miércoles, 29 de septiembre de 2010

UNA DOSIS DE REALIDAD

Hace unos años viví una experiencia que me enseñó un poco más a enfrentar la muerte sin temor. En aquellos días, mi padre sufrió una embolia. Le hicieron unas pruebas y supimos que le debían hacer varios bypasses coronarios, una intervención quirúrgica mayor que consiste en cortar el esternón para llegar a las arterias cercanas al corazón. El cirujano reemplaza la zona de las arterias parcialmente bloqueadas con segmentos de otras venas o arterias.

 Para toda la familia fue un shock. Todo fue muy repentino. Era un hombre muy sano que nunca había pisado un hospital y, de un día para otro, ingresaba de urgencias con pérdida de la movilidad a causa del ictus y le programaban urgentemente una intervención arriesgada en el corazón.

 Recuerdo que el día antes de la operación, la familia estuvo a su lado en la habitación del hospital. Éramos varios: mi hermano Gonzalo, mi madre… Llevábamos toda la tarde allí intentando distraer a mi padre, hablando de naderías. También intentamos desdramatizar la intervención, inyectarle confianza:

 -         El médico que te va a operar hace más de cinco operaciones al día. ¡Ha debido hacer miles iguales que la tuya! Para él está chupado –dije yo.

 Y mi madre:

- Es la misma operación que le hicieron a Johan Cruyff en la década de 1990 y mira qué bien está ahora.

 Pese a esos esfuerzos para calmarnos, el ambiente estaba muy enrarecido. Era la primera vez en mi vida que veía a mi padre asustado. Se le notaba, aunque él también intentaba disimular. Parecía que faltaba el aire en la habitación. Estábamos todos mal.

 Quedaba, más o menos, una hora de visita. Después, nos tendríamos que ir, y mi padre y su compañero de habitación intentarían conciliar el sueño. A la mañana siguiente, temprano, empezaría una jornada decisiva.

 Allí estábamos los miembros de la familia, fatigados y nerviosos, intentando darle conversación a mi padre, cuando de repente, mi hermano Gonzalo exclamó en voz muy alta:

 -         ¿Sabes, papá? Y si la operación de mañana no sale bien y te mueres… ¡Al carajo! ¡¡De algo hay que morirse, joder!!

 … Se hizo un silencio inmediato… Incluso los familiares del compañero de habitación de mi padre callaron. Yo pensé: “¡Dios mío, se ha vuelto loco! ¿Qué narices está diciendo?”

 Pero, entonces, mi padre cambió de semblante. Recuerdo que se le borraron todas las arrugas de su cara, sonrió y dijo:

 -         Tienes razón, hijo. ¡De algo que morirse!

 A partir de aquel instante, ¡plof! cayó el espeso manto que nos enturbiaba el corazón. Desapareció la espesa niebla. El resto de la tarde fue muchísimo mejor. Por primera vez en todos los días que mi padre llevaba ingresado en el hospital a la espera de la intervención, se le veía relajado, incluso contento. Y también los demás.

 De alguna forma, aquel arrebato de mi hermano nos abrió a todos la mente. ¡Era cierto! La muerte nos puede llegar en cualquier momento y si es mañana, ¡pues muy bien!, ¡que sea mañana! Brindemos por la vida … ¡y por la muerte! Lo importante es disfrutar de la existencia, no cuánto va a durar.

 Tengo que añadir que la operación salió estupendamente y mi padre está vivito y coleando. Espero que lea estas líneas y se ría conmigo un rato de la parca.

 Yo, personalmente, no quiero que me entierren. Cuando muera, quiero donar mi cuerpo a la ciencia. Si es posible, que lo dediquen a las clases de anatomía de los jóvenes estudiantes de primero de medicina. Que algún jovencito abra mis tripas y aprenda que hay por allí dentro.

 En cuanto a ceremonias, sólo una. Que mis familiares y amigos se vayan a tomar unas copas y brinden en mi memoria por mi querida amiga, la muerte, la hermana gemela de la vida.

5 comentarios:

  1. Hoy me estreno en el Blog, hace algunas semanas que Rafa me ayuda con mi ansiedad y creo que he prosperado mucho. En cada nueva entrada del Blog me sorprendo con una nueva forma de ver las cosas, también de la respuesta de todos vosotros, amigos que podeis entender que es esto y me ha ayudada el saber que no soy la única que terribilizo en ocasiones, mi filosofia de vida esta empezando a cambiar pero tengo que seguir practicando para conseguir ser tan fuertes como vosotros, ya me he marcado ese objetivo como el primero y estoy convencida de que lo conseguiré!!
    Rafa, leyendo la historia de tu padre, has conseguido arrancarme una sonrisa, en una cuestión tan seria como la posibilidad de perder a alguien querido, sigue costándome mucho tener una actitud positiva, pero al final se trata de eso, disfrutemos de cada momento tampoco podemos cambiar lo que haya de venir.
    Por cierto yo también vi la entrevista a Buenafuente, teneis razón en que no deberiamos verlo como un monstruo, pero personalmente me ayudo la metáfora, no por que le tenga miedo, sino porque es una forma de verlo materializado y me es más facil poder decirle: "Tu monstruo insignificante del ahogo, o de la taquicardia, molesta a otro, pirate de aqui, conmigo ya no tienes nada que hacer" y veo como el supuesto monstruo se va desvaneciendo desapareciendo en la nada......

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  2. El pasado lunes Rafael inició su ciclo de conferencias, en la sala no cabía ni un alfiler, hubo hasta problemas con las sillas... eso es una gran noticia y es que cada vez somos más los que tenemos ganas de aprender a ser un poco más felices...

    En la conferencia Rafael invitó a quien quisiera a que comentara algún tema que le interesara, para así discutirlo todos juntos. Pues bien, dos señoras muy valientes comentaron dos situaciones por las que estaban pasando. Una señora había perdido a su pareja después de muchos años de convivencia y la otra señora había perdido a su hijo de 27 años sólo hacía unas semanas, su hijo había fallecido de muerte súbita. Cuando esa mami explicó casi sin poder hablar, lo mal que se encontraba, en la sala se hizo un silencio...

    Personalmente yo pensé: esta mujer ahora lo tiene un poco más difícil para ser feliz e inmediatamente me dije a mi misma: cómo puedo preocuparme yo tantas veces por cosas tan poco importantes y no ver más allá?, esta reflexión también se la hicieron las amigas que junto conmigo estaban en la conferencia.... y me imagino que todos los que estábamos en la sala...

    La experiencia de esa mami fue un gran aprendizaje para todos, nos hizo por un momento ver la realidad de la vida. No somos inmortales y en cualquier momento vamos a morir, nosotros y las personas que nos rodean.

    Rafael tuvo unas palabras muy bonitas para esa señora, aún en esa situación difícil pueden nacer flores y ella podrá poner flores en un futuro en otras personas que puedan pasar por esa misma situación. El duelo hay que pasarlo, pero según Rafa tenemos que pensar que los seres que nos quieren y que se van no nos querrían ver nunca tristes... Por tanto sólo por eso, nos tenemos que esforzar en volver a buscar la felicidad. La muerte es una cosa natural, un estado neutro que tenemos que aprender a aceptar y mientras llegue intentar disfrutar de la vida.

    Sabios consejos verdad?, animo a los que no habéis ido nunca a las conferencias de Rafa a que vayáis porque son un gran aprendizaje y a los que vais asiduamente a que abramos, después de cada conferencia en el blog de Rafa, un foro para comentar la jugada. Puede ser muy interesante y divertido!!!

    Un abrazo,

    Mónica

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  3. Yo estuve en la conferencia del lunes, estoy totalmente de acuerdo con Monica, fue fantástica!.

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  4. Hola Silvia, qué guay que la gente se anime a escribir!!!, sabes lo que me funciona a mi para apartar la ansiedad?, yo cada vez que hay algún indicio de que viene el mal rollo, me digo a mi misma: "es sólo humo, no me va a pasar nada malo porque es sólo humo, aunque lo peor que me podría pasar es que me muriera, pues venga!!! adelante, me muero y punto!!!!", oye así me dura muy poquito el pensamiento malo. Lo más importante es perseverar en los deberes que nos pone Rafa, ya verás que bien que va a ir todo.

    Un beso,

    Mónica

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  5. Hola a todas/os!
    yo también estuve en la conferencia y como siempre, salí con una inyección de "buen rollo", con un poco más de ánimo para afrontar la semana.

    Silvia, Mónica, me alegra saber que no soy la única que tiene estos problemas con la ansiedad (bueno, mi hermana también, pero ella lo vive de forma diferente a la mia) y aunque, comencé a ir a Rafael por otro trastorno, este tema me sigue acompañando desde hace mucho tiempo.
    A mi me funciona mucho lo del "humo", y también el ponerme seria conmigo misma cuando veo que empiezo a perder el control, por ejemplo, en el bus me pongo fatal, y me dan ganas de gritar al conductor que vaya volando al hospital que me estoy muriendo, después pensar estas chorradas un rato me planto y me digo: Eugenia! basta ya! haz el favor de comportarte como una persona normal y sé racional una vez en la vida!!
    Bueno, tengo una larga conversación conmigo misma, y al final me fijo más en la bronca que me pego que en el mareo, los cosquilleos, la opresión del pecho, etc...

    Ánimo a todas/os, que poco a poco lo superaremos, para eso contamos con nuestro Rafa, y si no...pues a la m.. que la vida tampoco dura tanto, no?? ;P

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