domingo, 18 de octubre de 2015

REFLEXIONES DE LUÍS: LA RENUNCIA, LA "EFIMERIDAD" Y LA SEMÁNTICA HACIALA SONRISA.

Las palabras:

"Aunque no pueda hacer esto, siempre podré hacer muchas cosas otras por mí y por los demás."

Son un argumento explicativo a una renuncia. Una renuncia es un ejercicio racional en el que somos conscientes del dolor físico si lo hubiese. Que es el que es. Y el dolor mental o emocional que viene de lo que nos decimos. Con estas palabras que concuerdan con la realidad en cualquier situación lo podemos aminorar.

Las palabras:

"Me encantaría si fuese así pero como no lo es puedo pasar sin ello."

Son la forma de proyectar una preferencia o también una renuncia a nuestra mente.

Observando el posible dolor de la irracionalidad sin abrir su puerta. Con la mano en su pomo. Valorarlo como doloroso. La cabezonería era más dolorosa. Algo así como las palabras:

"No debe ser así y no se puede aceptar." Que muestran falta de concordancia con la realidad entrando en su doloroso habitáculo.

Nos sentiremos según hayamos decidido.

La diferencia entre la queja y la preferencia, o entre lo irracional y lo racionalidad: es que hemos decidido que podemos. Y la realidad es que podemos soportar todo si no nos mata.

Si queremos reflejar la realidad en palabras en la renuncia esta siempre este engranaje mental, este argumento, este esquema de pensamiento. Esta encrucijada de decisión.

Somos nosotros quienes decidimos. En la decisión si o no.

Es recomendable decidir sin nosoportitisoseaestando de quicio. No somos objetivos con nosoportitis.

De todas maneras podemos decidir la opción más desagradable. Por eso es una renuncia. No nos va a matar. Podemos mostrar lo que pensamos y comunicar o informar que es la opción que no nos gusta, pero que se hace usando una creatividad extra con el objetivo de acompañar. Y que se desea y se espera conseguir un buen resultado.

Si siempre es este mismo argumento o momento mental el que debemos observar. Siempre es lo mismo. Entonces podemos acostumbrarnos a él.

Si hay coherencia con la realidad, entonces nuestros sentimientos acompañan también. Y será fácil que podamos poner una sonrisa, pues una sonrisa dice:

Estoy contigo y con las cosas. Deseo que te encuentres bien. Y como es así estoy dispuesto a ceder. Pues yo puedo. Así lo he decidido. Si no renuncio yo ante esto es el otro quien lo hace. Puedo estar bien haciendo esto. Tengo suficiente con esta cantidad. Y me da igual de esto o de lo otro. Lo suplo con creatividad. Soy flexible en cambios de encuadre.

Inventando palabras: Ese matiz lo llamo efimeridad(puedo con cualquier como o de qué). Efímero quiere decir: ahora es así, mañana quizás no. Análogo a lo que Rafael llama bastanteidad(tengo suficiente con cualquier cantidad) No esta escrito el camino. Lo decidimos al andar. Las cosas son efímeras. O subjetivas. Si bien algunas veces los objetos nos dicen cosas que hay que aceptar como reales. Las personas también deciden su realidad y nos la comunican. Y tenemos que aceptarla como también nos gusta que escuchen la nuestra. Estar atento a lo que nos dicen. Y a nuestros sentimientos y a los de los demás. Hoy por tí, y quizás mañana por mí.

 La sonrisa dice también he decidido ir contigo. Y vamos a estar bien. Voy a intentar acogerte a ti y a lo que me digas, al camino que quieras seguir.

Es muy fácil que ese deseo concuerde con la realidad de cualquier persona. Pues a nadie le gusta estar mal. Y a todos nos gusta una sonrisa. Debe ser por eso.

En nuestro interior, nuestro fondo. Desde donde controlamos nuestra persona. Donde unimos materia con pensamiento, fondo y forma, osea significado e imagen, o pensamiento y conducta. Pensamiento efímero de nuestra decisión.

La bondad y el amor resuenan o concuerdan con la realidad con facilidad. Hay adaptación e identificación. Concuerdan con la realidad más fácil que la imposición. No hay adaptación. El amor es la adaptación buscando el disfrute. Es la bondad. Y siempre hay una semántica más armoniosa y mas bella que puede reflejarlo en palabras. Es curioso pero cada cosa tiene su color, cada palabra su tono, y en el fondo de una sonrisa hay un pensamiento con sus palabras si queremos ser conscientes, con una musicalidad, con un sentimiento para dirigir nuestro cuerpo, que también es pauta mediante su observación y decisión de lo que nos decimos. La semántica, si queremos observarla siempre esta presente. Es el cuerpo de nuestro pensamiento.

Por eso estas teorías aciertan de lleno al valorar los pensamientos extremos como tales. Irreales. Al enseñarnos a ampliar los encuadres, pasar de ser deportista a vivir sobre una silla de ruedas, por ejemplo, a ejercer la renuncia. Como se hace. A mostrarnos el color del perfeccionismo. Su dolor. Al enseñarnos que paradójicamente de la adaptación viene el bienestar. 

Todos tenemos programas irracionales inconscientes grabados en nuestro coco. Perfeccionismo de todo tipo:

Necesito sentirme bien: Emocional, necesito buen  trato: en el amor, necesito ser capaz: en los logros. Cuidado con nuestros deseos y su intensidad. Podemos mediar con la vulnerabilidad cero. En la medida que seamos capaces de usar el desapego. Solo puedo disfrutar de lo que puedo prescindir. Podemos ejercitar el arte de justificar la soportabilidad, frente al arte de justificar nuestro dolor o que las cosas no se pueden soportar, que es un ejercicio nefasto. Ser conscientes. Esta ligereza a base de quitarse necesidades puede ser un buen aliado para frenar de intensidad nuestros deseos. Y para dar forma a una sonrisa.

Con argumentos, el ejercicio importante es este. Ya sabemos lógico, útil y realista. Argumentos reales que contradigan a la necesidad. Creerlos y cambian los sentimientos.

El peor de los males es la nosoportitis, y no tenemos que tenerlo miedo, tampoco mata, pues originaría un perfeccionismo emocional o de salud tipo hipocondríaco. Rechacemos o no, que somos libres de hacerlo, sobre todo si la cosa es desagradable, mejor si no fue porque caímos en la nosoportitis, o cuando ya ha pasado. (Esto va a cuento a una cuestión que se planteó en la última tertulia.)

Aplicando de nuevo lo mismo: Rechazar la irracionalidad no por que fuese insoportable, sino por que he decidido hacerlo. Era desagradable. Y si he caído en la nosoportitis, no voy a rechazarme tampoco. Soy irracional como falible que soy. ¿Me rechazaría a mi mismo por haberme equivocado? De nuevo y paradójicamente nuestro maestro el dolor nos puede dar la mejor de las enseñanzas ante lo peor que nos puede pasar. Esa nosoportitis. Su experiencia nos hará sentirla, y sabremos lo que es. Es dolorosa de nuevo. Pero tampoco insoportable. Siempre es lo mismo para cualquier cosa. Siempre podemos retomar el camino.

Si decidimos rechazar o no, es mejor esperar a que pase la nosoportitis. Así no somos objetivos. Y reducimos mucho la probabilidad de rechazar.

Por eso conviene intentar no rechazar, y usar todas las herramientas posibles sobre todo si en nuestra realidad esa persona, cosa o situación es muy habitual, esta presente a menudo, o tengo que verla todos los días. Salvo cuando la situación es muy desagradable. Evidentemente conviene ser mas todoterreno y menos tiquismiquis. Somos cambiantes. Demos oportunidades.

Efimeridad en personas, en cosas, en caminos, en sentimientos. Ampliemos nuestro mundo. Mas riqueza de puntos de vista, de personas, de escenarios, de conocimientos... Me da igual el como, el cuanto, el qué, el quién..., amplío a todos si se puede. O casi todos.

Por lo menos una persona que soporta, acoge a una nosoportitis.

El efecto devastador es el colmo cuando se encuentran dos nosoportitis.

Siempre es lo mismo, pero ¿acaso la vida dejará de ser vida mañana (mientras continuemos)?

Dicen que la trec se olvida. ¿Cuantos hemos escrito registros de nuestros sentimientos, pensamientos y su replanteamiento, para no olvidar? Hay que escribir. Es el ejercicio trec por excelencia. Os invito a ello. A hacer un hueco en nuestro tiempo. Estas cosas son las mejores que nos pueden vender. Y aquí le damos mucha propaganda. ¿Nos entrenamos en gestionar emocionalmente marrones, a base de replantear los vividos? En las tertulias ahora estamos entrando en materia de detección de creencias contraproducentes y su argumentación.

También es muy bueno que lo critiquen para poder ejercitar los argumentos y defenderlos, de nuevo paradójicamente. Por ejemplo en las tertulias. Otro ejercicio de los más potentes. Por eso es bueno asistir a las tertulias.

En las tertulias algunos de nosotros mantenemos encendida la llama del entusiasmo o la afición por las bondades que encierran estas reflexiones, llamémoslas como queráis, trec, psicología, terapia, y esto también es una buena forma de transmisión. Contamos con Juan al que le vemos disfrutar cada en sus charlas. El maestro que disfruta es el que mejor consigue que aprendamos. Nos muestra infinidad de referencias del mundo de la psicología y de su experiencia, muy amplia experiencia en ese ámbito. Asisten más personas del mundo de la psicología, la enseñanza y de la medicina a los que agradecer su presencia. Todos con ganas de fomentar, compartir y de aprender estos tesoros. Brindan una referencia eficaz y realista terapéutica a los demás.

Todo ello puede fomentar nuestro ejercicio, que tenemos que ser nosotros al final, para arraigar los esquemas de la fortaleza emocional y nuestra felicidad. Nuestro progreso personal.

Pero los mejores ejercicios de fortaleza nos los brinda la vida. La renuncia es práctica de vida, conductual, emotiva y cognitiva, para la fortaleza emocional. La probabilidad de que toque es del 50 por ciento, uno entre dos. Teniendo en cuenta que las posibilidades son dos, el sí y el no. En la medida que deseemos convivir con los demás.

Un abrazo amig@s.

1 comentario:

  1. Luís qué lujazo que escribas en nuestro blog!!!
    Un fuerte abrazo a ti, a Juan y a todo el grupo de tertulias de León por el trabajo que estáis haciendo, increíble!!!

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