicolás

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