domingo, 10 de octubre de 2010

ESTAR BIEN EN BARCELONA

Yo tengo mi consulta en Barcelona, cerca de la calle Enrique Granados, una de las zonas más hermosas del Eixample. Cuando, por las mañanas, llegó allí con mi bicicleta y contemplo los enormes árboles plataneros que adornan las calles, me lleno de alegría. Me gusta mi ciudad.


Pero no siempre ha sido así. Recuerdo una época, hace muchos años, que me quejaba de vivir en Barcelona. Acababa de volver de cursar estudios en una universidad británica, en el precioso campus de la universidad de Reading. Allí vivía en una residencia universitaria que era una antigua mansión, rodeada de campos verdes y lagos. Todo estaba limpio y casi no pasaban coches por la calle. Era un auténtico paraíso tranquilo y hermoso que además gozaba de la animación de las fiestas universitarias y demás movidas estudiantiles.


A mi regreso a Barcelona, veía las calles de mi ciudad sucias, ruidosas, llenas de cacas de perro y me ponía de mal humor. Recuerdo que solía declararlo en las conversaciones entre amigos: “¡No me gusta nada Barcelona! ¡Es un asco! Debería irme a vivir a un lugar civilizado como Inglaterra!” Así estuve muchos años hasta que decidí cambiar el chip. Ahora puedo decir que adoro mi ciudad. Es verdad que tiene sus defectos, pero también tiene cosas maravillosas: el tiempo es simplemente fantástico, su arquitectura es muy bella, tenemos el mar aquí mismo, las montañas muy cerca...


Desde hace un tiempo, he decidido prepararme para estar bien en cualquier lugar del mundo. Me imagino en Alaska y pienso que, de vivir allí, aprovecharía cada una de las cosas buenas del lugar. Por supuesto, aprendería a esquiar bien, quizás cazaría en las montañas, pescaría en sus ríos.. Si habitase en China, investigaría sobre las oportunidades que se dan allí y me centraría en ellas. Donde sea, en cualquier sitio, hay una magia propia del lugar, una poesía autóctona que podemos apreciar. Como siempre, para sentirnos bien, ¡tenemos que fijarnos en lo que poseemos y no en lo que nos falta! Así, podremos estar bien allá donde nos encontremos.

5 comentarios:

  1. Rafa, como siempre tienes razón. Si pudiéramos racionalizar más esa idea seguro que seriamos más felices. Tu comentario me ha hecho recordar algo en lo que hacia tiempo no pensaba.

    Hace unos tres años tuve la oportunidad de viajar a la India. Estuve unos días en Dheli, sabia que iba a un país pobre pero jamas pensé lo que allí me encontraría, me quede realmente impresionada. Aquellas personas no tienen absolutamente nada material, viven literalmente en la calle, los niños corren descalzos junto a los coches pidiendo cualquier cosa que les puedas dar, las mujeres se acercan a los baños o a cualquier otra parte donde poder recoger limosna de los turistas. Los barberos y los dentistas hacen su trabajo en la calle, con un trozo de espejo roto pegado a la pared. Los autobuses van tan llenos que la gente incluso viaja en el exterior sentada en el techo del mismo.
    El majestuoso Thaj Majal se encuentra en la ciudad de Agra, a unas cuatro horas de la capital, están orgullosos de él, es lo único en lo que invierte el estado, en una ciudad que es un autentico vertedero lleno de basura donde las sagradas vacas van camino a ninguna parte.
    Sin embargo ellos son felices, estoy segura de ello, se les ve en la cara cuando se descalzan (los que tienen la suerte de tener zapatos) y entran en le templo para empezar con sus rezos.

    Ahora pienso que estar allí fue una auténtica lección de vida, que todos deberíamos tener la oportunidad de ver algo así, nuestros niños también, somos materialistas y nunca estamos satisfechos con todo lo que tenemos, si pudieras desprendernos aunque fuera solo un instante de los grandes placeres y comodidades de la vida, empezaríamos a disfrutar de los pequeños, como contemplar un cielo estrellado, la sonrisa de un niño, o del sol en la cara en una fría mañana de invierno, para eso que más da donde estemos, en Barcelona, Delhi, o Alaska, en todas partes los cielos son hermosos.

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  2. Me ha encantado este artículo, me siento super identificada, yo veraneo en Castilla y también intentamos escaparnos a Cantabria unos días, pues bien yo allí estoy encantada en medio de la naturaleza, salgo a pasear por la mañana al campo y me encuentro vaquitas, caballos... veo muchos pájaros diferentes... para mi ver animales en la naturaleza es como un milagro, es genial. Pues bien, cada año cuando vuelvo de vacaciones y llego a Barcelona, me pongo de mal humor, otra vez vuelven las prisas, estamos encerrados en los pisos como si fueran jaulas y como mucho oigo cantar al canario del vecino..., (venga quejas y quejas…) entonces aparecen las dudas, debería cambiar de ciudad?, es esto una manera de vivir?, pues bien, este año también me puse de mal humor al venir de vacaciones, pero aplicando las enseñanzas de Rafa he cambiado el chip.

    La gran ciudad tiene algunos inconvenientes pero también tiene cosas que no las vamos a encontrar en otro sitio porque son únicas. Me he esforzado por ver esas cosas. Por ejemplo una de las cosas que realmente hay que apreciar es que salgamos a la hora que salgamos a la calle siempre vamos a encontrarnos con gente, eso es genial. Es muy difícil sentirse sólo en la gran ciudad porque tienes miles de oportunidades de entablar conversaciones con muchas personas y eso es muy guay. También la gran ciudad nos ofrece miles de cosas para hacer, cursos, conferencias... en un pueblo perdido en la montaña eso es más difícil verdad? Y además el clima de Barcelona, podemos disfrutar muchos días al año de un sol magnífico, de un invierno super cálido…. Bueno éstas son algunas de las cosas que yo me digo, pero hay muchas más, es verdad que no me voy a encontrar en la calle con mis vaquitas o caballos pero por el contrario tengo otras oportunidades para disfrutar… y seguro que si nos esforzamos hay oportunidades en cualquier sitio del mundo. Como dice Rafa hay que dejar de quejarse y fijarnos en lo que tenemos y no en lo que no tenemos…

    Chicos, qué bien que se anime este foro tan guay eh?, ya hay nuevas incorporaciones: Lola, Damián… genial que los chicos también se animen, por cierto Josep antes escribías mucho, echamos de menos tus comentarios a los últimos artículos. Silvia y Eugenia unas cracks, siempre ahí aportando cosas, chicas sois geniales. Es muy bonito y muy especial Silvia lo que has escrito sobre tu viaje a la India, da mucho para reflexionar... Eugenia con la fuerza y energía que transmites la ansiedad te va a durar una exhalación, imposible que pueda contigo, aunque si no se fuera tampoco sería un problema tan grave verdad?.

    Un besazo a todos,

    Mónica

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  3. Me chifla entrar aqui y "encontrarme con vosotros/as" (sobre todo Silvia y Mónica, que se son una fuente de inspiración).
    Además de leer y reflexionar los post de Rafael, disfruto con los comentarios y las aportaciones que me enseñan mucho.

    Es totalmente cierto todo lo que decís. En mi caso, yo sigo enamorada de mi ciudad, pero he estado tan inmersa en mis neurosis, alteraciones y pensamientos irracionales que he dejado de disfrutarla. Aunque cada día la vuelvo a redescubrir un poquito y me dejo seducir por lo que me ofrece, que es muchísimo. Tan solo falta que yo esté atenta, el resto viene rodado. Como la vida!

    Aunque no diré que unos de mis proyectos es marcharme a un lugar más tranquilo, con caballos y vaquitas como las de la Cantabria de Mónica, pero mientras llega...a disfrutar de mi cosmopolita y multifacética Barcelona.

    Por cierto, llevo 2 días mucho mejor. Quiero compartirlo y agradecerlo, ya que, seguro, teneis algo que ver :)

    Un abrazo super grande!!
    Eugènia

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  4. Soy de Madrid y no me gusta vivir allí, por eso vivo en Barcelona, que al menos es más pequeña. Madrid, como Barcelona tiene cosas buenas, peor digamos que las malas de Madrid me pesan mucho.

    No soy de la misma capital, sino de un pueblo/barrio alejado de ésta. Un lugar donde he podido tener una infancia plena y libre. Desde pequeño, ir a Madrid es ir a estar encerrado y salir para cosas muy concretas.

    Lo malo es que si quiero trabajar, en este país, de lo mío, casi es imposible trabajar fuera de Madrid o Barcelona, así que puestos a elegir... Barcelona, donde a un tiro de piedra del centro estoy en las afueras, en zonas más tranquilas. Vivo en Sant Andreu y estoy a 10 minutos en metro del centro.

    Cierto es que Madrid tiene muchas cosas buenas, cosas que echo de menos aquí en Barcelona (sin contar amigos y familia), pero bueno, aún no he encontrado mi lugar o la forma de vivir completamente en el que sea.

    Me gusta vivir donde puedo saludar a alguien estando a 20 metros de distancia y nadie piense que estoy loco, jajaja.

    Felicidades pro el blog y un saludo!

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  5. Hola Pablot, el encontrar tu sitio en Madrid, Barcelona o donde sea, depende de ti. Si estamos fuertes emocionalmente estaremos bien en cualquier sitio. Trabajando lo podemos conseguir!!!

    Un beso y gracias por seguir el blog.

    Mónica

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