Hoy me gustaría compartir con vosotros una anécdota. El pasado sábado con un grupo de amigos teníamos planeada una excursión. Más o menos una vez al mes desde no hace mucho tiempo salimos a la montaña con esos amigos. En esta ocasión la excursión pintaba muy muy bien, se trataba de hacer una caminata de unas cuantas horas por el Cap de Creus.
Pues bien, durante la semana empezaron los rumores de lluvias torrenciales por toda Catalunya, con lo cual la gente del grupo empezó a darse de baja diciendo cosas como: “Estaríamos locos si vamos en esas condiciones (tengo que decir que son excursiones súper fáciles, no es alpinismo ni mucho menos...), mirad lo que anuncia el tiempo..., es imposible ir allí, sólo se puede apreciar la belleza de la zona en un día con sol... “
Bueno, poco a poco se fue sembrando este clima de desánimo hasta que al final el guía de esta excursión anunció que: “ni hablar, no pienso salir y el sábado me quedaré en casa durmiendo, un día así es para estar en casa y punto”.
A todo esto otras dos amigas y yo decíamos: “Pero bueno, si todavía falta mucho para el sábado, quizás los del tiempo se equivocan, pero y si llueve ¿ qué problema habría?, pues si vemos que la cosa se pone fea nos metemos en un bar a tomar unas cervezas o bien nos vamos a Figueres a ver el Museo Dalí, además la lluvia puede ser muy guay...”
Como veis manteníamos diálogos internos completamente diferentes. Total que al final estas dos amigas y yo decidimos que el sábado lloviera o tronara salíamos de excursión tal y como lo teníamos planeado. Eso sí, el objetivo era echar unas risas las tres juntas y disfrutar de la naturaleza, si la lluvia nos lo permitía y si no pues no pasaba nada.
Así que nos fuimos!!, pero como el guía del Cap de Creus nos había fallado nos fuimos a hacer otra ruta, nos fuimos a la Noguera, a Lleida, al Congost de Mont-Rebei que era una excursión que conocía una de mis amigas.
Salimos de Barcelona diluviando pensando que allí no llovería tanto... Pero no, allí llovía bastante y estuvo lloviendo todo el día, pero nos pusimos nuestras capas para la lluvia y nos fuimos al Congost de Mont-Rebei a hacer la ruta tan contentas!!
Os tengo que decir que ha sido una de las excursiones más impresionantes que hemos hecho porque al llover el río Noguera Ribagorçana adquirió unos colores únicos y vimos las paredes del Congost que separan Aragón de Catalunya como nunca!!!. Os pongo una foto para que veáis los colores. Total, que fue un día genial donde la lluvia si que nos causó un poco de incomodidad, pero nos regaló unos paisajes estupendos, unos colores únicos.
Amigos y amigas todo está en nuestro coco!!, nosotros somos los que decidimos como queremos estar y como queremos tomarnos las cosas que se nos van presentando. Si aprendemos a apreciar lo que tenemos y aprendemos a no quejarnos, todo nos va a parecer estupendo.
Este es un ejemplo muy simple, pero para mis amigas y para mí lo importante era pasar un día echando unas risas y la incomodidad de la lluvia era anecdótico. Con esta filosofía ese día triunfamos y mis amigas y yo lo recordaremos como único. Acabamos mojadas y hasta arriba de barro pero os puedo decir que valió la pena, mañana mismo lo volveríamos a repetir.
Un beso a todos,
Mónica
Una vez más, esta historia demuestra aquello de "hace más quien quiere, que no quien puede".
ResponderEliminarEs admirable que, pese al desánimo generado por algunos, llevaseis a cabo vuestros planes y deseos.
Verdaderamente, poner de acuerdo a un grupo grande de gente es harto complicado y seguramente, las vivencias que disfrutasteis las que finalmente os lanzasteis aquel día lluvioso, no hubieran tenido lugar con otra configuración.
Un cordial saludo