Estos últimos meses he vivido dos
rupturas sentimentales de dos amigas muy cercanas, las dos llevaban muchos años
con sus parejas y de repente en los dos casos ha sido su pareja quien decidió
sin esperarlo romper la relación.
En uno de los casos una de mis
amigas decidió que era culpa suya el que su pareja se marchara, defendía la
conducta de su pareja porque ella no había estado a la altura de las
circunstancias y no le había sabido cuidar lo suficiente... se decía a si misma
que ella era un desastre en todo y que se merecía lo que le estaba pasando. La
culpa y la desesperación la invadieron y mi amiga entró en una profunda
depresión donde se quedó vacía completamente de contenido, ella entregó su
corazón y su vida a su pareja y, cuando él se fue perdió su esencia y su motor,
su pareja se había convertido en el sentido de su vida y lo había perdido.
Han pasado algunos meses hasta
que mi amiga ha empezado a remontar y a darse cuenta de que todo lo que se
decía a si misma sobre este tema era muy irracional, a darse cuenta que la
culpa no tiene ningún sentido de ser y que nuestra esencia como personas no se
la podemos entregar a nadie. No podemos dar tanto valor a lo que los demás
puedan decir o pensar de nosotros. No podemos entregar nuestra vida a otra
persona, nosotros somos el motor de nosotros mismos y aunque podemos compartir
nuestro corazón la propiedad del mismo es sólo nuestra. Tenemos que confiar en
nosotros mismos, no necesitamos a nadie para dar sentido a nuestra vida.
El segundo caso es un poco
diferente, ante esa ruptura inesperada mi otra amiga decidió que su pareja se
iba a enterar, la rabia la poseyó y empezó a actuar desde la más profunda rabia
haciendo cosas irracionales para perjudicar a su pareja, te intentaba convencer
constantemente que ella estaba en posesión de la verdad y así lo debía saber
todo el mundo. Su objetivo vital absorbente pasó a ser el perjudicar a su
expareja porque no podía soportar que hubiera decidido separarse.
En este caso
no apareció como primera emoción la culpa pero si la rabia, desde la rabia
podemos tener conductas muy irracionales que justamente no nos beneficiarán en
nada más que en tener una relación nefasta con nuestra expareja. Mi amiga poco
a poco también ha ido aceptando lo que le ha pasado y ha dejado de obsesionarse
un poquito con este tema, viendo que detrás de su expareja existe un mundo
maravilloso. Ha ido entendiendo que cada cual es dueño de su vida que no
podemos controlarlo todo y que las adversidades no nos queda otra que
aceptarlas para superarlas.
Fijaros que son dos maneras muy
distintas de afrontar la misma adversidad, una desde la culpa y otra desde la
rabia sin embargo el problema de fondo es el mismo, es la dependencia
emocional. Entregamos nuestra vida y nuestra alma a nuestra pareja y ésta se
convierte en el motor de nuestra existencia. Necesitamos a nuestra pareja ya no
sólo para ser felices sino para sobrevivir, nos convertimos en personas
dependientes emocionalmente.
Nosotros somos los únicos
propietarios de nuestra vida, de nuestra esencia y tenemos que aprender a confiar
en nosotros mismos. Muchas veces en la vida nos vamos a equivocar con nuestra
pareja, con nuestros hijos, en el trabajo... nos tenemos que hacer responsables
de nuestras equivocaciones pero nadie, ni nosotros mismos, podemos cuestionar
nuestra esencia por las conductas que tengamos o hayamos podido tener así como
tampoco podemos cuestionar la esencia de las otras personas por sus conductas.
No nos podemos perder el respeto
a nosotros mismos, no necesitamos a nadie para ser felices y si lo creemos
podemos trabajar el convencernos de que eso no es así. La dependencia emocional
nos puede dar mucho sufrimiento y ya no digamos si la persona de la que eres
dependiente es un abusador verbal o físico...
Trabajar nuestra aceptación
incondicional es la clave para dejar de ser dependientes. Las adversidades
forman parte de nuestra vida, una ruptura sentimental y más si es provocada por
la pareja y no por nosotros no nos va a gustar, vamos a sufrir pero hay que
intentar que ese sufrimiento dure poco, tendremos que pasar un proceso de duelo
hasta aceptar lo que nos está pasando, pero si tenemos claro nuestro valor y
nuestra esencia como personas sufriremos mucho menos, seremos capaces de
remontar y de volver a disfrutar de todas las cosas que nos ofrece la vida.
Y lo más importante una ruptura
sentimental cada uno la pasa como puede con sus propias herramientas, pero de
todo amigos se puede salir podemos tardar más o menos pero se sale!!
Os recomiendo para trabajar la
dependencia emocional todos los libros sobre este tema de Silvia Congost y de Walter Riso.
Un beso a todos,
Mónica
Muy interesante tu comunicación sobre la dependencia emocional como una forma de apego, de real infelicidad...También es muy valiosa la recomendación de los libros de Silvia Congost y del profesor Riso. Muchas gracias, Mónica. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias a ti Santiago, un fuerte abrazo!
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