domingo, 12 de julio de 2015

REFLEXIONES DE PILAR G: DISFRUTAR EL PRESENTE


A menudo cuando se habla de vivir el momento presente se confunde la idea de disfrutar el aquí y ahora con el hedonismo a corto plazo, pero se trata de dos conceptos bastante distintos.

Cuando hablamos de hedonismo a corto plazo, nos referimos a la tendencia que todos tenemos a buscar el placer inmediato y a evitar el dolor. Esta tendencia, salvo que seamos masoquistas, es completamente normal, sin embargo, es importante hacerlo sin perder de vista el futuro, porque a lo mejor eso que nos proporciona tanta gratificación ahora, a largo plazo tiene consecuencias que nos perjudican.

Muchos se dejan arrastrar por la satisfacción inmediata, porque piensan que hay que vivir a tope el momento presente, ya que a lo mejor mañana están muertos. Puede que estén en lo cierto, pero también es posible que lleguen a vivir más de lo previsto, así que, por si acaso, disfrutemos con moderación de aquello que nos gusta y hagamos un balance coste-beneficio a largo plazo.

A mí, por ejemplo, me encantan los dulces, pero si todos los días me atiborro a pasteles, llegará un momento que ya no me produzcan placer y que mi salud se vea seriamente perjudicada, por tanto, el coste a largo plazo será muy alto y no obtendré ningún beneficio. Lo ideal sería que tomase un pastel de vez en cuando, así no me saturaré y podré seguir disfrutando mucho tiempo del placer que me produce, además mi salud lo agradecerá.

Por otro lado, disfrutar el aquí y ahora, es centrar toda nuestra atención en lo que estamos haciendo en el momento presente con el fin de apreciarlo y disfrutarlo con intensidad. Eso supone estar con los cinco sentidos y toda nuestra energía puestos en lo que nos ocupa en cada instante y no pensando en lo que hicimos ayer ni en lo que tendemos que hacer dentro de unas horas, mañana o dentro de un mes.

Por ejemplo, si estoy hablando con un amigo por teléfono, para disfrutar plenamente de la conversación tendré que estar concentrada por completo en lo que me está contando y en lo que yo le estoy contando a él. No puedo disfrutar de la misma manera si a la vez pienso en lo que he dejado pendiente en el trabajo o en los recados que tengo que hacer mañana por la tarde. Y si a eso añadimos que mientras hablo por teléfono, estoy conduciendo, trabajando o haciendo la compra, la distracción aumenta y el disfrute se reduce mucho más.

No pensar en lo que haremos más tarde no significa que no podamos dedicar tiempo, por ejemplo, a crear un nuevo proyecto de trabajo o a planificar las próximas vacaciones. Disfrutaremos enormemente de esto, siempre y cuando estemos centrados al cien por cien en lo que estamos haciendo en ese preciso instante, es decir, en crear o en planificar.

Pero, sin duda, lo que más interfiere a la hora de disfrutar el aquí y ahora es quedarnos atrapados en el pasado, sintiéndonos culpables, avergonzados o victimas de lo que ocurrió hace tiempo, y anticipar con ansiedad posibles desgracias futuras. Cuanto más vulnerables y emocionalmente débiles nos encontremos, más tiempo pasaremos en el pasado y en el futuro, y menos permanecemos en el presente.

Por tanto, son síntomas de buena salud mental vivir cualquier tarea que estemos llevando a cabo en el momento presente con atención, plenitud, entusiasmo e intensidad, y apostar por un hedonismo a largo plazo, en lugar de pensar solo y exclusivamente en obtener placer inmediato sin considerar las consecuencias negativas a largo plazo.


2 comentarios:

  1. Muchas gracias Mónica, qué claro lo dices todo, como siempre me ha encantado.

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  2. Esto hay que enseñarlo en los colegios. Es clave para vivir mejor.

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