domingo, 12 de junio de 2016

REFLEXIONES DE MÓNICA SIMÓN: LA DEPENDENCIA EMOCIONAL


Estos últimos meses he vivido dos rupturas sentimentales de dos amigas muy cercanas, las dos llevaban muchos años con sus parejas y de repente en los dos casos ha sido su pareja quien decidió sin esperarlo romper la relación.

En uno de los casos una de mis amigas decidió que era culpa suya el que su pareja se marchara, defendía la conducta de su pareja porque ella no había estado a la altura de las circunstancias y no le había sabido cuidar lo suficiente... se decía a si misma que ella era un desastre en todo y que se merecía lo que le estaba pasando. La culpa y la desesperación la invadieron y mi amiga entró en una profunda depresión donde se quedó vacía completamente de contenido, ella entregó su corazón y su vida a su pareja y, cuando él se fue perdió su esencia y su motor, su pareja se había convertido en el sentido de su vida y lo había perdido.

Han pasado algunos meses hasta que mi amiga ha empezado a remontar y a darse cuenta de que todo lo que se decía a si misma sobre este tema era muy irracional, a darse cuenta que la culpa no tiene ningún sentido de ser y que nuestra esencia como personas no se la podemos entregar a nadie. No podemos dar tanto valor a lo que los demás puedan decir o pensar de nosotros. No podemos entregar nuestra vida a otra persona, nosotros somos el motor de nosotros mismos y aunque podemos compartir nuestro corazón la propiedad del mismo es sólo nuestra. Tenemos que confiar en nosotros mismos, no necesitamos a nadie para dar sentido a nuestra vida.

El segundo caso es un poco diferente, ante esa ruptura inesperada mi otra amiga decidió que su pareja se iba a enterar, la rabia la poseyó y empezó a actuar desde la más profunda rabia haciendo cosas irracionales para perjudicar a su pareja, te intentaba convencer constantemente que ella estaba en posesión de la verdad y así lo debía saber todo el mundo. Su objetivo vital absorbente pasó a ser el perjudicar a su expareja porque no podía soportar que hubiera decidido separarse. 

En este caso no apareció como primera emoción la culpa pero si la rabia, desde la rabia podemos tener conductas muy irracionales que justamente no nos beneficiarán en nada más que en tener una relación nefasta con nuestra expareja. Mi amiga poco a poco también ha ido aceptando lo que le ha pasado y ha dejado de obsesionarse un poquito con este tema, viendo que detrás de su expareja existe un mundo maravilloso. Ha ido entendiendo que cada cual es dueño de su vida que no podemos controlarlo todo y que las adversidades no nos queda otra que aceptarlas para superarlas.

Fijaros que son dos maneras muy distintas de afrontar la misma adversidad, una desde la culpa y otra desde la rabia sin embargo el problema de fondo es el mismo, es la dependencia emocional. Entregamos nuestra vida y nuestra alma a nuestra pareja y ésta se convierte en el motor de nuestra existencia. Necesitamos a nuestra pareja ya no sólo para ser felices sino para sobrevivir, nos convertimos en personas dependientes emocionalmente.

Nosotros somos los únicos propietarios de nuestra vida, de nuestra esencia y tenemos que aprender a confiar en nosotros mismos. Muchas veces en la vida nos vamos a equivocar con nuestra pareja, con nuestros hijos, en el trabajo... nos tenemos que hacer responsables de nuestras equivocaciones pero nadie, ni nosotros mismos, podemos cuestionar nuestra esencia por las conductas que tengamos o hayamos podido tener así como tampoco podemos cuestionar la esencia de las otras personas por sus conductas.

No nos podemos perder el respeto a nosotros mismos, no necesitamos a nadie para ser felices y si lo creemos podemos trabajar el convencernos de que eso no es así. La dependencia emocional nos puede dar mucho sufrimiento y ya no digamos si la persona de la que eres dependiente es un abusador verbal o físico...

Trabajar nuestra aceptación incondicional es la clave para dejar de ser dependientes. Las adversidades forman parte de nuestra vida, una ruptura sentimental y más si es provocada por la pareja y no por nosotros no nos va a gustar, vamos a sufrir pero hay que intentar que ese sufrimiento dure poco, tendremos que pasar un proceso de duelo hasta aceptar lo que nos está pasando, pero si tenemos claro nuestro valor y nuestra esencia como personas sufriremos mucho menos, seremos capaces de remontar y de volver a disfrutar de todas las cosas que nos ofrece la vida.

Y lo más importante una ruptura sentimental cada uno la pasa como puede con sus propias herramientas, pero de todo amigos se puede salir podemos tardar más o menos pero se sale!!

Os recomiendo para trabajar la dependencia emocional todos los libros sobre este tema de Silvia Congost y de Walter Riso.

Un beso a todos,


Mónica

2 comentarios:

  1. Muy interesante tu comunicación sobre la dependencia emocional como una forma de apego, de real infelicidad...También es muy valiosa la recomendación de los libros de Silvia Congost y del profesor Riso. Muchas gracias, Mónica. Un abrazo.

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  2. Gracias a ti Santiago, un fuerte abrazo!

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